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Los portales se abren dejando ver una minúscula parte de otros mundos y dimensiones que el rey tiene que vigilar.
Entre ellos está el mundo donde Karl arrojó a Faty.
Miles y miles metros de caída libre, nadie estaba para sostenerla.

Una mujer creía en las estrellas fugaces, pedía un deseo con su padre cada noche. Ese fue el de jamás abandonar a una persona que necesitara apoyo.
Contempló a la figura. Se aproxima al suelo.
Junto sus manos para mencionar su anhelo.

—Ayúdanos a encontrar a Fátima. Te juro que no voy a defraudarla.

Su pedido fue escuchado. El impacto ocurrió.
Con sus habilidades de vampiro se dirigió a donde había recibido el golpe.
No era un que sino un quien y se encontraba traba en estado vegetativo.

—Gracias —salió del trance al ver el cuerpo entero—. No voy a fallarte, compañero.

A su casa lo llevó, lo arropó en un colchón.
Admiró sus facciones; ya las había visto antes. No reconoció hasta que un recuerdo se le vino a la mente.

{Flash-back}

En una de las tantas reuniones de Karl, para según mantener la compostura ante cualquier situación de cambio en el trono, Karol era nueva para el gabinete, pero conservaba su experiencia en donde se graduó y obtuvo su título.

—Tome asiento, por favor. En unos instantes el señor Sakamaki vendrá a recoger la —le dijo una señorita de pelo rubio muy claro,que se asemeja al blanco.
—Muchas gracias —optó por hacer la petición de la secretaria

La llamaron porque al parecer uno de los más prestigiados escapó. Sería su reemplazo hasta entonces.

Por una puerta deslizadora, entró un señor de pelo blanco con mechas rojas.

—Espero que se haiga preparado muy bien. Lo que necesitamos aquí es compromiso y lealtad a mí.
—Haré lo que deba hacer en caso de injusticia, señor —se puso de pie—. Exactamente, ¿qué quiere obtener?.
—A un nuevo descendiente. Mis hijos no sirven para nada.
—¿Cómo puede decir eso?. Mi nombre es Karol.
—Un gusto señorita Karol. Ante usted está Karl Sakamaki.
—He oído hablar de usted. Si queremos que la chica acepte tendrá que hacer más que contratar a abogados.
—¿Cómo sabe que es una chica?.
—La Corte ha decidido poner a una mujer como nueva soberana. Está rondando la noticia rápido.
—No es cualquier chica. ¿Ha escuchado hablar sobre "TLD"?
¿"TLD"?.
—Así es: The Little Demon.
—Ella es peligrosa; destruiría el reino entero.
—Es perfecta, no tendría preferencias por nadie para gobernar —la vio alejarse—. Me niego a encontrar a otra —le dijo serio—. Venga conmigo le mostraré como es ella.

Desde ahí solo la conoció por medio de fotos y vídeos que demostraban lo fría dentro de si. Ya no supo más de Fátima al saber que la buscaban como criminal de alta categoría.

{Fin flash-back}

En aquella época le temía.
Es un demonio que no se sabe controlar no él mismo y para el colmo sigue siendo una niña.

—Vas a estar a salvo. Ya estás en casa —le tocó la cara, al borde de las lágrimas.

Fue por una cubeta de agua y empezó a desmanchar el rostro. Su vista se enfocó a las ropas, el tiempo la retrasó, se podría decir que son un clásico.
Terminó su labor, la dejó reposar confiando en que abriría sus ojos.

—Lastima que Karl ya no pudo ver tu triunfo, querida.

Fue por días en que no despertaba, sus esperanzas se desvanecían.
No le quedaba de otra mas que ir con la única hechicera que ha percibido: Merlín.

Con su gran fuerza la cargó, en dirección a otro mundo donde no conecta con nada.
Preguntó a todo mundo de Liones donde podrá recibir a Merlín. Estos le contestaron en el "Sombrero de Jabalí", la guiaron.

—Les agradezco —con la castaña en sus brazos, hizo reverencia—. ¿Está abierto?, busco ayuda especial.

Los campesinos y comerciantes retrocedieron y salieron, cargaba un cuerpo.

—Oiga eso no lo pagará usted —una chica con coletas de lado se enojó.
—Es más importante —bajo en cuerpo inerte de Faty—. No ha respondido mis llamados, creo que apenas puede respirar.

Como acto de reacción la camarera se tapó la boca con las manos.

—Oh, Faty —nada más.

Pasando meses aguardando por verla otra vez causando destrozos por aquí y por allá. Ya no lo hacía por estado físico y mental.

—Llama a Merlín, su magia puede ayudarnos a ver que tiene.
—¡Merlín! —chilló.

Apareció de repente la nombrada y al notar la situación su gesto se puso serio.

—Hay que transportarla a mi laboratorio —articuló.

En el lugar la en costaron en una mesa, la hechicera con su mano derecha la tocó, pudo sentir todavía como su pecho subía y bajaba al respirar.

—Requerirá de hacer un análisis más a fondo —volteó hacia la chica con coletas y la señora de traje azul marino.
—Apenas regresó —inició la señora.
—Mis disculpas. Soy Diana, amiga de Fátima.
—Karol, conocida por Sebastián.
—Por lo mientras no despertará, tal vez necesite acostumbrarse de nuevo —Merlín intentaba sacar una buena sonrisa al observar que no se rindió a pesar que no los recuerde, sus instintos no le fallaron y ni lo harán.
—Nosotros la cuidaremos. No se preocupe por ella no será vencida —miró el cuerpo—. Ella es así.
—Ustedes la conocen. Son los siete pecados capitales —le llamaron la atención las marcas en distintas partes de su cuerpo.
—Descuide la protegeremos —Diana la abrazó por impulso.
—Debo volver a trabajar —Karol giró a la puerta—. Si hay movimiento, no duden en avisarme —las miró de reojo—. Saben como hacerlo.

La muerte de Karl fue impactante. Se sentía contenta, su enemigo la atormentaba anteriormente con una amenaza de por medio.

Break The Limit: Pesadilla Final  En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora