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Duró mucho la vigilancia hacia Black, Christian, que, era el único en la escuela restante. De sorpresa no sintió la presencia de esta, supuso que faltaría porque su coronación estaba aproximándose. Continuó con su jornada escolar normal.

—Se está tornando aburrido.   
—Ni que lo digas —afirmaron a su lado.   
—¿Y eres? —dio la vuelta para mirarla de frente.   
—Te he visto junto a unos amigos —restó importancia a lo dicho del moreno.  
—Que son... —dejó al aire la frase.   
—J, Leslie y el otro.    
—Como sea, no vengo a gastar en ti, mis energías. 
—Soy Ada ex-novia de J.   
—¿Qué te da por hablarme?. 
—Me dirás dónde se encuentra Fátima. Ella me arrebató a J; por su culpa también se fue.   
—Ya me contaron sobre ti. Fuiste tú, la que lo engañó.   
—Necesitaba algo para consolarme, me había gritado. Y esa maldita, me empujó a tal grado que casi se me rompen las costillas. Estuve en cama por mes y medio.  
—Te veo pasar todos los días de la semana, y vas bien campante con tus amigas. No me vengas con el cuento de que ella y él tienen la culpa.    
—Sólo es ella, él estaba molesto.  
—Cree lo que debas, pero en tu consciencia está la verdad. 

A causa de tener una novia que se entera de todo, Christian sabía de Ada. Merry le advirtió que tenía parejas por doquier. Al irse de la escuela, fue a casa a pie; preocupado porque Black no aparecía y presencia de Karl se fue, era posible que abriera más portales aleatorios.

—No pudiste ir tan lejos. 

Concentrado en la tarea que le dejaron, le hablaron para comer. Complicada se volvió la relación entre él y su familia al pedirles que le ayudaran a inscribirse a la escuela de su amiga. 

—La comida está servida —Marcela, la mamá de Chris, era una abogada. Por lo tanto, siempre vestía con ropa formales para los clientes.   
—La comida se va a enfriar. ¿Estás bien? —pregunta su padre. 
—Hace unos días que no veo a Merry y me preocupa —contesta él, viendo al plato.   
—Debe estar con su familia. 
—Ella tiene bastantes secretos, entre ellos no hay familiares.   
—Desarrolla.  
—Le falta una familia. Ustedes saben muy poco de ella —dice sin más.   
—Tu comportamiento se me dificulta entenderlo. Desde que despertaste, nos hablaste, que estabas bien junto a unos amigos. 
—Las complicaciones crecieron, y si dices que no regresé a casa es por eso. Mis colegas me necesitan.   
—Somos más importantes que esa bola de locos.  
—No hables así. Tuve suerte de sobrevivir, sin ellos, yo... me hubiera convertido en algo peor a lo que soy.   
—Esa boda, a la que asistimos; ¿no fuiste tú quien lo iba a hacer, cierto?.   
—Estas son las cosas que se complicaron, Faty es quien los sacó a todos de esa espantosa iglesia. Deberían agradecer que siguen aquí, y no esclavizados en un castillo sin nadie más que tres personas —bruscamente se puso de pie. 
—Lo expresas como si ella estuviera.   
—Porque es así.   
—Has hecho muchos esfuerzos para traerla. Supiste que fue posible verla por otro grupo, que no mencionaron nada porque desaparecieron. Para y conversa. 

Coge su mochila, abre un portal y da paso al otro mundo.

—Pronto, todo se esfumará.

Black, con indirectas, le avisó a él que Merry estaba en aprietos. Creyó que eran especulaciones de ella para hacerlo enfadar y las ignoró. Sin rumbo, y sin donde quedarse; se detuvo en una de las viejas bancas del bosque. Se le prendió en foco, al irse al castillo y quedarse ahí. 

—Una fuerte aura viene. 

Tranquilo se fue a las escaleras, con murmullos en la zona; apresuró con más inseguridad al oír las voces.

Pronto iría a saludar, sus ideas están bloqueadas con los repentinos casos de desaparición. Sin querer iba a chocar contra una pared, pero antes de eso le advirtieron del acto. 

—Christian, es bueno verte —Yui sosteniendo una bandeja de lasaña, previno el golpe. 
—Te ayudo —responde él, cuerdo. 
—Gracias.   
—Para venir acá, tuviste que pelear con tus padres.  
—Si intento explicarles más, me meterán al manicomio.   
—Despreocúpate. Micaela y Ayano estarán contentos de verte.    

La dirección: el comedor. 

—¿Te enteraste de que Faty ya está aquí?. No nos has contado nada al respecto. Al ver a Felicia fue directo a ella.  
—Me imagino que se quedará a cenar.  
—Por supuesto, ahora todos estamos al pendiente —rió—. ¿Tú estás bien?.  
—Merry no me contesta los mensajes.  
—La mayoría de la gente no está acostumbrada a la tecnología. No la estoy justificando, simplemente quiere estar sola. 

Sirvieron a cada quien su porción, iban tomando lugares. Al tragar el bocado restante, se fue a la recamara dada anteriormente en BYL. 

—¿Qué le pasa? —Faty mantuvo sus manos en el plato vació, camino hasta la cocina y poner el objeto ahí para ser lavado. 
—Está agotado —explicó Yui. 
—Iré a-. 
—Mañana. Tuvo un día difícil. 

[Dentro de la habitación de Christian] 

—Te debo decir que me iré.  
—Con anticipación, tampoco estaría mal.  
—Voy a aclarar cosas con gente de lejos.  
—Tus negocios así no son. Cuéntamelos, sueles hacerlo.  
—Te quiero lo bastante para cometer algo así. Tú y yo no saldremos perjudicados —se da cuenta de sus palabras y pronto abre un portal.  
—Lo resolveremos. A quienes vas a lastimar.  
—Lo siento. 
—Merry. Por favor, es suficiente.  

Merry no hace caso y traspasa la ventana. 

En su cabeza revivía aquel recuerdo. Daba vueltas, su posición a los segundos incomodaba. 

—Toc, toc —se escucha detrás de la puerta.  
—Adelante —se sentó en la cama.  
—Fui imprudente, pero no aguanté.  
—Costumbre tuya.  
—Ya sabes. Vengo porque no estás "normal" si nos podemos llamar así.  
—Han ocurrido cosas en tu ausencia.  
—Correcto. Desahógate. 
—Cuidé a Black en la escuela, Merry y- —se detuvo—. Cuéntame cómo te fue.  
—No me puedo quejar —mintió—. Eso sí: algunas imágenes no están claras; mi cabeza se pegó fuerte tanto que estuve inconsciente.  
—Entonces dime qué pasó con Karl y Black —la jaló a tal modo que aterriza en la cama acostada.
—Al respecto no sé mucho, sólo encontré los cuerpos inertes. Me guiaba un hedor a los pozos y como mis poderes se están despidiendo, rogué para alzar la cosa y una bolsa negra salió; la abrí y eran ellos.   
—Entonces los aventaron. 
—Sí, también tenían marcas de mordidas del cuello hasta la clavícula. 
—Me da curiosidad, ¿cómo tú cuerpo reaccionó?. 
—Es complicado describirlo. Elizabeth amortiguó el dolor —tocó la zona.
—Interesante —bostezó.  
—Ahora sí a dormir.  
—¿Te quedas?. Necesito un apapacho.  
—Bien, sólo porque se siente feo cuando te lo niegan —se acomoda sobre el espacio para caber los dos. Rápidamente caen en brazos de morfeo.

Break The Limit: Pesadilla Final  En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora