Blake sale de su habitación con el cabello húmedo, un polo negro y un pantalón holgado de color azul. Lorena sale de la cocina y deja en la mesa un plato con dos sándwiches y dos tazas, por el olor deduzco que es café.—Vengan a tomar desayuno, Blake, cariño ya me tengo que ir —se acerca a su sobrina y le da un abrazo— te llamo por si hay alguna novedad.
Se despide de mi con un beso en la mejilla y se va. Me acerco a la mesa y Blake sigue de pie.
—Por lo menos toma algo de café, me iré para que puedas descansar.
—Debes estar pensando muchas cosas en este momento ¿verdad? —se acerca a la mesa y su mirada se detiene en la taza de café. Estamos sentados uno frente al otro.
—Para ser sincero, sí. Pero si no quieres hablar de ello, hablemos de porqué los sandwiches no tiene orillas —se le forma una pequeña sonrisa.
—Nunca me han gustado las orillas del pan de molde —se encoge de hombros, agarra un sandwich y me ofrece el otro.
—Pareces una niña, a la cuál le deben quitar las orillas al pan para que pueda comer —ambos reímos y muerdo el sandwich de jamón y queso. No noto mucha diferencia en el pan sin orillas, pero al parecer Blake sí.
—Gracias —sonríe y le da un sorbo a su café— estas horas han sido muy estresantes para mí.
—Créeme que no me cabe duda que lo estás pasando mal.
—¿Podrías quedarte? —su pregunta me toma por sorpresa y nuestras miradas se cruzan— no quiero estar sola.
—Sí, no te preocupes. Si quieres salir a dar un paseo, tenemos el auto de mi padre o también podemos ver una película aquí.
Asiente y continúa tomando su desayuno en silencio. Decidimos ver una película, pedimos pizza para el almuerzo y continuamos viendo otra. Blake se queda dormida a los 30 minutos de haber empezado y la dejo dormir. Tuve algunas llamadas de papá, pero no contesté ninguna. A veces siento que no puedo respirar mi propio aire cuando está cerca. Al final también me quedo dormido. Casi las 8 de la noche y me despierto con el sonido del celular de Blake, estaba en alto volumen sobre la mesa de centro. Ella se despierta y se lleva el celular a la oreja lo más rápido que puede.
—¿Sucedió algo? —ella me mira, al escuchar la respuesta y vuelve a hablar— ¿puedo ir? —se enoja y se pone de pie— ¿Cómo que no puedo ir? Es mi madre, voy de camino. —me pongo de pie, intento acercarme, pero ella da un paso atrás— Lorena, por favor. —me da la espalda y la escucho sollozar— está bien. —suspira— sí, él sigue aquí.
Tras un par de minutos más hablando y yo sin escuchar a la otra persona, Blake corta la llamada y me abraza. Me toma por sorpresa, pero le devuelvo el abrazo.
—Van a operar a mamá, entró en estado crítico y hay muy pocas esperanzas. —solloza— no quiero perder a mi mamá también, justo cuando comienzo a tener buena relación con ella. Darren, me siento de la mierda.
Me quedo en silencio, y nos mantenemos abrazados varios minutos, ella se tranquiliza y nos sentamos en el sofá.
—Con mi estado económico, no puedo embriagarme como quisiera —se encoje de hombros— En unas horas entra a cirugía y no sabré nada hasta mañana, Lorena se quedará allá y es injusto que no me deje ir.
—El alcohol no es la solución, Blake.
—No quiero pasar toda la noche sobria, pensando en lo peor que pueda pasar —se queda pensando y luego me mira emocionada— dijiste que tienes el auto de tu padre ¿verdad?
—Sí, pero no hay dinero para el alcohol.
—Conozco un lugar en donde me lo pueden dar gratis o bueno, me lo deben. Aunque creo que no te va a gustar.
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Rota
Teen FictionBlake, una chica de 20 años que está enojada con el mundo, un pasado problemático y una madre que no parece entenderla. Todo se torna doloroso cuando descubres lo mal que entendiste las cosas, confiar es difícil y depender de alguien no es una opció...