Capítulo 37

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Blake.

Mi cabeza me duele como los mil demonios, me cuesta abrir los ojos y cuando los abro, me doy cuenta que no estoy en mi habitación. Intento ponerme de pie, pero un brazo al rededor de mi cintura no me deja. Intento no gritar, porque no tengo fuerzas para ello, intento recordar algo y al mismo tiempo doy media vuelta para reconocer el lugar en donde estoy.

Mi cuerpo se relaja por un instante al ver a Darren a mi lado. Espera... Significa que... ¡No!

—¿Blake, te sientes mejor? —me dice adormecido, primero abre un ojo y luego el otro. Se sienta al borde de la cama y yo hago lo mismo sentándome a su lado.

—Eso creo... —mi voz sale muy ronca— ¿Qué pasó ayer?

—¿No lo recuerdas? —sonríe— creo que es mejor así.

—Solo recuerdo vagamente el haber apuntado con un arma a Alex, contarte algunas cosas. —me encojo de hombros.

—Bebiste demasiado, te traje aquí para evitar que vayas al hospital completamente ebria, no quería que te expongas de esa forma —su tono es serio.

—Darren, lo lamento —miro el suelo y luego lo miro a los ojos— creí que me sentiría mejor, esta vez me confíe porque tú estabas conmigo y ahora me siento aún peor.

—Descuida —suspira— te entiendo perfectamente.

—Ahora quiero que me expliques porqué dormimos juntos —me burlo.

—Me pediste que me quede, a los 5 minutos corriste directo al baño y creo que casi se te sale el alma ahí adentro —señala la puerta dentro de su habitación y ríe— tu polo está en el tendedero.

Eso explica porqué tengo un polo suyo y el sabor agrio y amargo en mi boca.

—No quise causar todo esto, muchas gracias —susurro— te debo una.

—Y muy grande —se ríe.

—¿Qué hora es? —me pongo de pie y al encontrar mi celular, veo un mensaje de Lorena.

La crujía terminó hace un par de horas, todo salió bien, podrás entrar a verla cuando despierte. —hace una hora.

—Son las diez de la mañana —me respondo a mi misma— mamá está fuera de peligro— la sensación de alivio invade mi cuerpo, intento contener algunas lágrimas, pero no pude contenerme cuando Darren me abrazó.

—Tranquila, ella se va a recuperar rápidamente y tú debes alistarte para ir a verla —me dice al soltarme.

Se acerca a su closet y me entrega una toalla y un cepillo de dientes dentro se su empaque. Le agradezco con otro abrazo, me señala que hay shampoo y jabón y sale de la habitación.

Me doy una larga ducha, me ayudó a sentirme mejor, mientras me duchaba trataba de recordar sin éxito todo lo que pasó anoche. Darren soportó mi borrachera y me cuidó.

Al salir del baño, con mis jeans, el polo de Darren y la toalla en la cabeza, me llega el olor a café recién hecho.

Voy a la cocina y veo a Darren con el cabello húmedo y otra ropa.

—Huele muy bien —se sobresalta al notar mi presencia.

—Aquí está tu café y los sándwiches están en la mesa —sonríe y me hace señas para que vaya al comedor.

—Oye no es necesario que...

Se ríe y nos sentamos en el comedor, aprecié mucho mi sándwich de jamón sin orillas. El café estaba perfecto y Darren me apresuró para ir al hospital.

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