Capítulo 14: The Kissing Booth 3

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Durante todo el trayecto nos mantuvimos en silencio y eso no cambió de camino a casa.
Nada más aparcar nos bajamos del coche.
Al entrar Noah subió directamente a su habitación a paso firme y yo me quedé observándole desde el salón.
Llevaba sin mirarme desde nuestra conversación en el coche y eso dolía. Me lo merecía pero dolía como nada en este mundo porque yo...yo creía que le quería y eso nos iba a separar muchísimo.
Esperaba que pronto lo entendiera pero, si por esto no me volvía a dirigir la palabra, le entendería porque, si yo me pusiera en su lugar, me habría gritado a mi misma por haber hecho algo tan egoísta y decidir por él. Pero no me arrepentía de habérselo ocultado. Jamás me arrepentiría de ello.
Noah era de los mejores de su clase, había aprobado todo con sobresalientes y era el capitán del equipo de fútbol aún siendo uno de los novatos. Y estaba muy orgullosa de él. Todos lo estábamos.
Yo no tardé mucho tiempo en subir a mi habitación y, a medida que subía las escaleras, escuché ruidos que provenían de la habitación de Noah.
Sabía lo que estaba haciendo así que pasé a su cuarto sin pensármelo dos veces.
Al abrir la puerta me encontré con lo que ya suponía, un Noah con los puños ensangrentados.
Él respiraba de forma superficial, muy agitado, mirando hacia la pared que le había servido como saco de boxeo.
Yo me quedé en el umbral de la puerta sin decir nada y Noah tan solo me miró con odio de refilón hasta que volvió a centrar su vista en la pared.
-¿Te vas a quedar ahí parada todo el rato? - dijo haciendo una mueca de asco y odio.
Yo le daba asco. Él me odiaba. Y el corazón se me cayó al suelo.
- Hasta que dejes de hacerte daño - no se como siquiera me salió la voz.
Noah se rió mientras ponía los ojos en blanco. Como no dijo nada, proseguí:
- Ni la pared tiene la culpa ni tus puños son los que tienen que sufrir por algo que yo he causado.
- Eso no hace falta que me lo digas dos veces - al fin se dignó a mirarme de frente -. Mi familia y tú sois los culpables.
- No. Noah, no te confundas - tragué saliva -. Yo soy la única responsable de todo esto.
Él resopló mientras se pasaba la mano por el pelo. Se notaba que estaba intentando controlarse y no estallar.
- Mira, no quiero volver a discutir así que haz el favor de irte a tu cuarto - me mantuvo la mirada más serio (y enfadado) que nunca.
Ya no podía más. Comencé a morderme el labio inferior por puro nerviosismo. Pero no me moví ni un solo milímetro.
- Elle, vete. No quiero volver a repetirlo - su tono de voz fue grave, autoritario.
Yo seguí allí parada.
- ¡Vete de una puta vez! - de repente estalló y dio un puñetazo a la pared que me sobresaltó.
- No hasta que te calmes - conseguí decir en un susurro, volviendo a mirarle a los ojos.
Noah no dijo nada y tras mantenernos la mirada durante un rato salió de la habitación.
Yo me quedé allí, escuchándolo bajando las escaleras, buscando las llaves y saliendo de la casa dando un portazo.
Y entonces me llevé la mano hacia mi boca para ahogar un sollozo pero eso no evitó que me echara a llorar como una niña pequeña.

* * * *

- ¿Elle? - escuché un susurro.
Comencé a desperezarme poco a poco mientras me sentaba en el sofá un poco desubicada.
Recordé haberme tumbado allí para esperar a que Noah regresase.
- Elle, ¿estás bien? - June me observaba con preocupación.
- Noah... - sollocé sin poder evitarlo.
Ella se sentó a mi lado y me abrazó.
- Lo sabe, ¿verdad? - preguntó mientras me acunaba.
Yo asentí.
-Está...está muy enfadado y yo... Lo siento.
-Shh... Tranquila.
-Lo siento mucho - sollocé.
-Elle, mírame - June me agarró de los hombros suavemente para que la mirase a los ojos -. No es tu culpa, ¿vale?
- En realidad sí, es mi culpa - sonreí con tristeza -. Noah tiene razón.
-¿En qué?
-Me dijo que no era nadie para ocultárselo. Que era algo nuestro, de los dos. No sólo mío. Y tiene razón.
- Elle, se lo ocultaste con la mejor intención - me colocó un mechón de pelo tras la oreja.
- Lo sé pero ahora... Noah me odia - me limpié las lágrimas.
- ¿Dónde está? - se preocupó por él.
- No lo sé. Salió hace unas dos horas, me tumbé aquí para esperarle.
June miró hacia la puerta, apenada.
- Seguro que está bien - suspiró -. Ya verás que sí - me dio un beso en la frente - Noah es fuerte.
- No tanto como creemos... - susurré.

The Kissing Booth 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora