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—Ya es hora, Ruki.
—¿Cómo estás segura?.
—Mira la habitación. Notas pegadas en cualquier lado.
—Son tus listas de fantasías y mandados.

Faty va hacia una de color verde, se la da al mayor.

—"Felicia era una mariposa malvada".
—Hay más con estas situaciones. Me pasan en la noche y me duele la cabeza.
—¿Hay pulsaciones?.
—Soportables.
—Lo más pronto debes irte, por tu bien —pone una mano en su hombro—. Hallaremos la forma de enviarte con tus abuelos.
—Antes de que fuera a la boda, le dije a Tom que investigara la localización de ellos —saca el papel arrugado.
—Revisaremos y te llamaremos cuando todo esté listo.
—De acuerdo —Ruki sale del cuarto.

Christian con los otros compañeros, disfrutaban del jardín, el huerto de Yuma y la fuente pequeña.
Faty salió para avisarles sobre su falta de memoria. Sin éxito en el intento, se resignó a estar callada.

—¿Ya?.
—Bien.

Fueron al bosque para ir a la cabaña que iba a ser la nueva casa.

—¿Pero qué?.
—Entren, no muerde.
—Muy graciosa —la peli-rosa ríe sin humor.

El olor a galletas inunda las fosas nasales de los chicos.

—Huele rico.
—Por lo del pastel y las tostadas.
—Venimos aquí para decirles una noticia.
—Nos las vas a dar —Less apresura la decisión.
—Sí y no. A Christian —señala al susodicho.
—Vivirán aquí ya que mis "hermanos" no aguantan ni un chiste. Estarán más tranquilos y por supuesto tendrán lo necesario.
—Tu abuela, Alex, va a ser quien organice la casa y yo si ella no está presente —Chris hace ademanes.
—¿Conocen a mi abuela Vikki? —pone una mano en su mentón.
—¿De dónde crees que sacó la historia de la niña con sus padres adoptivos? —cruza los brazos la castaña.
—Mi mamá apenas me la contó y te tenía envidia. <<Todavía la tienes>> —sonríe.
—En fin, les daré un recorrido. No es grande para una familia entera, pero si para ocho o un poco más de personas.

Enseñaron la cocina, la Sala, recamaras, el balcón y el baño.

—Es hermosa la vista desde el balcón, viste amor —Alex mira a su esposo.
—El huerto lo pueden ocupar, eso sí tendrán que hacer un esfuerzo por no estropearlo. Piensen lo mejor.
—Hasta ahí.

Como prueba de los colchones, pasaron la noche en la casa. Faty dormía en la antiguo cuarto de Misaki y Rubén, Leslie y Raúl en un cuarto de camas separadas, Alex y J en una recámara de cama matrimonial y Merry y Chris en una cama ancha a las demás.

De madrugada, Fátima, fue a la cocina por un vaso de agua y por una venda para colocarse la pomada que Reiji le hizo para la zona del dolor.

—¡Arde! —exclama agitando el brazo.
—¿Otra vez temprano?.
—Tienes un oído agudo —toma la venda, empieza a enrollar.
—Huele a manzanilla.
—Un remedio para mi dolor. Puedes volver a dormir, esta cosa tiene que reposar.
—Ve a la cama y esperas allí.
—No —se sube al barandal del balcón—.Estoy acostumbrada a levantarme temprano.
—¿Ah, sí?. ¿Desde cuándo?.
—Desde que iba a la escuela que Ruki me inscribió. Me dejaba en la ducha vestida, y me encerraba con el uniforme. Cuando veía que ya me había cambiado, servía el desayuno.
—¿Cómo veía que te habías vestido?.
—Por los colores oscuros. La puerta es del cristal que se ve borroso.
—Los cuadros de allá, ¿son tus padres los que te están abrazando?.
—Sí. Esas son fotos de prácticas que me hacían para una situación de peligro. Las primeras eran raras, con el tiempo me fui acostumbrando. Vamos adentro, está haciendo fresco y mi suéter lo dejé en la cama.

Se sentaron en los anchos sillones.
El teléfono suena.

—¿Sí?... Una casa en... —mira hacia la televisión y luego a J—. Mañana en la tarde... Adios —cuelga.
—Te vas mañana en la tarde, ¿tienes un sitio dónde quedarte?.
—Con mis abuelos, mandé a buscar la dirección.
—¿Tan rápido?.
—Mientras menos tiempo, mejor.

