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—¿Pretendes que vaya a buscar a esa?.
—Se te olvida que Christian puede enterarse de tu infidelidad.
—Has lo que quieras, Alex. Él va a creerme.
—Entonces, atente a las consecuencias.
—¿Para que la quieres?. Está ocupada.
—La ayudaré a liberar a la mariposa, así no tendrá escusa para faltar.
—No conoces las circunstancias. Es especial, con un toque de furia desata a un acaba-mundos.
—Merry, la voy a ayudar. Y tú, me dirás a dónde se dirige.
—Arréglate las, sola.
—Lo haré sin tu consentimiento.

La hipnotizó, tampoco le sacó tanta información; pero sí la suficiente para ir por ella.

El tráfico por la autopista era extenso, por ende el automóvil se detiene. Los adultos iban charlando mientras que la menor, durmiendo.
Alex, con un portal hace que esté en sus brazos.

—Tu apoyo me servirá para que tu novia acepte que perdió.

La madre ya perdió a la hija, el conflicto con esa "Demon" la traía loca. Entendía que pensaba en J y que tuvo una relación con ella, pero qué ganaría secuestrado a la nueva pareja. Una destrucción.

—Seré tu nueva consejera _habló con el tic en sus ojos.

A lado de la recámara de J, la acostó. La pelirroja se removió por el colchón. Alex a los minutos salió.
Los guardias la miraban, cambió desde que se fue esa noche. La noche en que mató a Karl y a Black.

—Alex, deberías ir en busca de tu prometido —Flora dice.
—Ya lo tengo resuelto. Los preparativos de la Luna Roja, ¿están en la bodega?
—Por supuesto. Usted y su madre, nos dirán cómo ponerlos.
—Mañana, empiezan las propuestas.
—Con permiso —se llevó un carrito con varias especies de plantas.

Cinco días restantes.

Felicia despertaba. Con el hambre, le gruñen las tripas; al percatarse de que cambio su ubicación, los nervios le empiezan a brotar.

—¡Ay, no!. No. No. No. Quizá estén afuera, estoy siendo paranoica.

Revisa. Grita los nombres de Sebastián y Karol. Ellos, disfrutando del viaje.
Por ser distraída le había pasado lo mismo que de hace un mes y medio.
Se pega en la frente por la torpeza.

Pasan unos empleados y pregunta en dónde está, le contestan "En BYL"; cuando ve la estructura del aparente castillo, también observa que el pueblo se encontraba a metros de este.

—¿En que año estamos? —alzó la voz.
—En el dos mil dieciocho —responden a su lado izquierdo—. Me gusta recordar momentos y verlos en persona.
—<<En el pasado. Significa que puedo desviar lo pasa>>. ¿En qué mes?
—A mitad de octubre. Soy Alex. Amiga de Merry.
—Felicia —en sus frases no hay emoción.
—Te trajeron aquí porque dicen que eres un peligro para la sociedad.
—Sabiendo lo que llevo dentro, ni tú me puedes ayudar. <<Recorreré el pueblo>>.
—No debe ser tan difícil, con tu novia podríamos hacer que seas feliz —nota que ve una zona—. Si quieres cambiar algo, piénsalo muy bien.
—¿Novia? —carcajeó y a la vez ignorando lo dicho—. Soy Homo, pero no tengo amante. <<Ademas, con eso, puedo hacer que Fátima todavía tenga a sus padres adoptivos. Si hago eso, no me la hubiera encontrado, con Karl los poderes demoníacos no existirían; la relación entre los Sakamaki, Mukami y los Pecados Capitales se extinguirá>>.
—¿Y Fátima?. Vamos lo ocultas.
—Regresaré con Sebastián. Vidas corren peligro si intentas sacarme a "Butterfly Bones".
—En éste año hay una oportunidad.

La peli-rosado, la guía hasta una habitación; la animaba con "Todo saldrá perfecto, déjanoslo en nuestras manos". Para nada tranquilizador, esta viene y sabe cómo realizar un hechizo para cambiar el destino de la pelirroja.

Mediante las horas, Felicia se negaba para contestar a cada cuestión sobre su vida y quienes involucraban. La encerraron en la habitación, al igual que J la verían hasta "La boda".

—Señorita —hablaron detrás de la puerta—. La señora Eunice, la invitado a cenar con su hija y el prometido.
—Se me fue el apetito. Abren el recinto.
—Gracias, Flora por avisar. Hemos preparado la cena, Alex se entusiasma porque conozcas a su futuro esposo.
—Rápido.

La mesa era larga, los sirvientes ponían y acomodaban los cubiertos, platos, vasos, etcétera. Eunice le señala el lugar que va tomar. Vienen entrando Alex con J.

—Felicia, te presento a mi prometido, J —la peli-rosa aproxima a que los dos se vean.

Felicia lo conocía por Faty, le platicaba lo que hacia en la escuela; desde que tuvo un nuevo cuerpo y la noche en que cantaron. Lo hacia por descripción, no por físico. Sonrió inconscientemente al ver que es atractivo y que su hermana y sus anécdotas tenían más sentido.

—Ya nos conocemos; tal vez tú a mí no, pero yo a ti sí.
—Curioso, siento que también —con J se quedan viendo.

Las restantes, carraspean captando la atención.

—Ya es hora del postre —los empleados, mueven los platos trayendo vasos con fresas con crema—. Si nos dejas entrar en ti, podemos hacer que la mariposa salga sin ningún problema —Eunice la convencía.
—La razón por las que no voy hacerlo son por el bien de todos —Felicia decae.
—Mis planes simplemente son que Fátima venga, sin ti, ella tiene un motivo difícil —la mediana entre las mujeres dice.
—Honestamente, ella no vendrá ni porque tengas a la persona que le llegó a gustar —eso a J, le hizo tener interés en la charla.
—Pero es su amigo. Por ti, ni siquiera dudaría.
—Yo haré la pregunta: ¿Para qué quieres a J?.
—Tendremos hijos y con ello una familia.
—¿Y el anillo?.

J se incomodó.

—Es lo que creí, por eso evito enamorarme fácilmente —sonríe Felicia, victoriosa.

De nuevo, los tic. Haría lo que sea para ver que triunfa.

—Mis buenas intenciones contigo se fueron por el pozo.
—Preocúpate por tu boda, el novio —ve al chico—, y por mí. Hazme enojar y se esfumará tu sueño.
—Con mi hija, le bajas de tono a tu voz —la señora alza la voz, retumbando por toda la sala.
—¡Yo la observaré! —J interrumpe—. Nada la va a molestar a mi prometida —ve a Alex.

Eso a todas las sacó de onda. Agarra del brazo a la pelirroja y se la lleva a su recamara.

—¿De que hablan?. Debe ser algo de importancia, para que ella considere a ti y Fátima una amenaza.
—Ni ella sabe a lo que se enfrenta. Ambas. Demon y yo estamos en peligro.
—Puedo serte útil.
—Te lo agradezco. Por lo mientras tendremos que esperar a la noticia se vuelva popular en el presente y que a Faty se lo tome con calma.
—¿Lo mencionas por sus padres adoptivos?, ¿te lo contó?.
—Ni a mí, de hecho, a nadie como en realidad ocurrió. Christian dice que cuando le pedían información dijo una; cuando le mencionaban para que la contara otras personas, la transformaba. Lo único que es seguro es que tiene un trauma conmigo, sus padres y "Butterfly Bones".

Break The Limit: Pesadilla Final  En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora