Darren.
Vine a la biblioteca para hacer un par de tareas, como de costumbre, le había pedido a Blake que me separe algunos libros. Pero me encuentro con Alex en la recepción y tuve que buscar otros títulos. No sabía el horario de esta semana y tampoco quería ver a ese tipo. Desde el primer día que lo vi, no me pareció gran cosa.
Me dispuse a buscar la mesa más alejada del mostrador y terminé frente a la ventana, al lado de una chica que no conocía y junto a una taza de café. Lo único malo de estar sentado junto a una ventana, es la distracción que me ofrece la calle y no puedo evitar mirar de vez en cuando.
Cuando estaba terminando, escucho a Alex decir:
—Genial, este día se pone cada vez mejor.
Alguien en el fondo le grita cállate. Por la ventana lo veo salir de la biblioteca, miro hacia donde está viendo y veo a Blake cerca de unos autos, mirándolo enojada.
Esto se va a poner bueno.
En resumen, él llega, le da un abrazo y ella no lo devuelve. Blake le grita un par de cosas, él responde, ella se enoja aun más y le da una bofetada.
Veo a Blake alejarse y Alex mira alrededor triste y enojado con algunas personas que se detuvieron a ver la discusión. Luego mira su celular y se lo lleva a la oreja, grita un par de cosas y al mismo tiempo se aleja del lugar.
Tengo la tentación de llamar a Blake, pero no sería muy oportuno de mi parte. Guardo mis cosas y le pido a la chica que está frente al mostrador que me apunte el par de libros que tenia para poder terminar la tarea en casa.
*
A la mañana siguiente despierto con el sonido de mi celular, me froto los ojos con una mano y con la otra me llevo el celular a la oreja.
—Por fin contestas —Sam.
—¿Qué quieres un martes a las —veo el reloj en la pared— 7 de la mañana? ¿Sam, eres consciente de la hora? Hoy no tengo clases.
—Deja el drama, necesito tu ayuda.
—¿Qué pasó?
—Necesito que recojas a Blake de la comisaría, ya comprobaron todo y no la deben retener más.
—¿Qué mierda estás hablando?
—Si ella puede, te lo explica más tarde. Las chicas estan en clase y yo debo asistir en una hora —suspira— deposito en ti toda mi esperanza de que me ayudarás.
—Está bien, tranquilo —no me relajo— iré de inmediato.
Me da la dirección y resulta ser más lejos de lo que pensé, me ducho, me cambio y le pido prestado el auto a mi padre. Se enoja, pero al final accede a prestarmelo. Pasados los 40 minutos desde que llamó Sam, llego al lugar y en recepción pregunto sobre Blake.
—Están terminado con ella, sale en unos minutos —me sonríe la pelirroja de mediana edad y unas gafas con lunas muy gruesas— puedes sentarte allá mientras esperas.
Solo había una pequeña silla y esperé ahí por unos diez minutos. Veo a Blake salir con unas ojeras muy marcadas, el cabello desordenado y con cara de pocos amigos. Al verme, sus ojos transmiten mucha tristeza y cansancio. Corre a abrazarme y la escucho sollozar. El oficial que estaba al lado de ella, me entrega una carpeta llena de papeles y se va.
—Gracias por venir, Sam me dijo que no iba a poder. —me dice al separarse de mi y se seca las lágrimas con la muñeca.
—Vamos a tu casa para que puedas descansar.
No dice nada y camina a mi lado en dirección al estacionamiento del lugar. De camino a su casa es igual, no dice nada, solo mira por la ventana del auto.
Al llegar, me invita a pasar y no me niego. Comprendo que a veces las personas necesitan estar solas cuando pasan por momentos terribles, pero ella me pidió que me quede. No había nadie en casa, se va a su habitación, escucho levemente la ducha y cuando estoy concentrado mirando el celular, la puerta principal se abre y veo a Lorena.
—Hola, buenos días. Soy el amigo de Blake —me pongo de pie y le doy un beso en la mejilla.
—Hola, tú debes ser Darren —Suspira con tristeza— Sam me dijo que pasarías por ella, muchas gracias. Les preparo algo para desayunar y me regreso al hospital.
Blake en la comisaría y alguien en el hospital. Esto se pone cada vez más extraño.
—Disculpe mi impertinencia, pero ¿Qué sucedió?
—La mamá de Blake está internada, le dispararon cerca al hígado y los doctores no tienen buenos pronósticos.
¿Qué?
—Es muy probable que Blake quiera ir al hospital, pero te pido que no la dejes ir. No aceptan visitas y yo solo estoy ahí por el papeleo, ni siquiera me dejan ver a mi hermana.
—Pero ella querrá saber si su mamá se encuentra bien.
—Sí, lo sé. Y también sé que los hospitales le causan mucho estrés, la última vez que estuvo ahí, fue cuando su mamá estuvo mal y la anterior a esa, cuando su padre falleció.
—Lo entiendo —suspiro— pero va a ser difícil detenerla.
—Yo hablaré con ella y luego les preparo algo de comer, muchas gracias por venir —sonríe— es muy afortunada por tener tantos amigos que se preocupan por ella.
Regreso al sofá y el sonido de la ducha había cesado, Lorena toca la puerta de la habitación de Blake y entra para hablar con ella. La espera me mata, tengo la cabeza pensando en mil cosas al mismo tiempo, comenzando con el porqué Blake estuvo cerca de ir a la cárcel y su mamá en el hospital.
Es muy difícil sacarle información a Blake, y tampoco quiero llenarla de preguntas porque sé que me mandará al diablo, lo único que puedo hacer quedarme a su lado y hacerle saber que no está sola.
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7u7
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Rota
Teen FictionBlake, una chica de 20 años que está enojada con el mundo, un pasado problemático y una madre que no parece entenderla. Todo se torna doloroso cuando descubres lo mal que entendiste las cosas, confiar es difícil y depender de alguien no es una opció...