—Espera, no dispares —sale de su escondite con las manos en alto.—Primero me mandas correos anónimos, luego haces que Alex se acerque a mi para decirme cosas que deberías decirlas tú y ahora me sigues —Darren se acerca a mi— ¿Qué es lo que quieres?
—Lo siento, pero yo no te he mandado ningún correo —intenta acercarse, pero se detiene al ver que no me muevo— sabes que si debo decirte algo, lo hago sin ocultar mi identidad. Solo te seguía porque quería asegurarme de que estés bien.
—¿A ti qué te importa mi vida, Dan? —por fin bajo el arma y la guardo— ¿Crees que todo esto me asusta? ¿Que necesito una niñera?
—No, pero veo que usas mi regalo muy bien —sonríe— sabía que en algún momento la ibas a utilizar.
—Gracias a ello, mi madre y yo estamos vivas —me encojo de hombros y veo a Darren.
—Y sí, veo que tienes una niñera —mira a mi acompañante, me doy media vuelta tomo la mano de Darren y lo obligo a caminar— cuídate mucho, cualquier cosa que necesites, aquí estaré.
Caminamos hasta la puerta principal del edificio de la casa de Jacob. Hasta que Darren tompe el hielo.
—Un arma, Blake ¿estás loca? —me suelta y se detiene obstaculizando la entrada.
—No estoy loca, solo soy precavida —me encojo de hombros— estoy acostumbrada a este tipo de cosas, desde que use el arma para disparar a Jackson, no he dejado de salir de casa sin ella.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—Te dije todo, excepto lo del arma porque no quería tener esta conversación en primer lugar —me cruzo de brazos— ni siquiera la has notado hasta ahora.
—¿Ha pasado algo más y no me lo has dicho?
—No, tú lo sabes todo ¿a qué viene todo esto? —suspiro— ¿te vas a enojar por eso? ¿Y si era alguien que intentaba hacernos daño?
—Pero no fue así, no entiendo porqué te tomas a la ligera cargar un arma. Puedes tener problemas.
—Tengo el permiso, está registrada a mi nombre y no rompo ninguna ley. Entiende que tengo miedo, no sé con qué estoy lidiando —mi celular vibra en mi bolsillo y es una llamada de Meredith— no quiero seguir discutiendo, si deseas puedes ir subiendo, contestaré esta llamada.
Entró al edificio sin protestar, tal parece que será una larga noche.
—¡Blake! ¿En donde estás? —escucho a los chicos hablando en el fondo— te estamos esperando.
—Estoy cerca, ¿llevo algo? —trato de hacer tiempo.
—No, tenemos todo lo necesario y —escucho el timbre— ese debe ser Darren, apresúrate, solo faltas tú.
Corta la llamada sin esperar respuesta. Reviso el correo otra vez y no encuentro nada nuevo hasta ahora. Miro al rededor y noto a un sujeto fingiendo leer el periódico en la banca de enfrente. Simplemente entro al edificio, subo las escaleras, las cuales me ayudan a tranquilizarme y el recibimiento de un abrazo efusivo de Sam hace que se me olvide todo por un momento.
Saludo a mis amigos, feliz de verlos a todos juntos otra vez. Darren me saluda como si no hubiera estado conmigo las últimas cuatro horas y lo siguiente es estar sentados en lados opuestos de la habitación.
Vimos una película, bebimos muy poco, hablamos de todo, estudios, trabajo, alguna cita que hayan tenido. Me divertí, a pesar de querer estar al lado de Darren y no simplemente sentir su mirada sobre mi cuando estoy hablando con alguien más.
Fui al baño, con la intención de revisar mi celular, estuvo vibrando. Solo tenía mensajes de Galeska, diciéndome que otra vez preguntaron por mi. Ya que no podía preguntarle directamente a Darren si ya se encontraba mejor, decidí mandarle un mensaje.
—¿Está todo bien? —enviado.
Espere cinco minutos y nada, cuando regresé a reunirme con los chicos, él estaba con el celular en la mano, ignorando a todos.
Perfecto.
A las dos de la mañana, Meredith debe irse a casa y yo le pido que me lleve. Ya no me sentía cómoda, Sam evadía mis preguntas y Darren ya no volvió a mirarme desde que le envié el mensaje.
Mi amiga me deja en mi casa después de dejar a Emily en la suya. Nos despedimos, quedando para hacer otra noche de chicas. Fue imposible evitar mirar el auto que sigue estacionado en la acera de enfrente.
Al llegar casa me siento tranquila, mamá está descansando al igual que Lorena, todo está tranquilo. Excepto por el enojo que llevo por la pequeña discusión que tuve con Darren. Tal vez esté exagerando.
A la mañana siguiente, todo transcurre con normalidad, desayuno entre risas y el almuerzo igual. Camino tranquilamente hasta la parada del autobús que me lleva a la biblioteca, escuchando música a todo volumen. Llego al lugar y encuentro a Emily junto a fabulosa amiga, Amanda.
—Blake ¿Sabes algo de Meredith? —me pregunta Emily— no avisó cuando llegó a casa y hoy no se ha presentado a trabajar.
—Tranquila, de seguro se quedó sin batería —me encojo de hombros.
—Claro, sale de fiesta y se da el gusto de faltar —nos interrumpe Amanda— Gracias a ella he tenido que quedarme más tiempo.
—¿Ves que te necesitamos? —alzo una ceja— no, ya te puedes ir. Gracias.
—¿Algún día dejarás de ser tan grosera? —se pone de pie, toma sus cosas y se va.
—¿Por qué eres tan mala? —se burla Emily cuando me siento a su lado.
—Nunca me agradó y no voy a demostrar lo contrario —me uno a su risa— ¿intentaste volver a llamar a Meredith?
—Sí, pero sigue mandándome al buzón —suspira— espero que todo esté bien.
Mi celular vibra, un correo electrónico. Siento una pequeña presión en el pecho al leerlo.
Desconocido:
—Tienen a tu amiga, debes ir con la policía.
-----------------
I love you xdddddd
ESTÁS LEYENDO
Rota
Teen FictionBlake, una chica de 20 años que está enojada con el mundo, un pasado problemático y una madre que no parece entenderla. Todo se torna doloroso cuando descubres lo mal que entendiste las cosas, confiar es difícil y depender de alguien no es una opció...