A la ida de los chicos (Raúl, Leslie y J) tuvieron que optar por obtener una casa.
Las casas sin como cabañas, eso si:son grandes para una familia o para una reunión.—Seguro que aquí vamos a estar bien —habría dicho Less.
No habría problema en comprar una.
—¿Estás seguro que quieres intentar esto cuando ya tienes una casa? —J se molestó.
Después de lo visto en aquel pueblo no era de extrañarse. ¿Estaba dolido?, sí, puede ser. Pero no tendría, ya que el mantiene una relación ahora con Zea.
—Bien. Yo no pagaré nada.
—No te pedí que lo hicieras —Raúl ya estaba cansado de dar vueltas ante la vida que tiene.
—Calmen se —dice Less.
—Vamos, ya tengo sueño —Raúl bostezó.A lo largo que es el sendero hay unas cabañas. El pase era ingresar el dinero, nada más. La tecnología no se atrasaba en BYL, al contrario aumenta.
—Vaya, sí es grande —en ese momento Less se aventó a una cama, deseando nunca separarse de esta.
—Al final algo habitual —dijo acariciando la almohada.
—Ya me voy a dormir —J se echó en la cama para cerrar sus ojos e ignorar que los dos seguían allí.
—Buenas noches —mencionaron al unísono.Mientras ellos hacían algunas necesidades aguantando las ganas inmensas de pegar un ojo, hablaron sobre lo acontecido en los últimos días.
—No creo que sean algo —recordando al chico del baile quien les invitó.
—La besó -Raúl sonó obvio.
—Sí, pero no se puede quedar ahí para siempre. ¿Y su familia que?, ¿Y nosotros?.
—Si no es por nosotros, será por ella misma.
—¿Cómo?.
—Supongo que con sus instintos. Quiero decir dentro de ella sabe que no pertenece a ese lugar.
—A esperar.
—Exacto.Se arroparon, casualmente eran dos camas y J se adueñó de una completa.
Tan tranquila la noche en BYL que no hay sospecha si hay movimiento del viento o las hojas de los árboles.
Por esas fechas ya era casi otoño.
El frío se hacia notar, las mantas eran suficientemente calientes para la pareja.J se removió para buscar la cobija y seguir su sueño.
Lo que no se esperaba es que ya era de mañana, la luz le daba en la cara.—Y esto no para —restregó sus ojos.
Sentado a observar la locación, pasaron unos breves minutos para pasar a abrir la puerta y ver más allá.
—Me alegro que estés despierto, el desayuno está servido —se aproximó.
—Aquí tú me dices quien eres.
—Lo siento cariño. Soy Alex —extendió su mano dispuesta a estrechar.
—¿Y qué hago aquí? Mis colegas me esperan.
—No hay porque preocuparse. Ellos ya vendrán después -lo tomó de las mano para arrastrar lo al comedor.No sabía cómo reaccionar ante la presencia de basta gente.
Se concentró en en sabor de la gastronomía.—Alex te encontró cómo un sonámbulo —na señora con un gran vestido negro y blanco le habló.
—Gracias, <<supongo>> —dijo por lo bajo J.
—A esas altas horas de la noche, habita un asesino.
—¿Ah, sí? —dijo con sarcasmo.
—Claro —el chef entra con su última creación: el postre 50 crepas.
—Clay, es impresionante —la señora bien peinada elogio el trabajo exquisito del cocinero.
—Se lo agradezco, mi señora —contestó el muchacho.
—Ya no tengo hambre, permiso —J se levantó de su asiento—. Provecho —sin más se retiró.Escapar del lugar era fácil que investigarlo. A simple vista se veía que es gigantesco. A cada guardia le preguntaba por dónde está la entrada al pueblo o la salida a otro sitio.
No contaba que le dieran un rasguño por la espalda, desplomándose.
—No quería hacer esto a la fuerza, no me dejas opción, corazón.
La oyó decir para finalmente caer en sus brazos. El que lo rasguñó se camufló, no hay rastro de su existencia.
—Aprenderás a vivir conmigo otra vez. Sin opciones, sin casa y sin quien te ayude, amor —Alex mostró su sonrisa acompañado de unos filosos colmillos.
—Detente —J sin remedio y cansado le exigió.
—Me temo que es imposible. Con nadie en mi camino puedo tenerte para mí sola, sin Leslie u Raúl.
—No sólo son ellos.
—Lo sé. Más gente de lo que crees te conoce; da gracias a Black que todo BYL te menciona.
—Por lo que veo no estamos allí —adolorido carraspeó.
—Así es. O no como lo conoces.J ya no soportaba el dolor en la espalda, gruñía hasta dar rasguños a Alex en sus brazos sosteniendo lo.
—Es hora de que te tenga —lo acomodó inconsciente sobre la suave cama—. I zoí sas eínai énas ateleíotos anemostróvilos, nióste to kai tha párete galíni I zoí sas eínai énas ateleíotos anemostróvilos, nióste to kai tha párete galíniy —su cuello le llamaba la atención. Fue que ya no resistió más y lo mordió, convirtiéndolo como ella. Un vampiro.
Limpió la mancha de sangre en su piel, lamiendo la zona. Se lo quedó admirando, cada parte de él le gustaba. Sabía perfectamente que su amor verdadero no regresaría con ella. Pero sentía que podía intentarlo otra vez, y ser feliz con una familia.
—Hija mía, lo tienes a tus pies. En unos cuantos días se dará en veredicto final para tú herencia —una madre a favor de que su hija luchará por el amor que tenía, nublado su juicio se encontraba.
Pronto sabría que no es bueno por más que extrañes a esa persona.
—Madre, no creo que vaya a funcionar.
—Jamás cuestiones tus capacidades.
—Comprendo, Guillermo —vio hacia un punto fijo por un rato—, estará bien —prefirió no involucrarse en la conversación dejando a su madre varada en el pasillo.
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Break The Limit: Pesadilla Final En Edición
RandomConectando... Un sueño más... «Si vuelvo, pediré que recuperemos esos momentos en los que no estabas aquí.» Karl Sakamaki planea llevar a Fátima a otro mundo, en un movimiento desesperado, para reiniciarle la memoria. Al darse cuanta, Christian...