Capítulo 21

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Estoy tocando el piano, no logro percibir la canción exacta, mis dedos se mueven tan coordinados y al finalizar la canción, escucho aplausos. Miro alrededor y estoy en el estudio de mi padre, él está de pie aplaudiendo y sonriendo.

Lo lograste, aprendiste la canción.

—No lo hubiera hecho sin ti —me pongo de pie y corro a abrazarlo.

Aquel sueño de mi infancia me hizo sentir mal, tenía 10 años y amaba tocar ese instrumento cada vez que podía. Desde que papá enfermó no lo hacía más y cuando murió no entré a su estudio otra vez. Esa puerta está con llave y la tengo en el fondo de un cajón.

Me despierta el ruido de la sala, mi cabeza me duele como hace mucho no lo hacía. Mi reloj indica que es medio día, solo escucho las voces de Lorena y mamá, diciendo anécdotas y riendo como hace mucho no lo hacía.

Lo último que recuerdo es haber subido a un taxi, completamente ebria y agradezco que el conductor me haya entendido ya que en ese estado nadie lo hace. Llegué a casa cerca de las 7 de la mañana. Lorena y mamá aún dormían y no notaron mi llegada.

Estar con resaca después de tanto tiempo me hizo pensar en lo mucho que necesitaba una salida así. No hice nada estúpido por lo que recuerdo y llegué a salvo.

Hoy es mi día libre y consigo quedarme en cama todo el día, no tengo ánimos para nada, lo único que ingerí fue algo efervescente para el dolor de cabeza y mucha agua. Mamá me dijo que saldría con Lorena, que irían a su casa y es muy probable que no regresen hasta muy tarde.

Estoy muy cómoda en mi cama, escuchando música, pero se ve interrumpida por una llamada.

Darren.

Darren.

Darren.

No fue una, sino tres llamadas seguidas. No quería contestar, él nunca llama.

Darren llamando. -contesto.

—¿Hola?

Blake, por fin respondes ¿estás bien?

—¿Sucedió algo?

No, es solo que no le has respondido a nadie y Sam no deja de preguntar por ti. Me pidió que vaya a tu casa a ver si todo estaba bien, pero no me pareció conveniente ir sin avisar.

Buena idea.

—Todo está bien, gracias y dile a Sam que no ande molestando a los demás.

Después de soportar más preguntas sobre mi bienestar y el porqué de mi desaparición, cuelga.

Paso la tarde en casa, tratando de recuperarme por completo. El café ayuda un poco, pero tener los cigarrillos al lado, me causa náuseas. Tal vez no fume durante un par de días.

El sueño que tuve llega a mi mente otra vez, tantos recuerdos que no quiero tener, pero siento que me hacen falta. Antes de arrepentirme, me pongo de pie y voy en busca de la llave del estudio de papá.

Al entrar todo está como lo dejé, con la diferencia de tener una capa muy gruesa de polvo. Tantos libros, fotos, recuerdos me toman por sorpresa y tan solo ver una foto de mi padre sosteniéndome en brazos cuando apenas era una bebé me hace llorar. Recorro el lugar, como siempre lo hacía cuando era niña y ese vacío que siento al no tener a mi padre detrás de mi para evitar que rompa algo, ya no es tan grande como la última vez que entré aquí.

Lo último que recuerdo es quedarme dormida de tanto llorar en el escritorio de papá, con el álbum de fotos.

—Blake, ¿estás bien? —me tocan levemente el brazo— Blake, hija despierta. Lorena y yo hemos vuelto.

Abro los ojos con dificultad y veo a mi mamá de pie mirándome con preocupación.

—¿Te encuentras bien?

—Sí, estoy pensando que fue una mala idea entrar aquí —me pongo de pie— ¿Qué hora es?

—Son las 9 de la noche, llegamos hace rato, pero como no respondías, vine a buscarte.

Salimos juntas del estudio y fuimos al comedor a cenar, habían traído pizza y pasamos un momento muy agradable. Me dolían los ojos de tanto dormir y llorar, luego de cenar me encerré en mi habitación y perdí la noción del tiempo con los auriculares a todo volumen.

—¡Blake, despierta! —me sacuden bruscamente y escucho un llanto— ¡Blake despierta por favor, te necesito!

—¿Qué pasó? —despierto sobresaltada—, ¿Qué hora es?

—Es la una de la mañana, tu mamá se encerró en el estudio y no deja de llorar.

Mierda, olvidé cerrarlo.

Me puse de pie lo mas rápido que pude y fui directo al estudio. La puerta estaba cerrada con seguro y escuchaba el llanto de mi mamá al otro lado.

—¡Mamá, abre la puerta, por favor! —un escalofrío recorre mi cuerpo entero.

—¡DÉJAME SOLA! ¡NO QUIERO QUE ME VEAS ASÍ! Por favor vete.

—¿Cómo quieres que te deje así? No me iré hasta que me abras la puerta o la derrumbo.

—Vete, por favor... —sollozos.

No dejaba de llorar los nervios se apoderaron de mi cuerpo, las manos me temblaban tanto que no podía controlarlas. Esperé unos minutos y cada vez era más insoportable. La mente se me había nublado por completo, pero por suerte recordé que tenía la copia de la llave ¿El problema? No tengo ni puta idea de en donde la dejé. Recorro toda la casa buscándola, tratando de no llorar. Lorena me ayudó a buscarlas y las encontré después de 10 minutos, en uno de los muebles de la cocina.

Llegué lo más rápido a la puerta y demoré en abrir con mis manos temblorosas. Cuando entré, la escena que vi me destrozó por completo. Mamá estaba en el suelo, junto al álbum de fotos y una navaja. Tenia las muñecas llenas de sangre y ella no dejaba de llorar.

Quedé paralizada, me siento dentro de una pesadilla, en la cual no puedo gritar y tampoco moverme.

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Mafer, no me odies, yo te amo.

Te mando saludos Estefany :v xd

Y Anabel, gracias por preguntarme cuando iba a subir capítulo xd

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