Agradezco tener el día libre y lo paso encerrada en mi habitación. Mamá no está pasando por sus mejores días, se volvió a encerrar en su burbuja y no sale de su habitación.Tengo muchas llamadas perdidas de Alex, teníamos planes para salir, pero ni si quiera tengo ganas de ponerme de pie. No dejo de recordar todo lo que pasó en menos de 24 horas.
*
Han pasado dos días, nada ha cambiado, no he salido de casa, Emily me ha cubierto en el trabajo y me dijo que hoy pasaría a verme. Alex vino un par de veces, pero Lorena le dijo que no estaba, no tengo ánimos de nada.
Termino de ducharme y me pongo un pijama limpio para estar cómoda, intento leer, pero no logro concentrarme. Mi celular vibra y es una llamada de Meredith.
—Por fin respondes, no se nada de ti. Estoy fuera de la biblioteca y me dijeron que no vienes hace dos días.
—No estoy de buenas, Mer. Solo quiero estar mirando la pared y no quiero hablar de nada.
—Entonces te llevo helado y miramos la pared juntas ¿te parece?
—Está bien, aquí te espero, no me queda de otra —recibo una risa de respuesta y cuelga.
Pasa menos de una hora y ella llega con un recipiente de helado más grande que mi cabeza. Le digo a Lorena que estaré en mi habitación con Meredith y en la noche vendría Emily.
Llevo dos cucharas a mi habitación y como todo el helado que puedo, lo necesitaba, también necesitaba un poco de su compañía.
—Sam me estuvo preguntando por ti, pensé en decirle que vendría a verte, pero no creo que sea una buena idea. —dijo mirando medio recipiente de helado vacío.
—Gracias, ya lo veré en estos días.
—Te digo algo... —me mira detenidamente la cara y dice—: traes unos ánimos de mierda, no te había visto así desde...
—Lo sé —interrumpo— es una mierda.
—Sea cual sea el problema, estoy aquí para ayudarte en lo que pueda. Siempre estaré aquí.
—Lo sé —se me llenan los ojos de lagrimas y no puedo contenerlas— yo...
—Oye, no —se acerca y me abraza— si no quieres hablar de ello, no importa. Solo vine para ver la pared, como habíamos quedado.
Me saca una sonrisa entre lágrimas y logro tranquilizarme luego de unos minutos. Tocan la puerta de mi habitación y me pongo de pie rápido para abrirla.
—¿Está todo bien? —digo sin dejar que Lorena hable primero.
—Sí, cariño —suspiro de alivio— tu mamá está durmiendo, iré a comprar para la cena. ¿Meredith se queda para cenar?
—No quisiera...
—Sí, se queda —la interrumpo— ¿mamá ya se encuentra mejor?
—Sinceramente... No, le di un calmante para que pueda dormir, no ha podido conciliar el sueño en toda la noche y no quiere que la veas en ese estado.
—Está bien. —miro el suelo, Lorena me da un abrazo repentinamente y se va.
Regreso a mi cama y la cara de Meredith está llena de preguntas, las cuales no salen de su boca. Es lo que más me agrada de ella y de muchas personas que conozco, no suelen preguntar en momentos como estos.
Suena mi celular y es Stephen el que llama.
—Hola, Blake. Llamaba para comentarte las novedades. —lo escucho cansado.
—¿Qué sucedió? —siento la mirada de mi amiga, pero me quedo en la habitación.
—Mañana lo trasladan a la cárcel, tu testimonio no era el único en su contra. Descubrimos que tiene más denuncias similares. —suspira—, se va a pudrir en la cárcel y no lo volverás a ver en tu vida.
—Muchas gracias por todo, no sé qué habría hecho sin ti, tío.
—Cuido de mi sobrina, tu mamá y tú son muy importantes para tu tía Lorena y para mi. Además... Si tu papá hubiera estado presente, lo habría matado a golpes sin pensarlo dos veces.
Ambos reímos y le agradezco una vez más por todo, cuelgo el celular y veo que Meredith mira exageradamente el libro que tiene en sus manos.
—No tienes que decirme nada si no estás lista, Blake —dice al notar mi mirada en ella.
Me acerco, le doy un abrazo y digo:
—Extraño mucho a mi papá, la cercanía de mi madre, ahora que más la necesito, pero la entiendo. No quiero seguir sintiéndome así —las lágrimas aparecen otra vez y Meredith llora conmigo.
—Nos tienes los chicos y a mi, no me iré nunca —sorbe por la nariz— te quiero muchísimo.
—Meredith... —el silencio se extiende por unos minutos, hasta que ambas logramos tranquilizarnos un poco— intentaron abusar de mi.
Ella se queda en silencio, sorprendida y confundida. Me abraza y volvemos a llorar. Entre llanto le cuento todo desde el principio y las expresiones en su rostro cambian de miedo a furia.
—Ojalá que lo desgarren en la cárcel, merece como mínimo esa clase de bienvenida.
—Se supone que aquí la cruel soy yo —sonrío.
—Lo sé, pero necesitaba decirlo.
Lorena llega y al cabo de una hora me avisa de la llegada de Emily.
—¿Emily? —pregunta Meredith cuando nos dirigíamos a la sala.
—Hola, Blake —sonríe— ¿Meredith? No puede ser, creí que estabas de viaje —corre y abraza a mi mejor amiga.
—¿De qué me perdí? —las miro confundida— ¿de donde se conocen?
—Estábamos en el mismo círculo de amigos en el instituto y no la veo desde que me fui del país —responde Mer— espera... No sabía que eran amigas.
—Nos conocimos en la biblioteca —digo sentándome en el sofá y ellas imitan mi acción— ella me cubrió estos dos días en el trabajo.
—He ido muchas veces y nunca te he visto —se cruza de brazos.
—Llevo poco tiempo en la biblioteca y usualmente tengo horarios en la noche.
—Y le caíste bien Blake, eso me sorprende más.
—No hablen como si no estuviera aquí —me quejo.
—No veo problema en no caerle bien —dice Emily.
—Ella no suele hacer amigas a menudo, siempre tiene la cara de "No me hables o te golpeo".
Las tres reímos y luego de estos días, no me siento como la mierda y está bien.
Jackson recibirá su merecido, lo mejor que me pudieron decir.
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Cuarentena, mucho por escribir y sin ganas de hablar con alguien. Gracias por leer y seguir aquí.
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Rota
Teen FictionBlake, una chica de 20 años que está enojada con el mundo, un pasado problemático y una madre que no parece entenderla. Todo se torna doloroso cuando descubres lo mal que entendiste las cosas, confiar es difícil y depender de alguien no es una opció...