Capítulo 11: The Kissing Booth 3

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Me desperté al escuchar un sonido proveniente de la planta baja. Parecía que a alguien se le habían caído las llaves al entrar.
No pude evitar sonreír al sentir el cuerpo de Noah detrás de mi. Abrí los ojos y me giré para verlo dormido plácidamente abrazado a mi con su cabeza apoyada en mi pelo. Se habría colocado así cuando yo ya estaba dormida.
Iba a volver a cerrar los ojos y dormir cuando escuché un sonido igual al de antes.
-¡Shh! Tenemos que entrar despacio, Elle está durmiendo - distinguí la voz de Rachel -. Por favor Lee, ten más cuidado con las llaves.
-Vamos a mi cuarto. Le he enviado un mensaje a Noah y no contesta así que seguro que sigue de fiesta con sus amigos o está con alguna tía.
Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Hostia puta mierda.
No lo toméis a mal, iba a contárselo a los dos pero no quería que se enteraran encontrándonos a los dos en la misma cama, Noah abrazado a mi con solo los boxers puestos y yo vestida con una camiseta suya. No. No. No. Así no.
-Noah - le susurré al oído -. Noah. Noah, Lee y Rachel están abajo - le balanceé un poco.
Escuché el repiqueteo de los tacones de Rachel. Se estaban acercando a la escalera.
-¿Eh? - se movió un poco de forma que quedó boca arriba sobre la cama.
-Lee y Rachel están subiendo la escalera y según he entendido de su conversación vienen para tu cuarto. Tenemos que salir. Ya. - dije mientras recogía mi ropa y ordenaba un poco el desastre que habíamos montado Noah y yo antes.
-Joder - maldijo por lo bajo mientras se levantaba - ¿Y dónde me meto?
Le agarré de la mano - Ven, vamos a mi cuarto.
Al pasar por el baño vi que el agua ya se había secado. Bien.
Una vez llegamos a mi cuarto le pedí a Noah que se escondiera debajo de la cama.
-Pero...
-Noah, conozco a Lee y si quiere hacer algo con Rachel vendrá a verme para asegurarse de que estoy bien dormida - le interrumpí -. Por favor, métete debajo de la cama.
-Shelly, esto es ridículo - se pasó las manos por el pelo -. ¿No se lo ibas a decir?
-Se lo diré pero no quiero que lo sepa por encontrarme en bragas con tu camiseta puesta y a ti en boxers.
-Seguro que ya está con la baba caída y todo - escuché burlarse a Lee. Ya estaban en el pasillo.
En milésimas de segundo Noah se colocó debajo de mi cama, yo me tumbé y me arropé con la sábana, hasta los topes.
Tras cerca de un minutos escuché la puerta de la habitación. Lee y Rachel habían pasado.
Cerré los ojos con fuerza.
-¿Shelly? - escuché decir a Rachel a la vez que sentí ceder el peso a un lado de la cama. Se había sentado. - ¿Shelly?
-Está dormida. Ya te lo dije. Vayamos a mi cuarto que Noah seguirá fuera aún.
Cuando sentí que ya se había levantado de la cama y pasaron unos segundos entre abrí los ojos y los vi abriendo la puerta que daba con el cuarto de baño, dándome la espalda.
-Ya se han ido - escuché susurrar a Noah mientras salía de debajo de la cama.
-Si - susurré - pero me temo que no podrás ir a tu habitación en mucho tiempo - empezamos a escuchar ruidos en la otra habitación y ambos reímos.
-Shh...-dijo calmando su risa - Hazme un hueco - señaló la cama con un gesto de cabeza.
-¿Y por qué tendría que hacerlo? - dije con una mirada pícara mientras apoyaba mi cabeza en mi mano.
Sin previo aviso Noah se acercó y me besó. Y que beso fue ese... Bufff.
Para poder profundizarlo más Noah me cogió y yo, automáticamente, coloqué mis piernas alrededor de su cadera.
De ese beso solo diré que fue uno de los más salvajes y... que me puso a tono. Noah daba cada beso como si fuera el último y eso me encantaba.
-Noah - dije una vez logré separar nuestros labios. Aunque al segundo hizo temblar todo mi cuerpo al tener su lengua en mi cuello - Noah - dije más quejosa, empujándolo del pecho.
-¿Qué? - frunció el ceño, confunso ante mi reacción.
-Lee y Rachel están en la habitación de al lado...
-No se nos escuchará, Shelly - me interrumpió -. Ni siquiera les oímos a ellos y eso que ya estarán follando. - le miré estupefacta. Jamás podría entender como Noah podía pronunciar palabras así tan a la ligera.
-Cállate. No quiero imaginarme a Lee de ese modo - hice una mueca y Noah rió.
Me encantaba su risa.
-Bueno..., por lo menos no me negarás unos besos - dijo con su típico gesto de pícaro.
-¿Seguro?
-Vamos, Shelly, sabes que no puedes resistirte - me guiñó un ojo.
Y que razón tenía...

The Kissing Booth 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora