Capítulo 18

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Terminando mi turno el la biblioteca, voy directo a mi casa. Me siento muy exhausta y solo quiero dormir un poco antes de ir a casa de Sam.

Al llegar veo a Lorena en la sala.

—Por suerte hoy si llegó —dice al notar mi presencia.

—No entiendo por qué hacer tanto drama, si ella siempre sale. —digo caminando hacia mi habitación.

—¿Sabes qué es lo que realmente sucede con ella? —esa pregunta hace que me detenga.

—No, no la entiendo y no quiero hacerlo.

—Deberías, ella es lo único que te queda y lo estás desperdiciando.

—¡ELLA NO ES PAPÁ! —le doy la cara— Ella nunca será cómo él. No sabes cuánto lo extraño y lo sola que me siento. Ya estoy lo suficientemente mal, gracias por recordármelo y tratar de hacerme sentir peor.

—Yo no quiero hacerte sentir mal, cariño -se acerca a mi— yo solo quiero que las cosas mejoren, trata de dejar el pasado atrás.

—¡No quiero! —me aguanto las ganas de llorar—, no quiero porque es ahí en donde está mi papá y no quiero perder lo único que me queda.

Al decir eso me siento rara, siempre le insisto a las personas en dejar el pasado atrás, pero yo no logro hacerlo por completo. Creo que es entendible cuando el tema tiene que ver con mi padre.

Sin decir más y con las ganas de llorar a tope, me voy a mi habitación. Lloro, lloro como no lo había hecho hace mucho por papá.

*
Lloré hasta quedarme dormida, mi celular vibra y contesto sin ver quien llama.

¡Blake, por fin contestas! ¿En donde estás? Quedamos a las 8 y son las 8:30 —Sam.

—Lo lamento, Sam. Me quedé dormida, llego en media hora. —cuelgo.

Me doy una ducha corta. Me pongo lo primero que encuentro y al salir de mi habitación, veo a mamá dormida en el sofá, su cabeza está en el regazo de Lorena, quien se estaba durmiendo también.

—¿Saldrás? —me pregunta luego de bostezar.

—Sí, tal vez no regrese hasta mañana —respondo sin detenerme.

—Cualquier cosa que necesites, me llamas —dice a mis espaldas.

-Sí, sí.

Salgo sin decir más, no tengo idea de lo que pueda estar pensando sobre mi, pero ya no me importa y ahora tendré que acostumbrarme a su presencia, se quedará en casa por un tiempo indefinido.

Camino con auriculares y un cigarrillo, algo común en mi. Llego a casa de Sam algo incomoda por lo que pasó con Lorena, pero eso lo dejo atrás al ver a mis amigos. Reímos, comemos y luego nos juntamos para ver una película de terror. Meredith a mi derecha me abrazaba y Sam a mi izquierda estaba muy concentrado en la película al igual que Jacob, Ethan, Ryan, Luke y Darren.

La película llega a su fin y me pongo de pie, necesitaba ir al baño y hace un rato mi celular no dejaba de vibrar. Los chicos se toman un descanso para la siguiente película.

Antes de salir del baño le doy una mirada a mi celular.

30 llamadas perdidas.

10 mensajes de texto, los más destacados son.

Lorena:

Blake, por favor regresa. No sé qué hacer.

Tu mamá intentó irse y no se lo permití. Ahora se ha enojado conmigo y se encerró en su habitación.

NO ME RESPONDE, NECESITO QUE REGRESES DE INMEDIATO, POR FAVOR. LA AMBULANCIA ESTÁ EN CAMINO.

¿Qué? ¿Una ambulancia?

Unos golpes en la puerta me sobresaltan.

—Blake, ya veremos la otra película ¿vas a demorar? —Meredith.

—No, en un momento salgo.

No recibo respuesta y continuo leyendo los mensajes.

Blake, por favor responde, te necesito. Apenas veas el mensaje ven a casa.

También había un mensaje de voz, pero al parecer Lorena no se dio cuenta que estaba grabando. Iba a borrarlo cuando al principio no se escucha nada, pero al prestar atención, en el fondo se escucha un llanto y luego los gritos de Lorena diciendo:

—¡Alexandra, por lo que más quieras, por favor te pido que me abras la puerta, no hagas nada! —golpes sobre una puerta— te necesito, tu hija te necesita y te quiero aquí conmigo. Por favor no hagas ninguna estupidez. —hace 20 minutos.

El mensaje termina en un grito desgarrador, miro la pantalla del celular por un par de minutos sin entender nada. Tratando de pensar qué es lo que realmente sucedió.

Sin pensarlo dos veces salgo del baño y le digo a Sam que debo hacer un par de cosas. Meredith insiste en acompañarme, pero no dejo que lo haga. Primero debo averiguar qué es lo que está sucediendo.

Llego con falta de aliento, al ver las luces de una ambulancia fuera de mi casa, me hicieron correr. Lorena está hablando con un médico, eso supongo al ver su uniforme. No deja de llorar y al verme corre a abrazarme. No lo entiendo, pero por un segundo una idea terrible recorre mi mente.

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Por razones inexplicables, voy a poner en pausa la novela indefinidamente.

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