Capítulo 54

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Es el tercer día, estoy sentada tras el mostrador, mirando un punto fijo. Llega Amanda y la saludo con un movimiento de mi mano. Se da cuenta de la situación y no dice nada hasta unos veinte minutos después.

—Se que no servirá de nada que te pregunte cómo estás, porque puedo sentirlo desde la entrada. Pero quiero que sepas que aquí estoy por si necesitas hablar de algo —bajo la mirada— no haré preguntas y no diré nada más si eso te molesta.

—Lo siento —me pongo de pie y camino hacia el patio que está detrás de la biblioteca. Enciendo un cigarro y cuando estoy en el tercero, Amanda se sienta a mi lado en medio del césped.

—He dejado a Clarisse en el mostrador, te traje esto —me da un vaso de café.

—Gracias.

Se quedó sentada a mi lado, sin decir media palabra, no sé cuánto tiempo pasó y las lágrimas cayeron sin control. Ella me abrazó y no pude contenerme más. Entre lágrimas le conté lo que sentía, lo mal que lo había pasado, evitando las cosas que me contó mi madre. Me sentía muy débil, solo quería llorar hasta quedarme sin aliento y ella estuvo ahí, consolandome en todo momento.

—Eres muy fuerte y podrás superar todo esto, tienes a tus amigos y a mi para lo que necesites.

—No puedo creer lo mala que he sido contigo y ahora estés aquí conmigo.

—Son tonterías, siempre supe que había sentimiento dentro de todo ese enojo. Tal vez mi insistencia te molestaba, pero ahora entiendo cómo eres y tú sabes cómo soy.

—Lo sé, gracias, por todo —sonreí entre lágrimas y me dio otro abrazo.

Regresamos al mostrador luego de tranquilizarme y esta vez hablamos sobre el papá de Amanda, está en un tratamiento y la cosa no anda tan mal como lo esperábamos.

Ella se va una hora antes que yo y cuando llega mi hora de salida, salgo lo más rápido que puedo. Pero en la entrada me cruzo con Darren, su mirada de preocupación estaba fija en mi, traté de saludar y seguir de largo, pero me siguió.

—Blake, espera —dice a mis espaldas, sigo caminando pero noto que viene detrás de mi.

—Ahora no quiero hablar, Darren —digo sin detenerme.

—Cariño, no se nada de ti hace días y no me importa si hablamos o no, pero quiero estar contigo.

Eso hace que me detenga, llega hasta donde estoy y se detiene frente a mi.

—Te extraño —susurra.

—También te extraño —me acerco y nos damos un abrazo.

—Podemos ir por un cafe, a comer algo, lo que tú quieras.

—Ahora solo quiero disfrutar de tu abrazo —las lágrimas amenazan con salir, pero las retengo— no quiero ir a casa y que mamá se de cuenta que sigo mal.

—Vamos a mi casa, papá no llegará hasta muy tarde —dice al alejarse de mi— podemos pedir comida y ver algo si tú quieres.

—Está bien —le doy un pequeño beso y caminamos de la mano a la parada de autobús.

*

—La fiesta de Sam es mañana —dice al sentarse en la cama y yo me siento a su lado.

—Lo sé, no tengo idea de qué regalarle -—suspiro— ¿Cómo has estado? Lo siento si no he tenido el celular encendido.

—Han sido días no tan malos —sonríe— papá y yo discutimos, pero no como antes. Luego hemos jugado juntos. Solo que te he extrañado, quería ir a tu casa para saber cómo estabas, pero no quería invadir tu espacio.

—Te lo agradezco mucho —lo rodeo con mis brazos— no podía mantener una conversación sin ponerme a llorar.

—Lo lamento —besa mi frente— supongo que han pasado algunas cosas en casa, pero sabes que aquí estoy para lo que necesites.

—Lo sé, pero me he sentido muy frustrada. Porque hasta hace dos días me di cuenta de lo estúpida que he sido —suspiro— el discutir con mamá por cosas tontas, a veces levantar la voz por algo tonto que me hace enojar, pero luego darme cuenta que a ella le afecta más de lo que creo. Ha pasado por tanto y lo que menos quiero es hacerla sentir mal. —las lágrimas caen y no me detengo hasta quedarme dormida en sus brazos. Despierto y Darren me estaba mirando dulcemente.

—¿Te encuentras mejor? —acaricia mi mejilla.

—Sí, gracias —le doy un beso— ¿cuánto tiempo dormí?

—Media hora —mira su celular por un segundo y su mirada vuelve a mi enseguida.

—Y estuviste media hora viendo como dormía —arrugo la frente— debo haber roncado o babeado parte de tu almohada.

—No —se ríe— te veías muy tranquila y no quería molestarte.

Me da un abrazo muy largo, seguido de muchos besos. Todo se vuelve intenso, de pronto él está sobre mi, posa una de sus manos a lado de mi cabeza para no aplastarme y la otra en mi cintura, entre el pantalón y mi polo. Su tacto es cálido, intenta alejarse, pero yo lo abrazo.

—Blake, creo que... —Lo callo con un beso— no quiero detenerme, no puedo a menos que tú lo hagas.

—No quiero detenerme —susurro con el pulso levemente acelerado.

Su respuesta fue besarme intensamente, de pronto ya no tengo el polo puesto y él tampoco, el cinturón de su pantalón lo hace enojar, pero se deshace de el fácilmente. A la hora de bajar mi pantalón, me mira pidiéndome aprobación y yo solo asiento con la cabeza. Estábamos completamente desnudos, el recorría cada centímetro de mi piel con sus manos, se tomaba su tiempo para apreciar cada zona. Su mirada se mantenía fija en mis ojos, guardaba cuidado de cada gesto que hacía y llegado el momento, se alejó un minuto para ponerse la protección. Y lo demás... No encuentro palabras para describirlo, no sé cuantas veces he tenido sexo, tampoco me interesa recordar experiencias del pasado, solo somos él y yo; nuestros cuerpos encajan a la perfección y vamos a nuestro ritmo, sin apresurarnos.

Una fina capa de sudor nos cubre y nos cuesta recuperar el aliento, cuando todo terminó, me dio un beso en la frente y me abrazó. Estuvimos abrazados unos cuantos minutos y luego nos metimos a la ducha juntos; nos reimos, jugamos y todo lo que me preocupaba había desaparecido en ese instante.

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No he desaparecido, si planeo terminar la novela, solo he tenido muchos bloqueos uu
Gracias por seguir aquí y tener paciencia. ❤️

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