Se pone de pie, la jalan de vuelta a sentarse. 
  
—Dime, por lo menos, una razón. 
—¿Qué hacen despiertos a las seis de la madrugada?.
—Cuidado que duele —la miran sin entender. Ella ve a la venda y le da un manotazo a J. 
—¡Oye! —Faty hace señas.
—Los dejaré solos, saldré a una reunión con Subaru —va a la habitación.
—¿La amas? —camina a tomar un vaso.
—Los cuentos de celos, afuera. 
—Si ésto va a funcionar, explícame —saca un papel—, esta foto.

Él suspiró.

Faty se preparaba para ir al primer castillo, abre el armario donde dejó ropa que usó cunado vivía ahí. 
Un portal se extiende. Su interior contenía dos colores: rojo y negro.

—¡Asesina! —con una espada, salta. 

Fátima gira la cabeza, logrando atajar el filoso instrumento.

—¡¿Qué demonios te sucede?!.
—Ya no la siento. Qué le hiciste —contenía la furia.
—Hasta ahora te dignas en venir, Sarahí.
—Creí que la protegerías.
—Cuando nos vimos, ella estaba muerta. 
—Perfectamente sabías que tenía la posibilidad de revivir.
—Quien le hizo el cuerpo de robot, fuiste tú.
—Éste año iba a enfrentarla. Cuanto tiene que revivió.
—Tiene meses. 
—Sé sincera conmigo, ¿la mataste?.
—Sí.

La espada se clavó a la puerta. 

—Intentaré ser paciente, 
—Impulsiva. Me tratarás como mentirosa, igual que en el pasado.

Sarahí la toma del cuello, arrinconando contra la pared,

—Habla.
—Si m-me so-oltaras sería más f-fácil —pone sus manos en el brazo de la mayor.
—Mocosa. Debí llevármela.

Los ojos violetas aparecieron. Con el pie, la empujó. Toce.

—Hazte responsable de tus actos. Ella acudió a mí, cuando tú la rechazabas.
—Es mi hermana —gatea en el piso.
—Era. Vete a la dimensión por dónde huiste.
—Iba a morir.
—Karl te lavó el cerebro.

Dieron una maroma, estampándose en la puerta. Faty buscó la perilla de esta y abrió, cayéndose ambas.

—Siempre fuiste una asesina. 
—¡Lárgate, Sarahí!. 

Llamó la atención de unos que estaban en su sueño. A una persona le sonó el nombre. Merry se levantó de golpe.
Una azabache, asomó y cerro de nuevo.

—¿Sarahí? —corrió a la voz. 

Al observar el entorno, dos persona estaban afuera de la habitación de la castaña. Alex y J, contemplaban la escena. 

—Qué te ocurrió. Ella tampoco te pudo cambiar. 
—Estoy harta —da la espalda, dispuesta a ignorar.
—Debes decirme qué pasó o sino te mataré.
—Sarahí, cálmate —Merry aparece delante de Demon.
—Que encuentro más fabuloso. Lograste salir de esa dimensión, Merry —le sonríe.

La morena estaba incomoda.

—Vete de aquí.
—Mi hermana, está muerta por su culpa —señala a la dicha.
—La manera de salvarla, no estaba al alcance de nuestras manos.

Sarahí, toma su espada y apunta a las muchachas. 

—Todos son culpables. 

Faty tiene la cabeza agachada. 

—Un insecto. "Butterfly Bones", la mató. No iba a aguantar. Si te hubieras separado de la reina, tu vida y la de ella seguirían —cayó una gota al suelo.
—Sarahí, tiene un punto. No te importó —la morena se expresa seria. 
—Si regresaba, ¿los duelos, entre ella y yo hubieran acabado?. 
—Felicia te habría explicado. Te habría explicado. Decías que la podías sentir —Demon encara.

La espada, es tirada. 

—Cuéntame, por favor —suplica. 

Cierran el portal. 

—Acompáñame —Faty se inclina—. Es tu hermana de sangre —estira su mano, Sarahí la toma. 
—¿Estás segura? —Merry desconfía. 
—¿Quién más puede explicarle?. 
—Estate alerta. 
—Encárgate de ésto —en entrega la espada. 

Se alzan, van a la entrada. Salen dando un portazo, ignorando a Alex y J.
Merry queda paralizada.

—Está viva, Alex.  

Break The Limit: Pesadilla Final  En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora