Abro los ojos con dificultad, veo a mamá sosteniendo una bola de algodón empapado de alcohol cerca a mi nariz. Los ojos preocupados de Darren y a mi tia Lorena intentando mantener la calma.—¿Ya te sientes mejor? —me pregunta Darren.
—No, tuve un sueño extraño —me acomodo, alejando el brazo de mi mamá— soñé que mi padre estaba vivo y que lo encontraba aquí llegando del hospital.
—De hecho... —miro sobre mi hombro y veo a mi papá acercarse con un vaso de agua— no lo soñaste, te desmayaste de la impresión.
Miro el vaso, a mi mamá, a Lorena y me pongo de pie.
—¿Ustedes lo sabían?
—No, hija —intenta acercarse, pero la detengo levantando mi mano— nos enteramos hoy.
—Mi padre está muerto, yo lo enterré, le lloré por casi un año —las lágrimas invaden mi rostro— ¿Sabes toda la mierda que he pasado gracias a eso?
—Blake...
—No, mamá —me cruzo de brazos— en este momento no me interesa modular mi vocabulario, ni me interesa sonar como "señorita" —lo miro con rabia— tuve el peor sentimiento de mi vida gracias a ti y ahora apareces esperando un que bueno es verte otra vez.
—Hija yo...
—Ahórratelo, por favor —mis manos tiemblan, al igual que mi voz-— dejaste a mi madre cuando más te necesitaba, no puedo reclamarte por mi. Te reclamo por ella, no sabes lo mal que lo ha pasado.
—Tú también lo has pasado mal, hija —interviene mi madre— todos lo hemos pasado mal, hasta tu propio padre.
—¿Crees que fue fácil para mí irme y dejarlas así, sin más? —las lágrimas le invaden los ojos— ustedes dos son lo más preciado que tengo en mi vida, no espero que me aceptes sin una explicación.
—Ahora no quiero tu explicación.
—¿A donde vas, Blake? —se acerca Darren al ver mis intenciones.
—No soporto estar aquí —le hablo como si solo estuvieramos los dos en la habitación.
—Pero acabas de salir del hospital. Debes tomar tus pastillas para el dolor.
—Las tengo en el bolsillo, pero no hay peor dolor, que enterarme que le lloré a un ataúd vacío. —miro con reproche a mi padre— por favor, no me busquen, necesito pensar y es mejor si no estás cerca.
—Pero hija..
—No, mamá —suspiro— siempre te di tu espacio, ahora yo necesito el mío.
Salgo sin esperar respuesta, me duele absolutamente todo el cuerpo. Pero intento no tomarle importancia.
—Blake, espera —me sujeta del brazo.
—No intentes detenerme, Darren.
—No lo hago —me suelta— por lo menos déjame llevarte a donde quieras ir.
No le digo nada, subimos al auto de su padre. Después de pensar mucho a donde iremos, me dice que su papá no está en casa y que sería mucho más cómodo estar ahí que en cualquier otro lugar. Lo acepto, todo el camino estuvimos en silencio, me preguntó si deseaba comprar algo para comer, pero en estas circunstancias lo único que quiero es alcohol. Me burlo de mi misma por mi pésima idea, lo que menos quiero es hacer un espectáculo. Llegamos a su casa y me lleva hasta su habitación, acomoda todas las almohadas, me trae un vaso con agua para las pastillas y se lo devuelvo agradecida.
—¿Necesitas algo más antes de que me vaya? —me mira de pie junto a la cama.
—¿Por qué te irías? —sostengo su mano obligandolo a sentarse— lo último que quiero es estar sola.
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Rota
Teen FictionBlake, una chica de 20 años que está enojada con el mundo, un pasado problemático y una madre que no parece entenderla. Todo se torna doloroso cuando descubres lo mal que entendiste las cosas, confiar es difícil y depender de alguien no es una opció...