A la mañana siguiente está como si nada hubiera pasado, no le saco el tema porque no quiero discutir con ella. Pero si me preocupa el hecho de haberla encontrado así.
Paso mi día de trabajo normal, como siempre. Muy tranquilo y sin mucha gente. Lo que me gusta bastante de trabajar en esta biblioteca es que puedo encontrar muy buenas novelas, muy aparte de los temas de estudio que mágicamente solo se agotan en la semana de exámenes.
—Oye Blake, ¿está todo bien? —la voz de Alex me saca de mis pensamientos. No me había dado cuenta que me quedé mirando la misma hoja del libro por unos diez minutos.
—Emm... Sí, es solo que hoy no estoy muy atenta. —cierro el libro y lo dejo sobre el mostrador.
—¿Ocurre algo? —se sienta a mi lado.
—No quiero hablar de eso, no ahora. —me pongo de pie para dejar el libro en su lugar.
Como Alex estudia, a veces no tenemos horarios juntos o simplemente compartimos una hora y después se va. Justo hoy es uno de esos días en donde solo compartimos una hora y tiene que irse a clase.
El resto del tiempo lo paso pensando, pensando demasiado. A tal punto de llegar a mi infancia y compararlo con lo que pasó anoche con mi mamá. No es la primera o segunda vez que la veo así, cuando era niña ella se encerraba en su habitación mientras papá y yo veíamos fútbol. Prefería quedarse en casa en lugar de ir a reuniones familiares conmigo y papá, antes lo tomaba como un capricho suyo, pero ahora me deja mucho que pensar.
—¡Hey, señorita le puedo está robando y usted ni cuenta! —Meredith pasa su mano frente a mi rostro y me saca de mis pensamientos.
—Lo siento ¿Qué hora es? —pregunto mirando a todos lados.
—Son casi las ocho y se supone que salías hace media hora, llevo una hora en el estacionamiento esperando a darte una sorpresa —voltea los ojos— a veces eres imposible ¿sabes?
—Está bien, le dejaré el turno al la señora Clarisse. —hablo con ella un par de minutos y le explico que la persona que debía relevarme se ha tardado un poco. De respuesta recibo un "no te preocupes cariño, él está en camino".
No me agradan del todo mis otros compañeros, no sé cuantos son en total y tampoco tengo el mínimo interés en saber. El único que me ha caído bien hasta ahora es Alex.
—¿A qué se debe tanto alboroto? —pregunto al momento de subirme al auto de Meredith.
—Habíamos quedado en hacer noche de chicas.
Mierda, lo olvidé.
—Sí, lo olvidaste —me lee la mente mientras sale de la universidad— Pero no hay problema en pasar por tus cosas e ir a mi casa.
Las noches de chicas solían ser más seguido, un día en su casa y al siguiente en la mía. Pero desde que mi papá murió no hemos podido hacer nada en mi casa. No quería discutir con mi mamá en frente de mi amiga.
En el camino acordamos las películas que veremos, la comida que se nos antoja y ella fantasea con hacernos mascarillas para la cara y manicura. Tantas cosas de chicas a las que no suelo estar acostumbrada.
Al llegar a casa no encuentro a mi mamá, ya es algo típico y Meredith me acompaña a guardar un poco de cosas en una mochila.
—Oye no metas tanta ropa que solo me quedaré una noche. —le digo al ver que mete otro pantalón.
—Silencio, quiero que me lo prestes —me dice sonriente— y creo que ya deberías darle un poco de iluminación a esta habitación.
A juzgar por una de las paredes negras, el bombillo de luz solo ilumina lo necesario y la lámpara de noche que uso para leer no está encendida, pues mi amiga dice no ver nada.
—Tengo esa ventana gigante que me da mucha luz natural —suelto un bufido.
—Muy inteligente de tu parte si piensas que el día es eterno —me da un empujón y las risas nos duran hasta que salimos de mi casa.
