Horas más tarde, Liza seguía con su amiga, en este momento compartían la hora de la comida.
– ¿Qué cosa? – habló Valentina con la boca llena de avena.
– Eres una marrana. – bromeó Liza riéndose.
– ¿Por eso me ves así? ¿Hay algo que quieras decirme? – se rió Valentina. Liza cambió completamente el gesto en su cara.
– No, solo te eché de menos estos días. – sonrió.
– Estás sensible Liz, como rara...– rió. – pero imagino que yo también y para ser un par de días, te ves diferente. – metió la cucharada de avena a su boca. – ¿De dónde sacaste eso? – señaló el teléfono celular de su amiga.
– De la tienda...– contestó extrañada Liza.
– ¿Es una edición especial? Ni siquiera se parece al modelo original, este está redondo, la cámara está rara... – decía examinando el teléfono.
– Pues así es, creo...–
– No lo recuerdo así... – dijo haciendo un gestito con su nariz.
– Valentina, ¿Cuánto es dos por dos? –
– ¿Qué? – contestó su amiga.
– DOS POR DOS. –
– ¿Te sientes bien? – se rió Valentina.
– Respóndeme. – habló Liza levantando una ceja.
– Cuatro...–
– ¿Cómo es tu teléfono? –
– ¿Te vas a burlar todavía por lo de Avril Lavigne? – Liza iba sacando conclusiones conforme Valentina seguía hablando.
– ¿Lo de Avril? –
– Sí ella es como la imagen, ¿no? o algo así... el video salió hace como, no sé, ¿dos meses? –
– Ah, sí ¿cual es?– preguntó Liza, estaba analizando los comentarios de su amiga.
– Es um, es... what the hell, no sé, no estoy segura, la verdad es que vi el video y me gusto pues. – sonrió Valentina enormemente recordando la canción.
– Val, voy a...– Valentina la miró.
Los apresurados pasos y el ruidoso caminar fuera de la habitación hicieron que las dos voltearan hacia la puerta, se escuchaban cada vez más cerca, hasta que Irina apareció en la puerta con Eva a un costado, sonriéndole a su hermana.
– Mira lo que hallé por el pasillo. – habló Eva.
Irina se acercó a los pies de la cama, seguida de Eva unos pasos detrás de ella. Liza veía todo sin decir nada, esperando que nada saliera mal.
– Liz, ¿Todo bien? – murmuró Eva.
Liza solo se limitó a negar con la cabeza y a expresar el miedo que tenía con sus ojos, cuando miró a Eva.
– Hola. – sonrió Irina. – Me da gusto verte...–
– Gracias...– Valentina apenas articuló algo.
– ¿Cómo estás? –
– Me dolía un poco la cabeza, pero ya me siento mejor. Tomé un baño. Y comí algo. – Irina se rió. – ¿Va a revisarme ahora? – habló Valentina con seriedad.
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ANTOLOGÍA
Romansa|AU JULIANTINA| Juliana es una aspirante a supermodelo con deseos de ser una futura diseñadora, mientras que Valentina trabaja para una editorial con la que soñó trabajar desde siempre. En su viaje yendo ambas por la vida, juntas descubrieron que...