∆ Capítulo: 9 ∆

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El sello. Habían olvidado ese problema. Era Merlín quién llegaría a romperlo.

La única manera de llevarlo a ella era por medio de los portales que el rey podía hacer mediante cantidades de magia extremas. Forzaron a Subaru —los sirvientes estaban bajo un hechizo de Karl—, irían a los Pecados Capitales por presión, recurriendo al chantaje como última idea.
Las emociones de las familias Sakamaki y Mukami desaparecieron, se convirtieron en marionetas; el Comité Principal de BYL era cómplice del ex-rey. 

Abrieron el portal hacia Liones, la gente miraba al Sakamaki mayor ir adelante, mientras los allegados caminaban con la vista al frente.

Citaron a Baltra. Cuando lo vio, empezó a toser fuertemente, a lo que sus hijas —Verónica y Margaret— estaban apoyándolo a recuperarse. Afortunadamente se encontraba Elizabeth con Meliodas al fondo, observaron la escena e, inmediatamente, la peli-plateada corrió hacia su padre; Meliodas conservaba la calma poniendo una cara de confundido, este caminó para estar al frente de los presentes.

—Padre, ¿se encuentra bien? —la de pelo plateado, preocupada por su padre, le entregó un vaso de agua.

—Subaru —Meliodas se acercó. El vampiro, al no responder, provocó que el rubio le pasara su mano por la cara—. ¿Subaru? —chasquea en su cara. Karl carraspea.

—Perdón por la interrupción —este dijo.

—¡Usted, ¿qué hace aquí?! No es bienvenido —Elizabeth se alteró.

—Princesa, ellos están conmigo —señala a los chicos—, porque vienen a exigir algo importante.

—Con usted no hay nada importante que hablar. Si no quiere problemas, retírese en este momento —Meliodas lo miró serio.

—Es mejor que le hablen a Merlín sino quieren que les pase algo malo a todos. Liberarán a los Diez mandamientos junto con Black —aparece detrás de Elizabeth—. Mientras la llamas, me la llevaré, tienes el tiempo hasta el anochecer para traerla —susurró un conjuro—, te esperaré en Primer Castillo —desapareció.

El rubio trató de correr hacia él y darle un golpe, en vez de eso cayó de cara, el rey Baltra sólo observaba con sus hijas. Meliodas, ya enfurecido, reunió a todos.

—No hay tiempo que perder —mirando a todos—. Él tiene a Eli.

—Él Debe ser una persona con muchas agallas para robar a la princesa —King opina.

—Karl Sakamaki o el antiguo rey, a él se refiere —Gowther con su simpleza.

—Deben haber otras opciones. Busquemos ayuda, qué tal Christian Maxim —Escanor busca opciones.

—Está con ellos —Meliodas aclaró.

—Eso quiere decir que Demon también está con el ruco —Ban, tomando cerveza, expresó.

—No la vi ahí —respondió el rubio.

—¿Cómo que no estaba? ¿Dónde está la mocosa? —gruñó el pelo azul claro.

—Procuraré informarle —cerró los ojos por unos instantes—. No siento su magia. A lo mejor se fue a visitar a su familia —suena razonable.

—Pongamos en marcha plan B —Escanor acomodó sus lentes—. ¿Dónde llevará la pelea, capitán?

—Él pidió traer a Merlín a Primer Castillo —dijo decidido el capitán—. Evidentemente ahí.

Buscando alternativas, si desataban el distintivo al menos salvarían a unos cuantos —porque no daría la oportunidad de agarrarlos a la mayoría—.
Se encaminaron al mundo BYL, ya dentro, eliminaron a los guardias para proceder con paso rápido al vestíbulo, prosiguieron a acabar con los caballeros que contenía el lugar y consiguieron ver a Karl.

—¡Vaya! —exclamó el enemigo—, todo me esta saliendo bien: seré rey en pocas horas y sin estorbos. Mis amigos volverán a verme —se levanta del trono—. Qué generosos son conmigo, en breve podrán empezar.

El tipo está loco, no se percató que sus hombres yacían noqueados o incluso algo más, ningún remedio tenía ya. Pasaron las horas, la luna llena en su punto, pronto la gente comenzó a aparecer vestida de gala.

La ceremonia inició, el CPB daría por testimonio al pueblo. Subaru estaba a un costado de los integrantes del comité, arreglado y con ojos distantes. Pasó adelante dando un discurso que resumido era: Le confío el trono a mi padre. Quiere lo mejor para nosotros, viva Karl. El padre, al percibir esas palabras, hizo como si se secara las lágrimas, subió hasta llegar al Sakamaki más pequeño y lo abrazó. El festejo siguió con bocadillos y champaña.

La oscuridad anunció el momento adecuado para el show: Retornar a las sombras.

Merlín manejó la situación, abriendo el sello y haciendo un Cubo Perfecto, abarcando a la suficiente multitud para llevarla lejos del peligro, incluyendo a dos personas: Merry y Subaru.
Se sintió un estruendo muy fuerte produciendo que los invitados se alborotaran. Los Pecados Capitales huyeron del castillo con las dos personas importantes para descifrar el contexto de lo ocurrido.

El primer paso era hacerlos despertar del trance, Gowther estaría para eso. Entraría en su consciencia para hacerlos reaccionar y traerlos a la realidad, todos se apartaron del sitio. Sus pupilas se habían hacho más grandes, reaccionaron de golpe viéndose uno al otro. Observaron alrededor de ellos percatándose de los sujetos que tenían rodeándolos.

Se oyó que algo caía fuertemente, bajaron; el capitán Meliodas llegaba con Elizabeth en brazos y desmallada...

...Al llegar al lugar, el rubio de baja estatura le pidió a Merlín un cachivache para poder regresar, ya que el no lo haría con los demás; se arriesgaría a recuperar a su Diosa. La azabache sólo le dijo que podía hacerlo por medio de la materia oscura que poseía, asintió y, antes de retirarse, le propuso que si no funcionaba le diera un objeto u conjuro, la hechicera solo le dijo que confiara en sí mismo...

...Recostaron a la princesa, Gowther checó su estado: no corría peligro. Hasta entonces, Merry y Subaru no entendían.

Horas después, se sentaron en los troncos y pidieron un vaso de agua, los únicos que estaban eran King y Diana. Abrumados por preguntas, esperaron para que otros complementaran sus respuestas. Ya platicando con más serenidad, les contaron a detalle las cosas, Merry y Subaru asimilaban lo explicado.
De viceversa ahora fue el cuestionario. El gremio quería saber el paradero de Demon.

—¿Dónde está la señorita Demon? —Escanor fue el primero.

—No me atrevo a contestarles, nosotros no sabemos nada desde hace casi cuatro días —Merry recordó.

—¿Se comunicaron por telepatía?

—Créenos, de todas las maneras intentamos; no hubo señal.

—No hay nada de nuevo —Subaru dijo—, mas que Cosa.

—¿Qué es eso? —preguntó una castaña con coletas y ojos violetas.

—Un payaso o eso asimilaba, nada de comedia —Subaru aclaró.

—¿Fue lo último que oyeron? —Merlín se entrometió.

—Así es, por lo que oímos Christian y yo —Merry controla sus nervios, su chico está en peligro.

Break The Limit: Pesadilla Final  En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora