Alex me deja en mi casa y entro con una sonrisa de oreja a oreja. Me di cuenta que habían más personas de las que me dijeron que vendrían.
—Al fin llegas —dice mi mamá alegremente— Sam vino, pero tuvo que irse a su apartamento.
—Está bien, estaré en mí habitación —saludo a todos los presentes y salgo de ahí.
—¿Cariño, estás bien? —llega mi mamá con un plato de comida y café en una bandeja.
—Sí, solo estoy cansada y no tengo ganas de estar en su reunión.
—Está bien, cierras con seguro y cualquier cosa me llamas. —me da un beso en la frente y se va.
Como todo lo que me trajo, mientras escucho música y le respondo los mensajes a mis amigos.
Pasan las horas y la música que proviene de la sala, cada vez está más bajo. Aprovecho tal cosa para cambiarme y tratar de dormir un poco. Me pongo los audífonos y trato de concentrarme en mi música.
Siento que se ilumina mi habitación por un segundo y luego vuelve a estar oscura. Estaba quedándome dormida y probablemente sea mi imaginación.
No, no era mi imaginación sentir unas manos sobre mis piernas, subiendo cada vez más. Mi cuerpo se paraliza por completo, no encuentro reacción para tal cosa. Esas no son las manos de mi madre y no estoy soñando.
El seguro en la puerta, lo olvidé.
Me cubre la boca y se posa sobre mi, no logro distinguir quién es entre la oscuridad, mi cuerpo reacciona e intento quitarlo de encima, pero es muy fuerte.
—Tranquila, cariño, esto será rápido —esa voz, esa maldita voz la he escuchado antes— solo déjate llevar.
Una de mis manos llega a mi mesita de noche y agarro lo primero que encuentro. Me alegro de haber empezado a leer un libro grande y se lo lanzo en la cabeza. Él grita pero no se mueve, lo intento una y otra vez hasta quitarlo de encima, cae al suelo, corro hacia la puerta y lo siento correr tras de mi, grito cuando me sostiene contra la puerta.
—¡TE DIJE QUE TE TRANQUILICES, NO TE PUEDES QUEDAR QUIETA, MALDITA SEA!
Respiro profundo e intento calmarme, recuerdo las clases de defensa personal a las que me mandó mi padre y le pateo la entrepierna, enciendo la luz y veo a Jackson arrodillado encogiéndose de dolor. Le doy con mi puño en la cara y cae al suelo.
A mis espaldas siento que tocan la puerta y gritos de desesperación, no fui consiente de ellos por la furia y miedo que tenia. Al abrirla, veo a mi mamá y a Lorena, solo mi tía reacciona a preguntarme si estaba bien, mi madre está paralizada mirando aquella escena.
Jackson intenta ponerse de pie, pero le doy una patada en la cabeza y se queda inconsciente. Mamá empieza a temblar y Lorena la obliga a sentarse en mi cama. A los 5 minutos entra mi tío Stephen, lo veo utilizar su celular y se aleja de la habitación.
—Blake, trae un vaso con agua para tu mamá, está muy alterada —dice Lorena mientras abraza a mi mamá.
Al salir, veo a muchas personas dormidas, algunas en el sofá y otras en la mesa. Me encuentro con Stephen en la cocina y se sobresalta al verme.
—¿Estás bien? —como no le doy respuesta, vuelve a hablar— ¿te hizo algo? Por favor responde.
—No, no me hizo nada —respondo sin expresión mirándolo a los ojos.
—Lamento mucho lo que ha pasado, acabo de llamar a la policía y están en camino.
De pronto, todo pasó en cámara rápida. Estaba en la comisaría, dando mi declaración de los hechos. Jackson se quedaría encerrado, perdió su libertad condicional por intento de violación. Stephen me acompañó en todo esto, Lorena se quedó en casa cuidando de mamá. No se encontraba bien, ¿Quién se encontraría bien después de descubrir que casi violan a su hija?
De regreso a mi casa, con el pequeño resplandor del alba iluminando el cielo, Stephen sentado en el asiento del conductor, rompió el silencio.
—Blake, discúlpame por todo lo que ocasionó mi hermano menor.
—No te preocupes, no es tu culpa que él...
—Sí, sí es mi culpa —me interrumpe— por haberlo llevado a tu casa e intentar integrarlo a nuestras vidas. Él nunca estuvo de viaje, estaba en la cárcel y le dieron libertad condicional por buena conducta. Me aseguró que había cambiado y que todo quedaba en el pasado, pero me equivoqué —no tenía nada que decirle, no quería hablar. En mi mente, la escena en mi habitación se repetía una y otra vez.
—Yo... Em..
—Lo siento, mi niña, me encargaré de que se pudra en la cárcel. Nadie merece pasar por eso, cuidaré de tu madre, tu tía y de ti.
Lo poco que quedaba del camino, me lo pasé mirando por la ventana. Si tan solo hubiera recordado asegurar la puerta de mi habitación, nada de esto hubiera pasado. Pero tarde o temprano lo habría intentado, él había entrado a mi habitación la reunión anterior, yo no estaba loca.
Nunca creí poder equivocarme de mi intuición, Stephen era el bueno, ahora lo creo.
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Kiara, gracias por decirme lo mucho que te gusta la novela uwu <3
Alegre de que haya nuevo capítulo e impactada por lo que pasó ¿verdad, Mel? :v
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Rota
Teen FictionBlake, una chica de 20 años que está enojada con el mundo, un pasado problemático y una madre que no parece entenderla. Todo se torna doloroso cuando descubres lo mal que entendiste las cosas, confiar es difícil y depender de alguien no es una opció...