Nada cambia, las crisis llegan cuando menos me lo espero y cada vez que sucede siento impotencia, impotencia de no poder hacer nada más que llorar sin que ella me vea.—¿Blake?
—¿Si?
No espera respuesta y entra a mi habitación.
—No saliste a almorzar ¿Estás bien? —se sienta en mi cama.
—Solo me duele la cabeza, mamá. Estoy bien.
—Llegaste a las 8 de la mañana, Lorena no estaba en casa y tú te enojaste con ella por dejarme sola. —habla mirando la pared—, te expliqué que tenía que encargarse de sus cosas, pero no entendiste. Luego fuiste corriendo al baño, después de casi vomitar hasta tu hígado, no dejaste de llorar.
—Mamá, yo... —me siento en la cama tratando de recordar algo.
—Tranquila, Blake. —me mira— No es tu culpa. Te agradezco por preocuparte por mi, pero no haces nada por ti. Últimamente has estado saliendo de noche y regresando a la mañana siguiente. Ver cómo te destruyes la vida por mi culpa, me duele.
—Deja de culparte, es decisión mía.
—Todo es culpa mía —se le llenan los ojos de lagrimas— solo quiero que estés bien para yo poder estar bien. Hija, no sabes lo mucho que me duele el no poder ayudarte en nada. Cada vez que te veo llorar no sé qué hacer, me siento como me sentí la primera vez que te vi llorar de bebé, no sabía qué hacer y tu papá te tranquilizaba. Tu padre ya no está aquí y me siento una completa inútil, perdóname.
—Hey, no. No es así —le doy un abrazo y llora, ese llanto me rompe por dentro. Si antes me sentía mal, ahora me siento mucho peor.
—Sí, no soy una buena madre.
—Si lo eres, solo preferiste no contarme algunas cosas que sabias que me harían daño y sinceramente quiero que tú me perdones por mi desconsideración.
—Eres una buena hija, a pesar de tu carácter imposible, siempre has estado aquí para mi. Justo como ahora.
Me dio otro abrazo y se fue a su habitación. Después de eso estuvo muy rara e inquieta, no lo comprendí hasta encontrar su frasco de pastillas vacío.
Estoy en mi sofá, el doctor examinó a mamá, ella aún duerme. Llamé a Lorena después de llamar a una ambulancia y ahora está a mi lado escuchando al doctor.
—Señorita, Blake. Ella se encuentra bien, por muy malo que parezca. Su tia tenía control de sus pastillas y al parecer llegó a tomar 20 de ellas.
—Pero solo debe tomar una diaria, es terrible. —me exalto— la dosis es suficientemente fuerte para que la tome una vez al día y me dice que no está mal el hecho de que se haya tomado 20. Esto es una mierda.
—Blake, no seas irrespetuosa.
—¿Cómo quieres que me tranquilice el hecho de quiere mamá haya querido morir otra vez?
—Señorita Blake, ella está bien, esas son sus pastillas para la ansiedad. A lo largo de su vida ha tomado esas pastillas y no causan el mismo efecto que en personas que no han tomado eso en su vida. Ella es consciente de que no le harán daño, solo quería dejar de sentirse ansiosa y al ver las pastillas, la respuesta es muy lógica.
—Pero es muy extraño, ella se sentía bien y pudo desahogarse conmigo.
—Encontré esto debajo de su almohada -dice Lorena y me da una foto en donde está mi padre ella y yo de pequeña.
No recordaba esa foto, detrás tenía escrito:
"Tú eres fuerte, saldrás de todo esto.
Te amo".—Es la letra de papá —dije.
—Sí, en su momento era para darle fuerzas a tu mamá, ahora te la doy a ti para que te de fuerzas.
El doctor nos explicó una vez más que mamá estaba bien y si en algún momento ocurre algo más, llamemos a emergencias.
Se hizo de noche y mamá despertó solo un momento para vomitar todas esas pastillas y siguió durmiendo. Me senté en la puerta de mi casa a fumar otro cigarrillo, con mi mano libre sostenía la foto que me dio Lorena.
—¿Blake? —escucho a alguien venir en mi dirección.
—¿Darren?
—Hola, no se sabe nada de ti hace semanas —sonríe y la sonrisa se le va al ver mi rostro con el maquillaje corrido y totalmente despeinada.
—Hola, Darren. —se sienta a mi lado— ahora no es buen momento.
—No te preguntaré si estás bien, porque eso es obvio. Además, detestas tanto cómo yo ese tipo de preguntas. Pero quiero que sepas, que aquí me tienes si necesitas ayuda en algo.
—Gracias, sabes que también cuentas conmigo. Pero ¿Qué haces aquí?
—Fui a la biblioteca y estaba de camino a casa de Sam. No tengo nada qué hacer, ¿quieres ir a su casa conmigo?
—Gracias, pero... —se abre la puerta y sale Lorena.
—Blake... —sonríe y mira demasiado a Darren— Lo siento, no sabía que tenias visita.
—Darren, ella es mi tía Lorena.
—Buenas noches, lamento llegar sin avisar- dice él.
—Descuida, es más... Entra a tomar algo, Blake que desconsiderada.
Lorena invitó a Darren a cenar con nosotras, luego le llevó la cena a mamá a su habitación y nos dejó solos.
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Rota
Teen FictionBlake, una chica de 20 años que está enojada con el mundo, un pasado problemático y una madre que no parece entenderla. Todo se torna doloroso cuando descubres lo mal que entendiste las cosas, confiar es difícil y depender de alguien no es una opció...