Capítulo 11

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No sé qué responder ante esa pregunta. Solo termino mi desayuno, feliz porque estaba delicioso y no probaba nada preparado de mamá desde que papá murió. Pero también me siento muy triste, porque él ya no está.

—Muchas gracias, estuvo muy rico. — comienzo a recoger la mesa sin mirarla.

—Gracias a ti, por aceptar el pequeño detalle —se pone de pie y me ayuda— Creí que no lo aceptarías.

—¿Cómo iba a rechazar mi desayuno favorito? —sonrío.

Recogemos todo y ella se encarga de lavar las cosas. Es muy extraño verla en esta faceta, creí que comenzaría mal este día, pero veo que va por buen camino.

Voy directo al trabajo y me encuentro a Alex con un regalo sobre el mostrador.

—¿No tenías turno en la noche? —le pregunto al acercarme a él.

—Hola, estoy bien ¿tú? —imita mi voz— muy bien estoy de maravilla, mira te he traído un regalo, por si no lo has notado —usa su voz grave, levemente exagerada y me hace reír.

—Ya, está bien. Lo siento y gracias por el regalo —abre los brazos y tardo un poco en aceptar su abrazo.

—Pedí un cambio para poder felicitarte y entregarte este pequeño detalle —se encoge de hombros.

—¿Te puedo hacer una pregunta? —le digo al sentarme y tomar el regalo entre mis manos.

—Me lo dijo Sam —pone los ojos en blanco— porque Facebook no me avisó.

—En uno de estos días voy a matarlo, pero gracias por el detalle.

—No lo abras hasta más tarde —lo dice cuando estoy por romper el papel de regalo.

Me quejo, pero acepto no abrirlo hasta más tarde.

Pasan las horas, con un poco más de personas de lo normal. Es algo extraño, la biblioteca no suele llenarse tanto.

—Debe ser porque el otro mes entramos en exámenes —Alex responde la pregunta que no hice.

—Es muy seguro —le respondo.

—Hola... Blake —Darren. —quería pedirte que me anotes estos libros por favor.

—Hola, está bien —anoto todo en el computador y cuando termino me da una pequeña lista de otros libros.

—¿Crees que puedas apartarme estos para la próxima semana? Es muy probable que se agoten y no quiero quedarme sin nada con que estudiar. —me mira con súplica.

Cada alumno tiene un limite de libros por semana y él ya lo excedió, ahora me pide que haga algo que se supone no debo hacer. Pero me insiste tanto con la mirada que se me hace imposible negarme.

—Está bien, lo haré —me rindo.

—Muchas gracias, nos vemos luego —se va.

—Que buen amigo para olvidarse de tu cumpleaños —me susurra Alex.

Claramente no lo ha olvidado y lo noté en su mirada, sabe que detesto las fechas festivas y lo que más me molesta es ser el centro de atención y vaya que es muy probable que hoy lo sea.

—Tranquilo, no es algo que importe demasiado —le quito importancia.

Almuerzo con los chicos después de haber recibido demasiados abrazos y felicitaciones. Luego me toca ir a mi casa andando, Sam tuvo que irse antes.

Estoy por llegar y me detienen a la mitad de la calle.

—Te estaba buscando —dice él— feliz cumpleaños —trata de acercarse, pero pongo mis manos en frente para que no lo haga.

—Lo que menos quería era verte hoy Dan —intento caminar, pero me detiene.

—Solo quería saludarte y saber cómo estabas.

—Estoy viva y ya me saludaste ¿feliz?

—No, quiero que hablemos —se acerca.

—Yo no quiero hablar, ahora déjame pasar este fabuloso día en paz. —le añado un poco de sarcasmo.

—Lo sé, pero...

—Adiós —y ahora no dejo que me detenga. Estoy cansada y no tengo ganas de lidiar con esto hoy.

Llego a casa y me encuentro con mi tía Lorena, hermana de mi mamá. No suelen venir familiares a mi casa y mucho menos inesperadamente.

—¡Blake, cariño te ves tan bien! —se pone de pie y corre a abrazarme con tan solo verme— Feliz cumpleaños, mi niña.

7. No invadas mi espacio personal.

Pero entiendo a mi tía, no la veo hace mucho y es bueno ver a alguien más en esta casa.

—¿Donde está mamá? —le pregunto cuando se aleja de mi.

—Está preparando la cena —sonríe.

¿Qué? Esto es demasiado, primero el desayuno y luego la cena ¿ahora qué sigue?

—¿Todo bien, cariño? —me pregunta al verme sorprendida.

—Nada, es solo que... Ha estado actuando muy raro últimamente.

—¿A qué te refieres? —se sienta en el sofá y yo hago lo mismo.

—Siempre ha sido distante y todo empeoró cuando papá falleció y ahora... —suspiro— de la noche a la mañana me prepara algo de comer, después de mucho.

—Dime algo —se cruza de brazos— ¿cómo te sentiste cuando perdiste a tu papá?

¿Es una maldita broma?

—Por obvias razones me sentí mal —pongo los ojos en blanco— perdí a la persona que más me importaba sobre la tierra, la que siempre estuvo ahí para mí. Ahora lo que no entiendo es por qué me pregunta eso.

—¿Te pusiste a pensar en cómo se sintió ella?

Claro que no, solo me concentré en mi dolor y no dejaba de pensar en lo mal que me sentía y que aún no ha dejado de dolerme.

—No.

—Ahí está tu respuesta, cariño —sonríe ¿por qué mierda sonríe?— ella también perdió a alguien que amaba, alguien que también se preocupaba por ella y ahora que ya no está, ¿cómo crees que debe de sentirse?

Mierda, no me había puesto a pensar ni por un minuto en como se sentía ella. En lo mucho que pudo haberme necesitado, tanto como yo necesitaba a alguien que vea y entienda mi dolor.

He sido una maldita egoísta, que solo pensó en si misma y no en alguien más que también estaba pasando por lo mismo que yo.

A continuación se hace una conversación muy extensa de como me he sentido en el último año y la actitud de mi mamá. Siento que estoy entendiendo su actitud, pero hay muchas cosas que no me quedan completamente claras.

Mi tía no me dice absolutamente nada y eso lo complica aún más.

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