—Ocupémonos de cómo ayudar a la gente —Diana cambió de tema.
El reino confiaba en que los Pecados Capitales y varios grupos de caballeros los protegerían en caso extremo de desastre, Merlín los transportaría al Bosque del Rey Hada.
—Es cierto. Si no lo logramos, hay probabilidad... —Elizabeth no quiso terminar.
—No lo digas. Haremos lo posible por salvarlos —Meliodas abrazó a Eli.
Tan pronto como fueron liberados los amigos de Karl, el caos en Liones aumentaba; lamentablemente, Fátima, Christian, los Sakamaki —sin contar a Subaru— y Mukami no estaban disponibles. Entretenimiento tenía su majestad Karl en esos momentos, disfrutando de inmensurable poder guardado en lo recóndito de BYL.
Si esto no acababa, llegaría la posibilidad de que corran peligro generaciones futuras.—Parece que ya son todos, estoy agotada —Merlín tomó un descanso.
—Señorita Merlín, aquí tiene su vaso de agua —Escanor le entregó un vaso.
—Gracias.
—¿Dónde están los demás? —Escanor vio al cielo.
—¿Usted no escuchó la historia o sí, señor Escanor? —Elizabeth preguntó.
—¿Cuál?
—El señor Karl se autoproclamó rey de BYL y manipula a su familia siendo causante de éste desastre. Tenía un amigo que era un payaso, junto a él secuestró a la señorita Fátima, arrebatándole su libertad —dramatiza—, borrando su memoria y no haciéndole saber nada de esto.
—Ése idiota jamás se detuvo ni por un par enfrentamientos. Su vida es un ciclo: muere y resucita como si nada —King se enfureció.
—Dejemos las penas a un lado.
Demonios rojos, grises y verdes musgo destruyendo las aldeas cercanas, los alarman.
—Tenemos que ir.
Los guiaron al Bosque del Rey Hada como acordaron. Con sus tesoros sagrados, los atravesaron, fáciles de eliminar. Pensaron que ya no podía empeorar más. Black con Chris surgen desde abajo, los ojos del moreno eran negros, sin vida. Ni una gota de color. Él seguía a Black a todas partes intentando derribar el campo seguro del bosque, ya que, al ser controlado, no podía atravesar.
—Salgan, malditos cobardes. Me las pagarán por interrumpir mi boda —Black pasea levitando. Chasquea—. Asegúrate de que no escapen —vuela en dirección al cielo. Christian se quedó observando.
Una fumarola tóxica desciende hacia el campo mágico para deshacerse de este. Las fuerzas de King se debilitaban, desertó cuando se agotó por completo. La población de la zona gritaba: los demonios tenían acceso y aplastarán el terreno. Un portal se abre, un largo rayo de luz asciende hasta el cielo, en su recorrido, se divide y petrifica a los demonios. Al toparse con la fuente malvada, la toxina se elimina. Christian va en busca de Black.
Durante la ida de los contrincantes, la paz sería momentánea. El capitán de los Pecados Capitales se atrevió a atravesar la ventana misteriosa: una joven pelirroja se encontraba al otro lado.
—Bienvenidos, ¿algo en que les pueda ayudar? ¿Qué pasó durante mi ausencia?
El rubio, al identificar a la persona, le causa una mueca...
...Durante un mes, Felicia vagó por diferentes mundos, indagando si podría liberarse de Butterfly Bones. Se rindió al no encontrar algo que se relaciona con un sacrificio mayor. Decidió volver a BYL, en Primer Castillo, allí, se topó con Karl. Charlaron un rato, este acto ayudó a recuperar a la familia principal...
...Felicia, al percatarse de que Fátima —la persona que daría su vida por ella— no se encuentra con los Pecados Capitales, crea una excusa porque esté rescatando a más inocentes.
—¿Y Faty? —los miró preocupada.
—Ella desapareció —Merry encaró a la pelirroja, preparándose para dar el resumen de los días acontecidos.
—Silencio, por favor —llamó la atención el rey de Liones: Baltra—. Desconocemos quién nos haya salvado, pero sea quien sea, le apreciamos el acto. Anden con —de la un ataque de tos—, cui-da-do.
—Yo los traje —Felicia pasó al frente.
—Disculpe, señorita... —el rey le permitió seguir.
—Mi nombre es Felicia —extendió su mano al rey—, soy hermana (no de sangre) —aclaró—, y mano derecha de Fátima —sonrió.
King corrió hacia ella y la abrazó.
—Finalmente te puedo ver en persona. Soy King, ella me habló sobre ti.
—Oh, hola —saludó, Felicia, feliz.
—Tuvimos suerte de que nos pudieras traer —separándose.
—Le doy las gracias —Baltra va terminando— por refugiarnos por el momento acá. Trataremos de no ser impulsivos.
—No se preocupe, hice una promesa y no la volveré a romper.
—Cómo sabemos que no nos estás mintiendo; yo nunca escuché hablar de ti —Ban desconfía.
—Bueno —se rasca la nuca—, no sé que les haya dicho. Pero puedo transmitirles el recuerdo de cómo nos conocimos...
...Una violenta discusión con su hermana mayor hizo que se fuera de casa, por el pastizal se paseaba sintiendo en su piel una fresca brisa. Se recostó en una roca, el baile y los susurros de las hierbas era relajante. Lo necesitaba. Escuchó las hojas crujir, alguien se aproximaba. Se hizo la dormida pensando que era su hermana, pero su idea fue descartada cuando, por el ruido, abrió los ojos.
—Lárgate de aquí, Sarahí —arrojó una roca.
—¡Oye! Tranquila sólo estaba pasando por estos rumbos y te vi, nada más. ¿Qué haces aquí? Puede ser peligroso y más a estas horas —dijo una voz que no reconocía.
—Nada que te importe —muestra ser ruda—, ya te puedes ir.
—¿Me dejarías ayudarte?
—¿Por qué? Si ni siquiera me conoces.
—Bue-eno, digamos que quiero ayudar. ¿Escapaste de tu casa?
—Sí —respondió decaída—. Soy Felicia.
—Fátima —estrechan manos—. ¿Qué te parece si nos trasladamos a mi casa?
—Llevo casi una semana y ya se me terminó la comida —mintió en el caso del tiempo fuera, sólo tenía hambre.
—Bueno, vamos a un restaurante de comida si tú quieres.
—Pago lo mío.
—¿Segura?
—Nunca dije que no tenía dinero.
—Entonces, ¿por qué no te has ido de acá?
—Porque no tengo donde ir —respondiendo obvia.
—Okie-Dokie...
...Sin confusiones, Ban quedó callado.
Por su lado, Subaru entró a su antigua casa. Se dio cuenta de que su familia estaba tirada en el suelo.
—¿Cómo le hiciste para quitarles el hipnotismo? Y, sobre todo, ¿cómo los trajiste? —el menor de los Sakamaki pregunta saliendo de la mansión a Felicia.
—Fácil, recité un hechizo. Respondiendo la pregunta dos, tuve que hacer negocios cruciales para traerlos.

ESTÁS LEYENDO
Break The Limit: Pesadilla Final En Edición
AcakConectando... Un sueño más... «Si vuelvo, pediré que recuperemos esos momentos en los que no estabas aquí.» Karl Sakamaki planea llevar a Fátima a otro mundo, en un movimiento desesperado, para reiniciarle la memoria. Al darse cuanta, Christian...