Capítulo 36

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Intento hablar, pero me quedo completamente petrificado viendo a Blake apuntando a Alex con un arma.

—Blake... Yo —Alex levanta las manos y los ojos llenos de miedo.

—No quiero volver a verte —los hombros de Blake se relajan.

—Está bien —empieza a caminar hacia atrás— de verdad lo siento, Blake.

Ella baja el arma, y Alex sale muy rápido del lugar, escucho a Galeska reír y Blake ríe con ella.

—¿Qué les parece tan gracioso? —hago que Blake me suelte el brazo al ponerme de pie y ella me mira riendo.

—Mira —me acerca el arma y yo doy un paso atrás— tranquilo, ni si quiera está cargada.

—Le diste un buen susto, Blake —dice aún entre risas— tranquilo Darren, ninguna de estas está cargada.

—No hay nada de qué preocuparse —Blake se encoge de hombros y le devuelve el arma a su amiga, ella la guarda junto a las otras— deberías sentarte y tranquilizarte.

—Está bien, pero no vuelvas a hacer eso.

—Ten, para que te sientas mejor —Galeska me ofrece una caja de cigarros y yo solo niego con la cabeza. Se los ofrece a Blake y ella enciende uno enseguida

—¿Recuerdas por qué falleció mi mamá? —digo al ver Galeska atender a otras personas.

—No, fue hace mucho. Éramos niños. —le da una calada al cigarro y me mira atenta.

—Le dio cáncer al pulmón —suspiro— no había ninguna esperanza, era fumadora activa. La mitad de su vida se lo pasó con un cigarro en los labios.

—Darren yo...

—No quiero que termines igual.

—Me ayuda a sentirme mejor, no lo sé —se encoge de hombros— lo siento.

—¿No has pensado en hacer algo que te haga sentir mejor, pero que no te dañe al mismo tiempo? —baja la mirada.

—No.

Nos quedamos en silencio, Blake acaba el cigarro y no la veo encender otro como de costumbre.

—Jackson quedó paralítico por mi culpa, una de las balas le dio en la columna —le da un largo trago a su bebida y continúa— entró a mi casa con un arma y le disparó a mi madre.

—Blake...

—Yo tenia un arma y la use contra él, creí que mi madre se quedaría en su habitación, pero no lo hizo. —cada vez hablaba más lento— si le hubiera disparado primero, mamá no estaría en el hospital.

—Oye, no esperabas que tu madre saliera de la habitación y mucho menos que él le dispare de repente. —pongo mi mano sobre su hombro— si no fuera por ti, las dos probablemente no estuvieran vivas.

—No quiero perderla a ella también, Darren —se cubre la cara con una mano y yo me acerco a abrazarla.

—No lo harás, ella es fuerte y lo sabes.

—Gracias —se aleja unos centímetros— gracias por estar aquí.

Nos mantuvimos abrazados por unos minutos, hasta que llegó Galeska a preguntar si todo estaba bien. Blake le dijo todo estaba en orden y le pidió otro trago.

—No es por entrometerme, pero ¿por qué tu amiga dice que la salvaste de algo? —le pregunto para no tocar el tema de su madre.

—Como te habrás dado cuenta... Tiene muchas armas debajo del mostrador —me mira estudiando mi reacción— yo solía venir seguido aquí con... Eso no importa, éramos parte del negocio de armas, vine aquí para divertirme un rato, cuando entraron dos tipos a reclamar cosas estúpidas y fueron contra Galeska y su madre. Toda la gente salía corriendo, ellos iban a matarlas y yo les disparé a ambos. Ella le quitó las armas y pudimos reducirlos fácilmente.

Me quedo en silencio, no sé cómo reaccionar ante eso. Pero quise saber más.

—¿Qué pasó después?

—Ellos querían quitarle el negocio a mi amiga y su ataque se vio frustrado por mi. —se encoje de hombros— nuestro trato se hizo más sólido, venía más seguido, contrataron tipos grandes y fuertes para proteger el lugar y todos felices —me da una sonrisa y sus ojos brillan.

Sí, el alcohol está haciendo efecto.

—Luego ella desapareció, no la veo hace mucho y se alejó del negocio —me sorprende la voz de Galeska— ella siempre será bienvenida aquí y puede beber todo lo que desee. Espero que algún día pueda volver al trabajo.

—Estoy considerando eso —Blake se ríe.

¿Qué?

No quiero meterme en sus cosas, pero me preocupa que toda esta vida la consuma y luego no quede nada de ella. Ya estaba reuniéndose más seguido con nuestro grupo, la veía más tranquila, pero ahora no sé qué pensar. Cambiamos de tema y ella seguía pidiendo cosas fuertes, no la veía así hace mucho, desesperada por olvidarse de todo y no ser consciente de lo que sucede a su alrededor. Cerca de las 4 de la mañana, ella pide ir al baño y no podía mantenerse en pie por si sola. Galeska la compaña y cuando regresa le digo que ya es hora de irnos. Al principio se opone, pero lo acepta. Nos despedimos de su amiga y nos dijo que esperaba que volviéramos pronto.

Pongo uno de sus brazos sobre mis hombros y la sujeto por la cintura con una mano para poder llegar al auto lo más rápido posible. Algunas personas se nos quedaban mirando, pero luego volvían a lo suyo. De camino al auto, Blake se reía y me hacia reír con su forma de caminar. A los minutos de subir al auto, se queda dormida en el asiento de copiloto. Llegamos a mi casa, mi papá necesitaba el auto y no quiero que Lorena la vea en ese estado.

La llevo en brazos hasta mi habitación, su voz me sorprende cuando le estoy quitando las zapatillas.

—¿Darren?

—Sí, tranquila —la cubro con una sábana— yo dormiré en la habitación de invitados, descansa.

—Quédate conmigo, por favor.

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