Break The Limit: Pesadilla Final En Edición

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—"Butterfly Bones" surgirá a partir de hoy. Las campanas irritan y los aplausos te enfurecen.  

Merry y J lo que hacían para entretenerse por si llegaban Christian y otros era contar la "historia" de BYL o secretos.

—¡¿Aceptaste?!. 
—Si quiero que me diga en dónde escondió a Felicia, tengo que engañarla.  
—Hasta cuándo la veremos. 
—Da una mejor idea.
—Demon viene y a Felicia la raptaron. Podemos aguantar y que la rescate y se vaya sin ningún problema, o que Alex haga algo y se vaya sin despedirse de nosotros.
—Lo que sea primero. Vamos es hoy.
—A comparación de Faty, a mí sí me gustan las faldas y vestidos. 
—No te pregunte si te gustan. Ponte lo. 

Por la mañana se harían los cambios de última hora. Alex se separó de J durante catorce horas decidiendo adornos y cómo van colgados.

—Estoy atemorizada.
—¿Te han fallado?.
—Yo a ellos sí, a mí no. 
—Debería ser yo quien tema.
—Te han pasado cosas más favorables que a nosotros en los primeros años. Además se pelean por ti las chicas. Menos yo, Felicia y Fátima, claro. 

J la mira molesto. 

 —Ya cállate. Me voy a cambiar —sale con el traje en manos. 
—Mal humorado.

El vestido de la novia es una obra de arte, precioso.
El traje negro hace ver elegante a quien lo porta.

Las campanas suenan, una chica pelirroja se remueve por el ruido fastidioso.

—Apaguen eso —ordena—. Es irritante.

Nadie la escucha, el eco le hace compañía. Suda. Recuerda la canción "Si vuelvo a nacer". Inservible. 

—Eres mi fuerza y aliento —suda—. Quiero descubrir con claridad la aventura junto a ti —su voz empieza a quebrarse—. La luz nos guiará, un mundo crecerá. Y si vuelvo a nacer, contigo allí estaré —tararea con los brazos alrededor de sus piernas.

La jaula en la que está atrapada, es oscura y lo que se puede ver son las paredes de un color verde bastante tenebroso.

La ceremonia se llevará a cabo en el castillo de Eunice, al atardecer. Emocionados el clan de esta, trasladan obsequios como una botella del más fino vino.

Christian con Raúl se las arreglaron para poder transportar a la familia de Faty. Leslie vestía a ellos.

—Casi listos —dijo la azabache planchado la falda de una niña.
—¿Qué se hace cuando la novia está en el altar? —Javier acomoda su corbata.
—Es lo normal. Aunque, tal vez, no suceda la boda.
—Saldremos en media hora —el moreno con lentes avisa.
—Es tarde, ¿la boda es tan tarde? —Caty se maquilla enfrente de un espejo de cuerpo completo.
—Es a las siete —informa el moreno sin gafas.
—Y Fátima, ¿a qué hora va a venir?.
—Tranquilos, tiene que hacer algo antes de llegar. Es de precaución si se les ocurre tener una pelea.
—Le quitarán la venda. Esto es difícil para ella, acelerarán su ida.
—Ella se manda sola, nadie le dijo que hacer. Se le previno sin triunfo.
—Concentren se en los "novios", o en que no deben exaltar se si hay violencia.
—Es la casa de Dios, ¿cómo vamos a realizar eso? —Mayi con los tacones dados, expresa su frustración.
—Digamos que no se van a casar por ahí, sino que por el demonio. Son vampiros.
—Dementes —Caty habla—. Estamos encerrados en un cuarto, y quieren ir con demonios a festejar.
—Señora en primer lugar ustedes su familia insistió en venir, en segunda es real —Less le echa en cara.
—Ustedes nomas van a apreciar el show. 

Se van hacia la sala donde el "novio" está esperando por el amor de su vida.
Alex, entra con una mirada contenta, avanza por el largo pasillo con las manos sobre el ramo de flores. Aplauden los presentes, le dan miradas de nostalgia, felicidad y sobre todo, apoyo.

Su madre mientras no estaba, vigilaba a la castaña. 
Cuando vio que desapareció por un portal a otro mundo, soltó un grito fuertemente extenso.

—Te estás tardando mucho, mas te vale que vengas, sino yo misma acosaré a Misaki y a Rubén.

Sin más, se fue a donde su hija que era el momento de los votos matrimoniales. Se sentó al lado de su madre que mantenía su semblante serio. 

—Mi nieta, ¿va a tener otro hijo? —dijo mientras giraba la cabeza. 
—No, mamá.
—Si sabes que no puedo estar aquí ya que ustedes son inferiores a mí, por qué sigues mintiéndole a Alex.
—Sólo quiero que vengas a la última fiesta nuestra. De ahí te largas a, no sé. 
—Lo haré si mi nieta me lo pide. 
—Permitiré que hagas cosas buenas. Mantenerme positiva ahora, fue distinto a lo de Guillermo hace nueve años.
—Si le hubieras negado estar con este niño.
—Tiene veintiuno. Él parece ser más chico.
—Nuestros años son diferentes a los del mundo real. Uno puede tener treinta aquí, pero en el mundo real, quince.
—Deja de ser aguafiestas y disfruta.

El padre demoníaco, recita algo en el idioma que Alex hace sus conjuros. Una niña, pasa con los anillos a la par de todos.

—To dachtylídi tha antiprosopévei ton aiónio sas.

Un estruendo suena y suspende la ceremonia.