Mi amiga no vive tan lejos, pero tampoco tan cerca. El camino se hace corto cuando le sube el volumen a la radio y comienza a cantar como una loca cada canción que se escucha. Yo la sigo en algunas con mucha vergüenza. Pasamos por el super para llenarnos de provisiones y luego no morirnos de hambre a la mitad de la noche.
Tal vez esto era lo que me faltaba, una amiga que comprenda que no necesito hablar sobre como me siento, ni explicarle nada. Ella es muy paciente y sabe escuchar cuando de verdad lo necesito, se conforma con la poca información que le doy y no hace demasiadas preguntas.
Es cierto que con Sam también obtengo eso, pero extrañaba mucho a Meredith y solo quiero pasar el poco tiempo que me queda con ella, hasta que regrese a sus clases.
Al llegar a su casa nos reciben sus padres, un poco tristes y no entiendo la razón. Siempre son muy carismáticos y las pijamadas las solemos hacer en la sala, pero mi amiga me lleva directo a su habitación.
—Tenemos que hablar —me dice apenas me siento.
—Espera ¿Quieres terminar conmigo? —le hago una broma y solo sonríe, no le llega a los ojos.
—No, tonta —suspira— ¿te acuerdas que te conté sobre un chico que conocí allá?
—Ya entiendo por donde vas —me acomodo en la cama para prestarle atención.
—Había comprado un boleto de avión para que él venga conmigo y pase estos dos meses de vacaciones aquí conmigo y de paso presentártelo en persona.
—Pero...
—Pero también le comenté que... —se queda en silencio.
—¡Me estas matando! —rompo el silencio— ¡Dilo ya!
—Le dije que estos iban a ser los últimos dos meses que pasaríamos juntos. Porque descubrí que esa no es la carrera que quiero y que me siento muy mal estando lejos de las personas que amo —solloza— dos años tirados a la basura —le doy un abrazo mientras llora desconsoladamente.
—Tranquila, no son dos años a la basura -
—suspiro— ya encontrarás algo aquí y podremos pasar más tiempo juntas.—¿Sabes? —me dice cuando se aleja para tomar aliento— creí que era el indicado, pero creo que me equivoqué, por millonésima vez.
—Así es la vida y no todo gira entorno a una persona, cariño. —le ofrezco uno de los chocolates que compramos.
—Muy a parte de decepcionar a mis padres, me siento insuficiente para alguien. Creí que eso iba a funcionar, que no se daría por vencido conmigo, pero me equivoqué.
—Eres más que suficiente para cualquiera, eres una muy buena amiga, estás ahí cuando te necesitan. No necesitas la aprobación de una relación sentimental para sentirte "suficiente". —le doy un abrazo— Todo llega a su momento y siempre hay algo mejor. Las cosas pasan por algo, tú debes sentirte bien porque diste todo lo que tuviste al tu alcance para hacer feliz a la persona que tienes al lado. ¿No supo aprovecharlo? Él se lo pierde, ya habrá alguien que se vuelva loco por la más mínima atención que le des. Nos falta mucho por vivir, tranquila.
—A veces me dan ganas de pegarte cuando te pones tan sentimental, pero tus palabras me ayudan mucho —sonríe— Gracias, Blake.
—Ya cambia esa cara y haz lo que sabes hacer —alzo los brazos— las mascarillas para la cara y esas mierdas que me dijiste que querías hacer, soy toda tuya —me rio— mientras buscamos en línea que puedes estudiar.
—Eres la mejor —sale de la cama de un salto y comienza a sacar todo lo necesario para una larga noche que me espera.
---------------------------
4:45 a. m. El insomnio no me deja en paz, pero si me quitó el bloqueo que tenía. 7u7
Daniarovi lofiu :'v
ESTÁS LEYENDO
Rota
Teen FictionBlake, una chica de 20 años que está enojada con el mundo, un pasado problemático y una madre que no parece entenderla. Todo se torna doloroso cuando descubres lo mal que entendiste las cosas, confiar es difícil y depender de alguien no es una opció...