Capítulo 3

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—Señor Meliodas, le traigo a la señorita Fátima; el rey dijo que tiene asuntos que arreglar con usted y con los Pecados Capitales, me retiro —regresó a la chica—. Un gusto señorita —hace reverencia y se va del bar.

—Creí que no volverías —puso un semblante serio—, los elegiste e hicimos un trato que se acaba de romper, ¿qué está pasando? —deja lo que estaba realizando.

—No sé de qué estás hablando, pero la humanidad de mi realidad está en peligro por tus hermanos y Black. ¡¿Crees que ignoraría una situación de magnitud tan grande agregándole que, posiblemente, mi familia está con ella?! —los ojos se le cristalizaron.

—A nosotros nos invitaron a una boda. Desconocemos quiénes sean la pareja, aunque, por el tipo de carta, es Black —analizó, Meliodas.

—Perfecto, contrae matrimonio con un amor de mentira—seria.

—¿Cómo sabes? —cuestionó.

—¿Te acuerdas de Jordán? 

—Trataré —hace memoria—. ¡Oh! —exclama—, ya el que te gustaba y ella pensaba que estaban peleadas sólo por él —con cara pícara, le recuerda.

—No digas más. Es el único con quien se juntaría.

—Bueno —riendo.

Platicaron. Llegaron los demás integrantes cuestionaron a la joven.

—Gowther, les puedes devolver sus recuerdos —Merlín ordenó.

—Revertir — disparó unos rayos, el mencionado.

—Discúlpanos. Diana no paraba de llorar por las noches, y Elizabeth no volvía a trabajar por lo mismo. Esperemos a que despierten.

La primera en despertar fue Diana y, al ver a su amiga, se emocionó, la abrazó, se cayeron por el peso de la gigante. Iban recapacitando de quienes los estaban a su lado; con eso, Fátima les comenta el problema.

—Realmente, ¿qué piensas hacer sin tus habilidades?

—Debemos detener a Black y a los mandamientos sea como sea —entusiasma.

—Es posible que una parte las tengamos nosotros. La mayoría los tienen la familia real, después de todo fue Subaru quien te los quitó.

Callados. Entra Elizabeth gritando si era cierto que había vuelto, todos hicieron el típico «Shhh.» Faty estaba en un sueño, en parte de su pasado. La miraban atentos, podían ver ése momento...

...Despertó de aquel sueño que la atormentaba hace unos años y que no paraba de lamentarse por la pérdida. Miró al frente encontrándose la zona toda oscura, a unos metros, Felicia inconsciente haciendo movimientos raros y susurrando cosas que no podían descifrarse, ella dejó de hacer eso, se paró bruscamente en busca de alguien; cuando encontró aquello fue con una velocidad increíble. Poco a poco se le iba quitando la piel que tenía.

Llegando al final de su transformación, Faty pudo mirar con atención, quiso huir de ahí; algo se lo impedía: unas cadenas. Esperó hasta que llegara a ella y le rozara con su fuego.

Se desmoronaba, perdía su amistad de años con Felicia; si es que regresaba, no la iba a perdonar por semejante mentira.Una vez más se tenía que enfrentar contra su peor temor, Butterfly Bones. Cambió la situación cuando se empezaba a aparecer la marca demoníaca la cual todavía no controlaba. Semblante serio, el insecto iba a ella preparada para dar un movimiento.

Comenzó la pelea que nunca se creyó tener de verdad, ambas peleaban sin control alguno, nadie estaba ahí para detenerlas. El territorio se había destruido gracias al poder innumerable que tenían, bastante tiempo fue de ataque una a la otro. Cuando cayeron desde muy alto, a la mariposa se le había apagado su cuerpo de esqueleto y a Faty se le había quitado la marca. Con mas razón, Faty la pudo apreciar; apenas caminaba, iba a cobrar venganza dando el último golpe para eliminarla; una advertencia apareció enfrente de ella que decía: «Código: 46HTG53J7. ¿Desea abrirlo?» Con algo de inseguridad lo hizo y aparecieron sus padres adoptivos. Quedó paralizada. Nada había cambiado en ellos, la vieron e inmediatamente corrieron hacia ella llorando.

Al fin los recupero...

...Terminaron llorando, jamás Faty les había contado lo que de verdad pasó en esa pelea.

Merlín había mencionado que para recuperar sus poderes tenía que cambiar algo que juró no hacer: perdonar a Felicia. Resiste el enojo, varios intentos fueron hasta que por fin logró entenderlo. Despertando, alarmó a todos dándoles una sonrisa y con lágrimas en los ojos, la abrazaron. Se había hecho de noche.

A la mañana, fue normal. Faty quedó en ayudarlos para ver si sabían algo de los Sakamaki, respondieron con una gota de sudor. Acabando su jornada de trabajo, hablarían tranquilos de eso.

—En el castillo de Karl. La tradición de ellos es que el rey tiene que vivir ahí por su reinado; nada habrá cambiado —dijo Elizabeth.

—Entiendo. ¿Cómo sé que estoy de vuelta? —entusiasmó, Faty, impaciente.

—¿Quieres comprobarlo afuera, enana? —Ban ofreció.

—Eso no se pregunta —sonríe yendo afuera con Ban.

Más tarde llegaron al bosque, divagaron por un momento hasta encontrar el lugar deseado donde les pidieron nombres y asuntos a tratar —por seguridad—. Los guiaron hasta una un puerta que era bastante alta, al abrirla, esta rechinó como si fuera película de terror; un joven estaba mirando por la ventana al jardín trasero de aquel castillo. Giró. Los contempló asombrado diciéndoles a sus sirvientes que se podían retirar sin quitar sus ojos en la castaña.

—Es un gusto estar en otro caso, señorita Demon —inició, Subaru—. Merlín me informó todo: Black se va casar —sin movimiento, habla.

—¿Le dieron invitación? —Faty interrogó.

—Yo pensaba que faltaríamos a su boda.

—¡¿Mi boda?!

—Al perecer piensan que es tu boda. Tienen la misma apariencia en físico, aunque aquellos que han pasado bastante tiempo contigo; sabemos que no te casarás ni por que te ofrecieran doce millones de dólares —todos rieron—. Comencemos.

Break The Limit: Pesadilla Final  En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora