Octubre 28 2018, 8:44am.
Desde el aterrizaje, al bajar del avión, el tiempo se le había hecho eterno, pero por el momento disfrutaba la vista desde dentro del taxi. Muy a pesar de sus pensamientos y todo lo que se venía acumulando en su cabeza, este día era diferente a todos, sentía que la atmosfera le sonreía.
Atravesaban el puente, miró hacia abajo divisando alguno que otro ferry por debajo del puente que conectaba a Brooklyn, con el resto de la ciudad. Sonrió con menos tristeza que antes, cuando un recuerdo voló de regreso a su memoria.
– ¿Te gustaría ir a Venecia? – decía Valentina acomodando su cabello. Como siempre era una de esas cosas que salían por qué sí, y sin anticipación de su boca.
– ¿A Venencia? ¿Quéee? – se rió Juliana.
– Mhmm. – se acercó Valentina gateando sobre la cama hasta alcanzar a Juliana y besarla.
– ¿Estás intentando comprarme con un beso? –
– No, pero sí puedo convencerte con otra cosa. – sonrió con maldad.
– ¿Ah sí? –
– No...– se rió. – Pero si no te gusta Venecia, podemos ir a dónde tú quieras. – besó rápido a Juliana, quien sonrió con una estupidez extrema, como que Irina sintió asco estando casi al otro lado del mundo.
– Te compré algo. – Juliana no dijo más, hizo un movimiento rápido levantándose de la cama, corriendo hasta el buró. Lo abrió con cautela y lo cerró rápido escondiendo detrás de su espalda lo que había sacado de él.
Observó a Valentina quien aguardaba sentada sobre la cama, con una mano sobre su pecho y su boca entreabierta. Esa era la reacción de: ¡Hoy no se celebra nada, dios mío, yo no compré nada! Juliana se acercó a su novia riendo, llevando el objeto detrás de ella todavía. Se vieron a los ojos. Valentina con preocupación, Juliana con devoción.
– No es mucho pero...– Valentina cubrió la boca de Juliana con sus dos manos, la modelo rió.
– No hagas eso... para empezar porque yo no compré nada. –
– Ese era el plan, que tú no tuvieras que comprar nada, no tienes que darme nada a cambio por esto, estás son las cosas con las que yo te puedo consentir. –
– Mm, tipo esto se va a poner feo si tienes escondido detrás un zorrillo, algún animal así súper horrible. – Juliana rió nasalmente. – O un anillo de compromiso. – esta vez Valentina iba a reírse, pero el gesto serio de Juliana se lo prohibió.
Sus pupilas tardaron nada en dilatarse, sus mejillas milésimas de segundo en sonrojarse y su corazón quería salirse de su pecho, pues no conseguía calmarse. Juliana la golpeó en el hombro, intentando recuperar a su novia "la graciosita".
– ¿Qué te preocupa más? ¿Qué sea un anillo o un zorrillo? – preguntó la modelo.
– Hay dos cosas, ¿quieres escuchar? –
– Siempre. – Valentina medio sonrió por la respuesta de su novia.
– Una, el olor del zorrillo me lo puedo quitar con vinagre, de la casa igual. Dos, es claro que el anillo no, porque...– Para lo elocuente que Valentina era, y tanto que le costaba callarse, justo ahora parecía otra persona. – No sé Juliana Valdés... porque si es un anillo y me emociono, no quiero parecer una loca desesperada, pero no quiero que pienses que no estoy dispuesta a pasar toda mi vida contigo solo porque...– Juliana no dejó que hablará más, se abrazó a Valentina, besando sus labios en rápidas y repetidas ocasiones. Valentina solo dejó que su novia le diera cariño. – Entonces, no es un zorrillo ¿Verdad? – Juliana se rió a carcajadas.
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ANTOLOGÍA
عاطفية|AU JULIANTINA| Juliana es una aspirante a supermodelo con deseos de ser una futura diseñadora, mientras que Valentina trabaja para una editorial con la que soñó trabajar desde siempre. En su viaje yendo ambas por la vida, juntas descubrieron que...