Ahora se daba cuenta que es preferible estudiar que estar en problemas, con nadie en quien fiarse.
—Te amo —sintió una mano apoyarse en su espalda. Se movió en señal de molestia.
Sus sueños lo llevaban a despertarse y quedarse así hasta que sus ojos marrones estuvieran rojos.
—Nadie te pondrá en peligro. Estoy aquí para protegerte —lo acarició.
Es una tortura que no pueda contarle a ninguno de los que tiene cerca lo que siente. Por lo menos a Raúl le decía que opinaba sobre la situación y se desahogada.
—Tú, mi querido —subió su mano hasta el cuello—, Jo- —fue interrumpido por un sonido de haberse dormido definitivo.
Salió sin decirle el nombre que hace mucho ya no escuchaba, se aferraba a que él era su esperanza de ser amada otra vez.
—No estarás solo, mi querido Guillermo.
En horas despertaría con una jaqueca de mil dolores y con una sed que nunca había sentido.
No jugaba en decir que su amor regresaría. Nadie sabe en que época están y puede que Karl del pasado se involucre en esto.—Señorita. Es hora de dormir para usted —mandó Flora.
—Sí, solo explicaba a Guillermo las cosas.
—Sabe que no se llama así, señorita se puede arrepentir. Aceptar que él se fue.
—¡Jamás! —explotó, giró en su propio eje y se marchó.J no abría los ojos. En minutos breves lo haría, pues las horas eran rápidas. Sus latidos se apagaban, su cuerpo perdía color.
Era una preocupación por parte de Raúl y Leslie; antes habían decidido que iban a regresar a sus vidas sin luces extravagantes, eso implicaba quitarse las visiones.—No tenemos elección Raúl. Iremos con ella, tal vez ayude.
—¿Y si no? Que harás, ni siquiera nos ha hablado.
—Lo hizo.
—No nos reconocía.
—Sí, pero es nuestra amiga. Que nos acompañe de castigo —le tocó el hombro consolando lo. J no es su amigo, en el transcurso en la estancia con el rulos, se acostumbro a su genio.
—Bien.Se pusieron en camino.
Había un dilema: no saben donde vive la castaña.—¿A qué dirección vamos? —dijo la azabache de chinos.
—Quizá recuerde. Nos dijo parte de su calle, hay una iglesia.
—Cierto. ¿Te acuerdas del nombre?
—Tú, sígueme.Continuaron caminando hacia donde parecía estar el antiguo hogar de su amiga. La familia se mudó un mes antes. Merecían unas vacaciones y despejar la mente, después del lío de aquel secuestro, no dejaban de cuestionarse que hacer.
La policía no servía en su caso, la magia no estaba a su alcance.
Retomarían su vida, es necesario. Pero hasta tener noticias de su hija, no se detendrán.
—Para ir a una dirección tenemos que visualizarlo —le dijo Raúl, pensando en imaginando la iglesia.
—Yo sé cual es.
—Imagina que estás ahí, junto a mí.Leslie se imaginó más allá del tiempo, ellos en una boda. Sonrió para si misma.
A Raúl le importaba su amiga, ya no creía que conoce absolutamente todo de BYL.—¡Listo!.
En abrir y cerrar de ojos se transportaron a la iglesia. Lo único malo era que tendría que buscar la calle o la colonia exacta.
—Nos dividiremos en dos partes.
—Yo, por acá —señaló a la derecha Leslie.Se dispusieron a buscar por la zona, preguntando. La señora es muy conocida por esos rumbos.
—¿Sabe si aquí vive la familia Otero? —dice la China azabache.
Habían llegado a una vecindad, por aquí y por allá respuestas.
—Yo soy amiga de la abuela de los niños —le anuncio la señora abriendo su hogar—, pero me temo que han salido de vacaciones, porque al parecer la nieta no ha estado por mucho tiempo.
—<<Así que no has regresado>> —dijo para sus adentros, Raúl—. De casualidad no dijeron a donde se iban.
—Hugo, el hijo menor de mi amiga, junto a su hijo quería ir a Japón.
—Está fuera de nuestro alcance. Agradecemos la información.
—No hay problema. Los extrañamos mucho por aquí.Se fueron, podían buscar con la otra familia. Ella alguna vez les había contado sobre la pelea que tuvieron la familia por parte de la madre contra su padre.
—La verdad ya me canse. ¿Tú, no? —la chica paró y se sentó en la banqueta.
—También.Su cabaña los esperaba para por fin echarse en la cama y tener un profundo sueño.
—Llamaríamos.
—Y con que número, ¿la has visto usar un teléfono en los últimos meses?.
—Tienes razón, quizá ya se le olvidó cómo usarlo —rió imaginándose a la castaña utilizar nuevamente un teléfono celular.
—Nuestra siguiente parada será el castillo de ese rey.
—¿Cómo se llama?.
—No lo sé, pero es japonés, eso seguro.
—En marcha.Van días que ya no saben cómo están sus amigos, por primera vez, se ven involucrados en los problemas que surgen en BYL, esas sensaciones de no saber que hacer son las que bloquean al ser que es inexperto y que solo vienen a jugar. En este caso ellos eran esos. No era un lugar para apreciar, claro, tendrá sus paisajes, es una nación creciente.
Pero ellos no comprenderían si alguna vez les dicen "El grupo de Conquista Básica no temía de nadie" o "Aquellas batallas entre la señorita The Little Demon y Black eran fugaces, peleas mortales", "Esa chica tenía a personas dentro suyo, y era un enorme monstruo que parecía una mariposa".Si es correcto o no. El rencor desaparecía hacia su amiga, pues ahora comprenden un pedazo de los conflictos grandes de aquel lugar.
Con sus visiones no sabían si solo pueden ver el futuro de la gente y hacer portales a lugares que ya han visto antes. Llevarían esa investigación a lo profundo para cualquier ocasión. Por ello indagarían más en los lugares por donde está su casa situada, puede que roben energía de otros o magia hagan. Se tomarían su debido tiempo por completar su información.

ESTÁS LEYENDO
Break The Limit: Pesadilla Final En Edición
RandomConectando... Un sueño más... «Si vuelvo, pediré que recuperemos esos momentos en los que no estabas aquí.» Karl Sakamaki planea llevar a Fátima a otro mundo, en un movimiento desesperado, para reiniciarle la memoria. Al darse cuanta, Christian...