Break The Limit: Pesadilla Final En Edición

★~31~★

El camino hacia el primer castillo era fácil, el único obstáculo para llegar es que debes saber con exactitud cual es el correcto. Por eso muchos de los enemigos de Karl no volvieron a meterse con él.

—Es hora de que se vayan a dormir... para siempre.

Alex. Una chica que proviene de otra época, tiene un propósito: hacer caer a sus pies a J.

Durante en BYL y lo ocurrido durante la ida de Faty ella ha estado observando a cada miembro que conoce a su amor.
No es una admiradora de Demon, pues tiene lo que quiere, pero la conoce bastante para decir que es peligrosa; la ha mirado pelear y destrozar tantos cuerpos que le tiembla todo el cuerpo.
Con Karl y sobre todo con Black en su camino los matará arrebatando les sangre.
No es Black, a su modo de hacer las cosas conserva su clase. Sofisticado.

Sabe del pequeño encuentro que tuvieron Faty y J, aún así en muchas dimensiones existe una relación de demasiadas formas; la piensa eliminar.

—Klírosi aímatos.

Desde afuera se ve perfectamente como se retuercen, orificios se desbordan a charcos. Fácil deshacer la evidencia, está hambrienta.

Rompe las paredes que le impiden tener a sus presas y absorber el líquido carmesí. En efecto es una vampiro.

—Quien se mete en mi camino, se cruza con su final.

Arrastró los cuerpos si vida a un pozo, los aventó, y sin remordimiento se regreso a su hogar abriendo un portal.

[Mientras ellos antes]

Karl y Black hallaban la forma de como calma a la sociedad que pedían que la nueva reina se alzara y gobernara con seriedad. Exigían tener una respuesta ante aquel dilema, durante tres meses sin un soberano quien les guiara a algún cambio mejor.

—Relajen se. La reina ha estado ocupada para tomar su cargo. Les prometemos que será en pocos días.

Las antorchas reflejaban la ira de la gente que estaba en conflicto con sus comerciantes y productores.
Black sale diciendo que se está planeando la coronación especial.

Se retrasaba la celebración porque un chico no estaba junto a ella. J. No sabía su paradero y su cómplice no es un hechicero.

—No importará si son de la alta. Nosotros los despojaremos si es necesario y buscaremos un nuevo gobernante —un campesino cargando a su pequeña, escupió molesto.
—Es cierto. Les quedan pocos días para encontrar a ese mocoso —habló otra con ojos de deseo.
—No nos amenacen —Karl tranquilizó.

O eso quiso hacer. La gente se retiraba a seguir a los labores por mantener a su territorio limpio y sin mancha; exigían lo bastante, la limpieza era su mayor prioridad.
Se cerraron las puertas enormes a la entrada del castillo, adentro de este los objetos en mesas u sillones fueron arrojadas con enojo.

—Es un maldito desastre que J no esté a mi lado —le cayó una lágrima.
—Por una vez en tu vida ve más allá que una relación con ese humano.

Un zumbido hace que se hagan retorcer en agonía, algo se quemaba internamente lento y profundo. El fluido vital para vivir, se iba.
Las rocas del muro que los protegía del frío, rayos solares, etcétera, se derrumbó sin ninguna resistencia.
Los tomaba succionando como agua, los sentidos se debilitaban a cada segundo que pasaban, concluyó bebiendo se la incógnita su vida.

[Actualmente]

Vigiló el perímetro, se escabulló.
Temprano sus sirvientas tocan la puerta para entrar a la recámara y servir el desayuno con Alex en la cama aparentando que ha permanecido ahí despertando hace unos minutos.

—Señorita Alex su madre le tiene una sorpresa, quiere verla en el salón de eventos después de desayunar.
—Te lo agradezco Flora —agarró el tenedor y se llevó un trozo de fruta a la boca.

Flora se retira de ahí, pero queda una quien es su organizadora de atuendos.

—¿Qué le gustaría vestir hoy su majestad?
—Es otoño, algo caliente.
—En un momento se lo traigo —al irse del lugar, Alex aparta la bandeja de comida.
—Tal vez la he convencido de hacer mi plan para traer J y tenerlo a donde permaneció —se dijo a si misma mirando el jardín.

Acabó de desayunar, se cambió de ropa. Dirigiéndose a prisa a con su madre, esta la esperaba dándole la espalda. Se acercó despacio.

—Me llamaste madre —hizo reverencia.
—Deja de actuar como una princesa, no lo eres. Estoy de acuerdo en qué vayas detrás del chico que viste alguna vez en ese lugar —volteó.
—Es BYL, mamá —corrigió—. ¿Qué te hizo cambiar de opinión? —retrocedió.
—Pronto tendremos que dar a un heredero —su gesto se convirtió en una mezcla de serio y preocupado.
—Me tienes a mi.
—Si quieres tenerlo, deberás casarte y tener visión.
—Por supuesto que la tengo, solo hay que pulir —rió nerviosa.
—Eso espero jovencita, por lo mientras encuentra lo y captura lo aquí —señaló el piso.
—Será mío y aquel que llegue a quitárselo a mi corazón morirá —no dudó en sus palabras.

Jamás se topo con J, su subconsciente estaba mal.
Lo encontró saliendo de un bosque en BYL junto a una peli-café oscuro; lo qué quiere decir que no fue un sueño.
No entendía por qué se sentía tan atraída a él. Quizá su antigua pareja reencarnó en él y no la recuerda, o posiblemente es una ilusión.

—Mi niña ha crecido —la atrajo hacia si y le dio un apretón.
—No te imaginas cuanto mamá.