Capítulo 10: The Kissing Booth 3

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*CAPÍTULO +18*

-Dejemos de pensar - le interrumpí. Él estaba sentado al borde de su cama así que me puse a horcajadas encima de él, sentada sobre sus rodillas con las piernas alrededor de su cintura - ahora mismo solo sé que quiero volver a besarte.
Esta vez los dos nos abalanzamos sobre los labios del otro y le agarré del pelo.
El beso fue incluso más profundo que él anterior y se iba acalorando y volviendo más húmedo. A medida que movía mis caderas sobre él creábamos fricción entre nuestros cuerpos y no pude evitar separar sus labios de los míos durante un segundo para gemir al sentir un amago de erección bajo sus pantalones.
Me despojé del top bandeau blanco que llevaba con la ayuda de Noah, dejando a la vista el sujetador adhesivo push up blanco que no duró puesto mucho tiempo más.
Noah chupó el pezón de mi teta derecha mientras envolvía mientras la otra con su mano y , como por acto reflejo, rodeé mis piernas con más fuerza alrededor de su cadera.
Al finalizar su asalto en mis tetas, volvimos a juntar nuestros labios con aún más desesperación, como si quisiéramos comernos el uno al otro y, mientras tanto, nos colocamos lentamente de forma que él quedara totalmente tumbado sobre la cama y yo apoyándome en mis rodillas, que estaban colocadas cada una a un lado de su cadera. Cuando estaba a punto de tener que separarme de nuevo para poder coger aire Noah me mordió en el labio inferior, colocó sus manos en mi cadera y la hizo bajar, provocando el contacto de mi zona central con su erección.
-Noah - gemí. Él gimió en respuesta y volvimos a nuestra competición de besos mientras yo me movía sobre él.
No se cuánto tiempo estuvimos así pero en una ocasión dejé de besarle y le mordí el lóbulo de la oreja.
Sabía que a Noah eso le volvía loco.
-Joder - gimió -. Vas a acabar conmigo. - me reí apoyando la cabeza en un hueco de su cuello. Entonces, se levantó y yo me quedé tumbada sobre la cama de lado, mirando hacia la derecha. Como sabía perfectamente lo que iba a hacer me reí mientras me colocaba boca arriba y se ponía sobre mi, apoyando el peso en sus rodillas. Prácticamente, intercambiamos posiciones.
Noah agachó la cabeza buscando mi boca y yo levanté la mía para facilitarle el trabajo. Volví a bajar la cabeza para apoyarla de nuevo sobre el almohadón lentamente mientras nos besábamos y mis manos regresaron a su pelo. La derecha en su coronilla y la izquierda agarrando el flequillo que tenía hacia arriba.
Tiempo y muchos besos después Noah empezó a repartir besos por mi cuello hasta llegar a la zona de mi clavícula derecha, la cuál besó y mordió haciéndome casi estallar con solo eso. Gemí agarrando con fuerza las sábanas y arqueando la espalda.
-Aún no, Shelly - me dijo al oído con la voz ronca más sexi que he oído en mi vida. Me hizo vibrar por dentro.
-Noah...- susurré.
-Lo se- ahora se apoyó en sus codos también, para mirarme más desde arriba -. Pero quiero que tengas más tiempo para pensar en ello. No quiero que sea solo por un calentón y mañana te arrepientas y nuestra ahora estructurada amistad se vaya a la mierda.
-No me voy a arrepentir - dije con la voz entrecortada - Sé perfectamente lo que estamos haciendo.
-Te conozco Shelly y sé que a los cinco minutos de haberlo hecho y habernos recuperado te arrepentirás.
Bufé pero entonces se me ocurrió hacer algo. Algo que no había hecho antes pero había oído cómo se hacía...
-Si quieres puedo esperar y pensarlo un poco más - accedí - pero con una condición - Noah levantó una ceja - Quítate los pantalones - mire a la zona visiblemente levantada de sus vaqueros.
-¿Qué?
-Tú quítatelos - quizá soné demasiado impaciente y nerviosa a la vez que Noah me miró extrañado pero al final se levantó de la cama y se los quitó dejando a la vista sus boxers negros que marcaban su pene eréctil a la perfección. ¿Cómo voy a...?
-Shelly - me llamó la atención Noah.
-Ejem... Siéntate apoyado contra el cabecero - me puse de rodillas a un lado de la cama.
-¿Qué vas a hacer? - preguntó mientras hacía lo que le había dicho en un tono entre asustado y curioso. Normal, yo nunca me había atrevido en la cama a nada que no fuera hacer el amor y ahora...a ver como reaccionaba.
Me senté a su lado mientras me apartaba el pelo de la cara.
-Has dicho que necesitábamos tiempo y bajar el calentón que teníamos - me miró con el ceño fruncido mientras yo tocaba mis manos para calentarlas -. Yo te ayudaré a bajar el tuyo. - introducí mi mano derecha al interior de su bóxer sin preguntarle. Noah ahogó un gritó. No se si de sorpresa o placer. Seguí subiendo y bajando la mano a lo largo de todo su miembro aunque era bastante complicado debido al bóxer.
-¿Puedo quitártelo del todo?
Noah asintió entre jadeos y solo bastó que levantará un poco el culo del colchón para yo tirar de él y dejárselo hasta las rodillas para seguir con mi labor.
Ver a Noah agarrar las sábanas hasta dejar sus nudillos blancos, gemir, jadear, poner los ojos en blanco y echar la cabeza hacia atrás de placer me llevó hasta el límite. Yo pensaba que hacerle una gayola seria incomodísimo de cojones pero nada más lejos de la realidad.
De repente, sin avisar ni dejar de hacer el movimiento anterior me la metí en la boca y comencé a mover mi boca de arriba a abajo y en zona de la base que no me cabía realizaba el movimiento con la mano. Sobretodo me centraba más en chupar al llegar a la punta, de la que recogía pequeñas gotitas de semen con la lengua.
-Dios - gimió - , sigue... Más rápido, nena - me agarró del pelo y seguí su indicación -. Perfecto. Joder, todo es perfecto.
Repetí lo mismo una y otra vez mientras Noah gemía, jadeaba  y me agarraba del pelo, guiándome.
Su polla comenzó a palpitar en mi boca y me confirmó lo que sospechaba.
-Shelly, estoy cerca...muy cerca - gimió.
Y no se porqué pero con cada gemido me ponía más y el estado de euforia del momento me hizo abrir más la boca y finalmente me la metí entera y aumenté la velocidad de mi lengua. Arriba, abajo, arriba, abajo.
-Voy a...será mejor que te apartes si no - Noah no podía ni terminar una frase y tras cinco o seis arribas y abajos más se deshizo en mi boca en pequeñas sacudidas.
Podía sentir su mirada sobre la mía así que levanté la vista mientras me lo tragaba todo y echó la cabeza hacia atrás mientras decía algo sin sentido y ponía los ojos en blanco. Yo me incorporé y me quedé sentada observándolo mientras él tenía los ojos cerrados. Yo estaba a mil y en ese momento si llegara a abrir la boca solitaría un gemido bestial o un jadeo interminable hasta que aliviara el hormigueo casi insoportable que sentía en la zona del vientre.
Fue abriendo los ojos lentamente y me hizo un gesto para que me acercara y me apoyara en su pecho. Eso hice. Sin abrir la boca.
-Eres la mejor. Lo sabes ¿verdad? - me dijo apoyando su cabeza en la mía. Yo sonreí. - Me parece que lo correcto es que te devuelva el gesto - me separé para mirarle ¿Lo decía en serio? Si, su sonrisa maligna se había instalado en su rostro. Entonces, ¿iba a...? Dios, me encontraba extremadamente nerviosa y excitada a la vez. "Menos mal que me he depilado" pensé.
-Quítate los pantalones - me dijo. Yo me levanté y le obedecí. Noah me miró durante todo el proceso y contuvo mi aliento cuando dejé al descubierto mi braga brasileña de encaje blanco.
Noah se aclaró la garganta - Ven - se levantó -. Ponte como yo antes.
Me coloqué sentada contra el cabeceroy Noah se sentó delante de mi.
-Mmm... Mejor recuéstate un poco más - lo hice - Así perfecto - me sonrió y yo también - Hey, si quieres que no lo haga...
-No - me apresuré a decir -. Quiero decir que sí, si quiero que lo hagas.
-¿Puedo? - hizo el amago de rozar mis bragas por encima.
Yo asentí y palpó mi sexo por encima de las bragas. No pude aguantar un jadeo al sentir el contacto.
-Estás muy mojada... - dijo con la voz ronca - ¿Puedo quitarlas? - volví a asentir tragando saliva dificultosamente. Separé el culo del colchón y doblé las piernas el rato suficiente para que Noah me quitara las bragas y las tirase al suelo de la habitación. Él suspiro.
Noah se colocó entre mis piernas, que se encontraban separadas y dobladas sobre la cama. Dirigió su mano derecha a mi sexo y yo observé sus movimientos muy atenta.
-Sepáralas un poco más , nena - le hice caso -. Genial - me miró a los ojos -. ¿Estás segura?
-Si. - no bastó más que eso para que Noah metiera el dedo índice de su mano derecha dentro de mi. Al principio lo movió en círculos, para acostumbrarme a la sensación.
-¿Bien? - me preguntó. Yo asentí, mirándole. - Voy a meter otro, ¿vale? - volví a asentir y a su dedo índice se le unió el corazón. Esta vez hice una pequeña mueca. Supongo que me dolió un poco porque llevaba la friolera de ocho meses sin tener relaciones y mi vagina tendría que volver a acostumbrarse. Al igual que cuando metió el índice, hizo girar ambos dedos para que me acostumbrase.
-¿Puedo moverlos más? - asentí y salieron y entraron de mi. Una vez dentro los dirigió más a mi interior, a esa zona en concreto que, cuando sus dos dedos lo atraparon, envió una ola de vibraciones a cada rincón de mi ser y solté un gemido. Repitió la misma acción unas cuantas veces más y mis gemidos y jadeos aumentaron considerablemente hasta que una vez mi cuerpo reaccionó moviendo mis caderas acompasando el movimiento de los dedos de Noah.
-Así es, Shelly - Noah jadeó.
-Más rápido, Noah - gemí -. Más rápido - Y me hizo caso. Comenzó a meter y sacar los dedos más rápidamente y yo arqueé la espalda sobre la cama para hacerlo más profundo.
Siguió así un rato hasta que se inclinó sujetando firmemente mis piernas por las rodillas y comenzó a lamer mis labios vaginales mientras tenía los dedos dentro.
La sensación de placer que me invadió en aquel momento era indescriptible, al igual que el gemido tan bestia que salió por mi boca (aunque realmente era un grito) . Dejé de agarrar las sábanas para agarrar con fuerza su pelo.
Noah siguió con metiendo y sacando los dedos mientras su lengua succionaba, lamía y mordisqueaba por todas partes. Cuando llegó al clítoris, a la zona en concreto, llegué a creer que moriría de placer.
-Voy a... - me corrí en aquel mismo instante y las piernas comenzaron a ponerse de mantequilla pero Noah las sostuvo.
Repitió los mismos movimientos durante largo tiempo y puedo jurar que me corrí más de una vez hasta que al terminar (creo que la tercera vez) ya no podía más y me dejé caer del todo sobre el colchón al terminar. Estaba muy mojada, hasta por las piernas, pero por entonces no podía levantarme para ir a lavarme.
Noah se sentó a mi lado a mi derecha, me echó una manta que tenía a mano por encima y comenzó a acariciarme el pelo mientras yo tenía los ojos cerrados y esperaba a recuperarme de los orgasmos.
-Joder... - fue lo primero que dije. Me giré hacia la izquierda para terminar boca abajo.
-¿Qué tal? - me preguntó. Para mirarle coloqué mi brazo derecho sobre la cama en posición de noventa grados y apoyé la cabeza en la mano.
-No siento las piernas pero muy muy bien - sonreí tontamente.
-Así que no las sientes, ¿eh? - dijo con su sonrisa pícara.
-Nop.
-¿Segura?
-Al cien por ciento.
-Tú lo has querido - me volvió a tumbar boca arriba y comenzó a hacerme cosquillas poniéndose sobre mi pero sin apoyar el peso de su cuerpo sobre el mío.
Él sabía que tenía muchas cosquillas en la zona superior derecha de la cadera así que hasta allí dirigió sus dedos, levantando la manta hasta mi ombligo.
-¡Para, Noah! - reí mientras pataleaba - ¡Noah! - él también se empezó a reír - ¡Pues al menos ponte algo de ropa! - dije entre risas y estallamos en carcajadas.
-Ya paro, solo quería comprobar que no te había dejado inválida - sonrió mientras se volvía a sentar donde antes.
-Ja ja ja - rodé los ojos mientras me colocaba de lado mirando a Noah apoyando la cabeza en mi mano. Noah se rió levemente -. Me parece que tengo ir al baño - dije mirando hacia mis piernas.
-Mmm...creo que yo también - me dijo en tono sugerente.
-De eso nada - me levanté de la cama envolviendo mi cuerpo desnudo en la manta, dándole la espalda. Después, me giré para mirarle -. ¿No querías tiempo para pensar sin el calentón?
-Quería darte tiempo a ti, no a mi - sonrió.
-Mira, no te ofendas, pero creo que eres tú el que no está seguro de si es mejor hacerlo de una vez. Por una vez voy a hablar claro en lo referente al sexo, aunque solo oírme decir esa palabra es raro ya no somos tan críos y hay que decir las cosas por su nombre - Noah estaba flipando -. Nos hemos besado mucho, muchísimo y muy bien, la cosa se ha ido acalorando y para aliviarnos - me pusé a caminar a lo largo de la habitación, dando vueltas mientras diseccionaba la noche - yo te he...tocado y te he hecho una - ¿de verdad iba a ser capaz de decirlo en voz alta? - mamada -...vaya. Pues si -. Después tú me has tocado a mi y me has...besado ahí - no sabía decirlo de otra forma - y tú ahora te preocupas por hacerlo conmigo cuando prácticamente ya me lo has hecho con los dedos... Joder - me tapé la cara con las manos -, si supieras la vergüenza que tengo por decir estas cosas ahora mismo ya me hubieras parado - me reí, nerviosa, y me paré de pie delante de Noah, que me miraba serio sentado en la cama -. La cosa está así: yo voy a pasar a ese baño y tú...tú piénsalo bien. Cuando lo tengas decidido, dímelo. - me di media vuelta y fui hacia el baño.
Una vez entré cerré la puerta, me quité la manta y abrí el grifo de la ducha. Antes de entrar puse la temperatura del agua en templado, me hice un moño mal hecho para no mojarme el pelo y me desmaquillé. Después, entré y cogí la alcachofa de la ducha mientras iba mojando mi cuerpo. Dejé descansar la alcachofa sobre el escudo (parte en la que se encuentra el regulador de la cantidad de agua que sale y su temperatura) mientras me enjabonaba.
La verdad es que en ese momento dejé la mente en blanco, no pensé en nada y ni siquiera me preocupé por lo que Noah fuera a decirme. Respetaría su decisión.
No me importaban las consecuencias porque lo único que sabía es que jamás me arrepentiría de esa acción. Yo quería hacerlo con él porque de esa forma aún le podía sentir mío..., completamente mío. Y quería sentir que era mío y que yo era suya completamente, aunque solo fuera durante unos minutos.
De repente escuché como una de las puertas que daban con las habitaciones se abría.
-¿Noah? - pregunté sin asomarme, dejando la alcachofa de la ducha sobre el brazo de la ducha.
Inmediatamente las puerta corredera de la ducha se abrió, Noah entró completamente desnudo, la cerró a su paso y, cuando le iba a preguntar qué demonios hacía, volvió a juntar nuestros labios de forma tan salvaje que estampó mi espalda con la pared de la ducha.
Llevé ambas manos a su pelo (a la nuca y al flequillo) y el dirigió una de las suyas a mi cadera y la otra a mi barbilla, levantándola hacia arriba.
Nos besamos apasionadamente mientras el agua nos empapaba y, como siempre, solo separamos nuestras lenguas para gemir, jadear o conseguir un poco de aire. Con cada beso la intensidad aumentaba y nuestros cuerpos se juntaban más. Comenzamos a crear una fricción entre nosotros que fue poniendo firme su miembro. Cuando lo noté tímidamente sobre mi zona supe que lo necesitaba ya y le toqué con mi mano derecha como antes mientras seguíamos besándonos.
Un rato después, cuando lo sentí duro, aparté mi mano y Noah paró el beso. Nos quedamos mirándonos intensamente a los ojos mientras colocaba mis brazos alrededor de su cuello y Noah colocaba los suyos a ambos lados de mi cadera. Nuestra mirada era salvaje. Los ojos azul eléctrico de Noah reflejaban el deseo a la perfección y seguro que los míos reflejaban lo mismo.
-Creo que esto aclara mi respuesta - entonces atrajo mi cadera hacia él para hacerme notar su dureza contra mi sexo, lo que me hizo contener la respiración los largos segundos que nos mantuvimos así.
Recuperé la respiración cuando se separó y salió de la ducha dejando la puerta corredera abierta. Giré la cabeza para mirarle y le vi cogiendo un preservativo de una caja bastante llena guardada en su cajón (que era el que había a un lado del lavamanos).
-Así que eso es lo que guardas en tu cajón, eh. Una caja llena de condones, gomina, desodorante y colonia - dije burlona.
Noah se rió mientras rompía el envoltorio del preservativo. Procedió a colocárselo en la punta, lo desenrolló hasta la base y volvió a pasar dentro de la ducha.
Se colocó delante de mi y posó sus labios sobre los míos mientras yo envolvía mis brazos alrededor de su cuello de nuevo y él agarraba mi cadera por ambos lados otra vez. Fue un beso casto, sin lengua pero que duró bastante, no separamos los ojos de los del otro y vi tan claro en sus ojos lo que iba a hacer a continuación como el agua cristalina que deja ver los peces que nada en ella.
Me alzó y envolví mis piernas a su cintura a la vez que el empujó su cadera hacia mi para penetrarme. A la vez, se escucharon los sonidos de mi espalda impactando con la pared del baño, el golpe de nuestras caderas al unirse, el gemido gutural de Noah y mi gritó entre dolor y placer. Y es que no era lo mismo que me metiera dos dedos despues de ocho meses sin tener relaciones a sentir su pene dentro de mi.
-¡Dios, no te recordaba tan prieta! - gimió. Entonces me miró y vio mi mueca- ¿Te duele? - me preguntó sorprendido, aún dentro de mi.
-Es...solo es que llevo mucho... - seguro que me puse más roja que un tomate - Muévete, por favor.
Al principio Noah pareció dudar pero en seguida me hizo caso y se movió en círculos dentro de mí, acostumbrándome a la sensación al igual que hizo anteriormente con los dedos.
-Sal y vuelve a entrar, Noah - me atreví a decirle cuando ya no sentía dolor alguno, solo un inmenso placer.
Noah salió y volvió a entrar en mi. Esta vez tocó mi zona más sensible y casi me hizo explotar.
-¡Dios! ¡No pares, Noah!
Entró y salió repetidas veces con embestidas de la misma intensidad, que iban a compás con nuestros gemidos. Con cada embestida subía y bajaba mi espalda a lo largo de los azulejos, el agua que desprendía la ducha le ayudó a hacerlo más fácilmente.
Aunque el ritmo no era mi fuerte, me hizo explotar tras veinte embestidas al tocar mi clítoris en cada una de ellas. Ya se me había olvidado lo que se sentía en estos momentos.
-Más...más rápido, Noah - gemí. Y lo hizo.
Aumentó considerablemente el ritmo de las embestidas, que eran cada vez más fuertes que la anterior, y apreté más mis piernas a su alrededor. Quería sentirle más profundo, más dentro de mí.
Nuestros gemidos se volvieron más torpes y arrítmicos.
Para dejar de gemir, junté nuestros labios de nuevo en un beso salvaje y húmedo que duró lo que me pareció una eternidad hasta que Noah alcanzó el ritmo más rápido y duro que me hizo perder el sentido completamente. Separé nuestros labios y solté el gemido más gutural que he emitido en toda mi vida mientras arqueaba la espalda apoyada en los azulejos para sentir las embestidas rápidas y profundas de Noah aún más dentro de mi. A Noah le vino de perlas que mi pecho quedase a la altura de su cabeza para morderme un pezón. Lo que me hizo genie aún más.
Con tan solo cinco, volví a explotar. No se ni como podía seguir manteniendo las piernas alrededor de su cintura.
Bueno...si lo sabía. Porque quería que me hiciera perder el sentido un número de veces mayor hasta los que alcanzaba a contar.
Noah continuó con su asalto de embestidas brutales y yo le mordí el labio inferior. Entonces el buscó mi boca y unimos nuestras lenguas. Al finalizar el beso le mordí el lóbulo de la oreja, lo que le hizo gemir, y después le chupé en el cuello hasta dejarle marca.
En pocos minutos me corrí por sexta vez esa noche.
No se como Noah podía aguantar tanto tiempo sin correrse.
"Él está acostumbrado a hacerlo no como tú que te ha quitado las telarañas" me dijo mi subconsciente. Pero dejé de pensar en ello cuando Noah me hizo bajar las piernas de alrededor de su cintura. Casi no pude mantenerme cuando tocaron el suelo pero Noah me dio la vuelta haciendo que le diera la espalda, me agarró de ambos pechos con la mano, separé mis piernas y continuó. Incliné un poco el tronco hacia la pared, apoyé en mis antebrazos y la cabeza entre éstos.
En ese cuarto de baño solo se escuchaban nuestros jadeos y gemidos (en más de una ocasión pensé que me iba a desmayar del placer, del cansancio o de la falta de aire) hasta que el agua, justo cuando volví a explotar , se tornó gélida e hizo a Noah salir de mi.
-¡Mierda! - gritó cerrando el agua.
Yo seguí apoyada con la cabeza y los antebrazos en los azulejos de la ducha, con los ojos cerrados y jadeando, recuperándome del último orgasmo.
-Vamos...vamos a tu cuarto - dije recuperando la respiración.
Noah me sacó en volandas de la ducha y del cuarto de baño sin siquiera secarnos.
Al llegar a la habitación volvió a bajarme y yo fui directa a apoyarme como antes contra la pared libre que había entre la cama y el armario de Noah. Apoyando la cabeza, los antebrazos apoyados a ambos lados de ella y las piernas separadas para volver a recibirle. Noah no tardó mucho en colocarse detrás, recoger mis senos con sus manos y penetrarme de nuevo.
-¡Joder, joder, joder!
-Te gusta así, ¿verdad? - aceleró el movimiento y al escucharle me vino a la mente otro momento en el que me dijo lo mismo -. Duro y rápido.
-¡Ah! ¡Si! - gemí - Pero...eso tú...ya...¡Ah!...lo sabes - dije de forma entrecortada.
-¿Sigo siendo el único que lo sabe? - dijo entre jadeos.
-Si - gemí.
-Eres tremendamente sexi - dijo con la respiración irregular y aumentó el ritmo de las embestidas, con lo que me hizo cerrar los ojos y apoyar fuertemente la cabeza a la pared. Le conocía lo suficiente como para saber que estaba muy cerca. - Lo sabes, ¿verdad?
-Ahh...
-¿Te gusta que haga esto? - descendió su mano por mi pecho y el estómago hasta llegar a mi sexo. Me dejó sin respiración la sensación de sentir ahí su mano mientras salía y entraba de mi vagina así que solo pude asentir - ¿Y si hago esto? - introdujo su dedo gordo y comenzó a masajear mi clítoris en pequeños círculos mientras seguía entrando y saliendo de mí a gran velocidad.
-¡Dios, Noah!
-Respóndeme - me susurró al oído con voz ronca.
-Si... - gemí débilmente - me gusta.
Entonces, mientras entraba y salía de mi y masajeaba mi clítoris con su dedo, note su aliento en mi cuello descendiendo hasta la clavícula y comenzó a chupar muy fuerte. Yo jadeé.
Siguió realizando lo mismo unos cuantos minutos más.
-Córrete conmigo - me dijo cuando dejó de chupar.
-Noah...- eché la cabeza hacia atrás, tocando su pecho que subía y bajaba rápidamente, y puse los ojos en blanco cuando recibí al orgasmo más bestial de toda mi vida.
Mis piernas se volvieron de gelatina y, si no fuera porque Noah me sujetó agarrándome por todo el pecho y la cadera (como dándome un abrazo) me hubiera caído al suelo.
Mientras me sujetaba, Noah volvió a hundirse dentro de mi desacompasadamente notando, como su polla palpitaba, dos veces más. Cuando salió fuera de mi supe que se estaba corriendo y me eché hacia adelante para volver a apoyarme contra la pared.
-Hostia puta... - le oí jadear.
A mi derecha se encontraba su cama a tan solo un metro y medio de nosotros así que decidí andar un poco y luego dejarme caer boca abajo. Poco rato después, un movimiento y un ruido a mi derecha me avisaron de que Noah había hecho lo mismo.
Durante bastante tiempo el único sonido que se escuchaba en la habitación eran nuestros jadeos. Ni siquiera levantamos la cabeza del colchón, seguimos boca abajo con los ojos cerrados y recuperándonos poco a poco.
Yo fui la primera en moverme para colocarme boca arriba con cuidado de no rozar a Noah y en el proceso vi el condón usado sobre su mesilla de noche. Cerré los ojos y exhalé aire.
Minutos después sentí como Noah se movía.
Cuando abrí los ojos me puse de lado para verle. Estaba sentado contra el cabecero, mirándome con una sonrisa. No pude hacer otra cosa que no fuera imitarle así que le sonreí.
Me hizo un gesto con la cabeza para que me acercase así que me apoyé sobre su regazo (no antes de que se tapara de cintura para abajo con una sábana y yo me pusiera una manta alrededor de mi cuerpo). Entonces suspiré y cerré los ojos mientras que Noah me acariciaba el pelo. No se porqué pero en ese momento me sentí como alguien que volvía a casa después de mucho tiempo.
-Tendré el pelo hecho un desastre... - susurré nerviosa.
-¿De verdad ahora te preocupa tu pelo? - dijo Noah riendo -. Hasta hace cinco minutos no te preocupaba tanto...
-¡Noah! - le reñí incorporándome un poco y dándole un golpecito en el brazo. Los dos nos reímos.
-De verdad, debería ir a secarme el pelo... - volví a recostarme sobre el pecho de Noah.
-¿Para qué? Hace calor, el pelo mojado alivia - me estrechó más contra él. Sonreí tontamente.
-Mmm...supongo que tienes razón. Pero debería lavarme...-miré hacia abajo - ya sabes - Noah se rió.
-¿Tienes fuerzas para levantarte? - preguntó pícaro.
-Nop, ese es el problema - los dos nos reímos.
Entonces Noah se levantó tapándose con la sábana, recogió mi ropa interior y la suya del suelo y cogió una camiseta de su armario. Yo me senté con la espalda apoyada en el cabecero. Entró al baño y regresó con los calzoncillos puestos y la sábana sobre su hombro.
Le miré confusa mientras se acercaba a la cama y cuando llegó me cogió colgando como un saco de patatas.
-¿¡Qué haces!?
-Me has dicho que no tenías fuerzas, ¿no? - dijo mientras me llevaba hasta el baño. Yo rodé los ojos, sonriendo.
Cuando llegamos al baño me dejó en el suelo y los dos sonreímos. La verdad es que no sabía que decir.
-Yo...em...mejor...-señaló la puerta que daba hacia su habitación mientras que con la otra mano se revolvía el pelo.
-Si, claro - sonreí, nerviosa.
-Para que te limpies y... - se fue yendo marcha atrás, sin darme la espalda.
-Si, si. No te preocupes - sonrisa falsa en modo on. 
Noah sonrió falsamente también antes de cerrar la puerta.
Me volví a meter en la ducha y esta vez solo lavé mi zona íntima. Después me puse la ropa interior (a excepción del sujetador) y la camiseta de Noah, también me cepillé un poco el pelo con el tenedor para no tenerlo pegado al casco.
Entonces me quedé allí parada entre las dos puertas, no sabía si Noah querría que volviera a su habitación si ya lo habíamos hecho...
-¿Vienes? - escuché decir a Noah muy de cerca (seguro que estaba tras la puerta que daba a su cuarto), disipando mis dudas.
-Si, ahora mismo salgo.
Escuché como Noah se alejaba de la puerta y entonces salí.
Él estaba sentado sobre la cama con la espalda apoyada en el cabecero tapado con la sábana a pesar de que llevaba los calzoncillos. Golpeó suavemente una zona a su lado izquierdo que había dejado libre, indicándome que me colocará allí. Yo hice lo propio y me senté, un poco inclinada para apoyar la cabeza en su pecho y colocar mi mano izquierda sobre sus abdominales.
Nos quedamos inmersos en un silencio bastante cómodo unos minutos.
-¿Por qué antes has tardado tanto? - Noah fue quien rompió el silencio.
-Porque no sabía si querías que volviera a tu habitación después de haber... - decidí ser sincera. Mentir se me daba fatal y Noah me conocía demasiado.
Otro silencio, éste un poco incómodo.
-Elle..., ¿qué quieres de mi ? - preguntó Noah de repente, lo que hizo que levantara la cabeza para mirarle.
-Pues...no lo sé - mentira cochina.
-Sabes que no eres como las demás, ¿verdad? - hice una mueca -. Quiero decir que significas más para mi que una de las chicas con las que me suelo enrollar. Te aprecio mucho por diversas razones y no... Mierda, sabes que esto no se me da nada bien - sonrió de lado.
-Noah, ¿tú qué quieres de mi? - fui al grano.
-No tengo ni puta idea...
-Creo que deberíamos tomar un tiempo para pensar, un periodo de reflexión para saber qué queremos de verdad... - Noah no dijo nada -. Si quieres, claro.
-Vale, ¿y qué hacemos mientras tanto? - levantó las cejas de forma sugerente. De inmediato supe a lo que se refería.
-Pues... - me mordí el labio inferior, nerviosa - ¿Podríamos...emm...besarnos? - no dijo nada - No delante de la gente, claro. Cuando estemos solos... - Noah me miró de arriba a abajo mientras se mordía el labio inferior, intentando no reírse -. Ni se te ocurra reírte - le advertí pero Noah no pudo aguantar más y se rió -. Si no querías con que me lo dijeras directamente bastaba - dije molesta mientras me levantaba.
Noah me agarró de la muñeca y tiro de mi, haciendo que volviera a la misma posición de antes.
-Espera... No he dicho que no, solo es que no me lo esperaba, Shelly - sonrió y casi me hizo contagiar. Pero decidí rodar los ojos para disimularlo. Entonces me cogió de la barbilla y la alzó un poco mientras él se inclinó para dejar un casto beso en mis labios -. Vamos, - sonrió - era obvio que iba a decir que si.
Volvió a unir nuestros labios en un beso más largo y con lengua.
-Imbécil - le dije al terminar. Noah se rió y yo me volví a recostar sobre él.
-Elle...
-Dime - volví a levantarme para mirarle.
-¿Vas a contarle esto a Lee?
-Si, claro. Ya sabes, nada de secretos - los dos nos reímos.
-Bien - me dio un pico -. Ahora, duerme.
No tuvo que pedírmelo dos veces. Volví a recostarme sobre su pecho, cerré los ojos y dormí escuchando los latidos de su corazón mientras soñaba esperanzada de que Noah fuera capaz de darme lo que quería y esperaba de él. Volver a ser la única.

The Kissing Booth 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora