55. (Sombra)

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Previamente,

Valentina:
Si estás ocupada no tienes que... imagino que son importantes.

juls...

¡JULIANA

Juliana:
no, no, no estoy ocupada, ya no importan,
estoy saliendo de mi apartamento,
te aviso cuando esté ahí

Valentina no se molestó siquiera en contestar el mensaje; se había levantado del sofá y había ido a su habitación, y no crean que lo había hecho para acomodarse el cabello, cepillarse los dientes, o para salir de ese suéter gigante que traía y ponerse algo más, no, y no porque no fuera cierto, sino porque era patético y vergonzoso aceptarlo.
Había conseguido su playdate solo quería estar lista.

Mientras tanto posado sobre la caja en la cocina aquello sin importancia que Juliana buscaba en su casa, vigilaba los movimientos de Valentina, al igual que los recuerdos físicos dentro de la caja, muy especialmente y debajo de tres libros polvorientos la chica sonriente de la fotografía, aún sentada sobre unas escaleras, escuchando a Valentina dar vueltas en la sala, subir y bajar escaleras, sin saber qué era lo que prontamente se avecinaba.

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Valentina caminaba ida vuelta, ¿la ruta? Sala, cocina, cocina sala, y no mucho faltaba para que esas vueltas sobre el piso de madera empezaran a dejar marca y hoyo. Si no estaba nerviosa porqué el afán de ir y venir. Quizá era que simplemente no le gustaba esperar, sí claro, eso era. Porque obviamente nada tenía que ver con que tuviera un vestido corto, satinado y cero apropiado para una tarde noche de juegos de mesa con "la amiga" Juliana. Era un atuendo que le parecía de lo más apropiado y normal para éste tan esperado recibimiento, además tenía la excusa perfecta, solo quería la aprobación de su amiga para el outfit de mañana en la fiesta de su otra amiga. Después de tanto caminar en círculos por el apartamento decidió que lo mejor sería tomar asiento y tratar de calmarse, estaba pasando por un episodio ansioso o eso parecía, Juliana venía, Irina sabía, y el bonche de papeles que Irina le había dejado estaba estacionado sobre la mesa de la cocina, no muy a la vista, pero si tu afán era el chisme, por supuesto que sabrías verlo y leerlo es.

Juliana:

Hola, llegué

Valentina:
Está abierto.

Cuando Juliana llegó al lugar indicado, tocó la alta puerta de madera y se abrió por completo. Misma chica diferente ropa. El cabello de Valentina estaba desordenado, no húmedo, como en su playdate anterior, pero tampoco estaba atado o finamente cepillado, solo se veía diferente y el vestido, bueno... faltaba más, ¿no?, negro satinado, y toda la inexistencia de un largo, porque estaba claro; Juliana tragó fuerte y miró a Valentina a los ojos, una sonrisa tímida porque así estaba poniéndola la del mar en los ojos. Valentina le devolvió el gesto con su enorme sonrisa, y las mejillas enrojecidas.

 – Hey. – Juliana la miró dos segundos y carraspeó. – Tu cabello, se ve bien.  el cambio era casi imposible de notar solo eran higlitghst para acompañar el natural castaño claro.

–  Hola, y gracias.sonrió.– Pasa.– 

La chica de ojos marrón, caminó dentro del apartamento, ella por supuesto sabía cómo era que Valentina vivía, vaya no era nada nuevo, pero ni antes, mucho menos la noche anterior había tenido la oportunidad de poder apreciar todo lo que había dentro del apartamento aquel, prestar atención y absorber cada detalle de todo lo que era... "nuevo".

ANTOLOGÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora