Temprano Merry había llegado, se puso a platicar con su novio; pasaron las horas y Faty no se reportaba. Comenzaron a preguntar a sus compañeros si la vieron, estos contestaron que ni siquiera vino. Rondaron por toda la escuela. Hasta el final del día hubo un indicio de qué fue de la chica. Una diadema.
—¿Qué tienes en la cabeza? —Christian admira a Merry.
—La encontré detrás de la jardinera. Es bonita.
—No es tuya.
—Ahora sí.
—No.
—Qué decepción —entrega la diadema.
Llegando a casa de los padres de Christian, informaron a los primeros adultos lo que sucedió a lo que ellos no le tomaron importancia y se siguieron derecho para hacer sus labores correspondientes.
Entonces decidieron ir a BYL. Subaru apenas había entrado al despacho, le hicieron saber las noticias sobre la muchacha a lo que el inmediatamente probó comunicarse. Merry intentaba consolarlos haciéndoles una cena, pero era más la preocupación que el apetito; insistió un poco más logrando jalar los hasta la mesa y que pararan —por un rato— la búsqueda.
Amaneció para los chicos, harían lo mismo.
Se percibió la puerta abrirse, entró Karl, éste venía con una sonrisa, le entregó a Subaru un documento firmado por los integrantes del Comité Principal de BYL, este trataba acerca de una falta cometida. La cara de todos los presentes se variaba desde una molestia, no, una furia combinada con angustia.
Los sacaron literalmente a patadas de ahí -sin el personal-, sin opción, se fueron a la antigua casa del peli-blanco. Recibidos, se les veía agotados por lo que pasaron ahí; les ofrecieron alimentos, mientras contaban todo lo que aconteció en el castillo. Los dejó pasmados.—Me puedes explicar ¿cómo es que él te quitó tu puesto de rey? —dice Reiji.
—Sólo vino y me entregó el papel —Subaru alzó los hombros.
—Espera, ¿qué papel?
—Éste —saca el folio de su pantalón y lo desdobla—, aprobado por el Comité.
—Así no te pueden sacar, tiene que haber un trámite largo. Lo que no hubo, por eso es necesario exigir la equivocación que según hiciste —Shuu, adormilado, explicó.
-Shuu-sama tiene razón, según las leyes que tienen —Yui miró a Christian y Merry—. Chicos, ¿qué les pasa? Andan callados —los nombrados y Subaru bajaron la mirada—. ¿También tú?
—Jamás planeábamos contarlo ya que creímos que se resolvería rápido. A los únicos que les dijimos, y por obligación, fueron a los Mukami —dice Chris.
—Deja de dar vueltas y ve al grano —Ayato lo zarandea—. Escupe.
—A-ayer no la en-contr-tramos.
—¿A qué te refieres, mocoso? —Merry suspiró.
—Lo que quiere formular es que secuestraron a Demon.
—¡¿Qué?!
—Por muchas horas estuvieron intentando, estos dos —señaló a Christian y a Subaru—, comunicarse de alguna forma con ella, pero nada. Como si su teléfono no existiera o el buzón de voz.
—¡Se llevaron a Demon! —Kanato se alteró—. Sigo sin entender —se retira por un trozo de pastel a la cocina.
Rato después, los Mukami interrumpieron con su entrada. A la noche, Yuma tuvo que irse al huerto de casa y al límite de la puerta alcanzó ver un sobre.
—Ya cállense, lo encontré debajo de la puerta —Yuma extendió la carta:
¡Espero que estén bien!
Quiero que vengan a visitarme; mi amigo y yo estaremos esperándolos. Subaru cédeme todo el poder; tendré responsabilidad.
Atte. Karl Sakamaki.
P.D: De paso también lo conocen.
—Bastardo, todavía tiene el descaro de hablarnos y de poner el apellido —gruñó Subaru.
—El abuelo nos escribió. ¿Dónde está? ¿Se encuentra bien? —aparecieron Micaela y Ayano.
—Claro, pero ahora innecesario hablar sobre si está bien —mencionó, Yui, nerviosa.
Cada uno dio su opinión. Tomaron la respuesta final: irían y, si era una trampa, estarían preparados. Nueve de la noche, la limusina estaba afuera esperándolos, partieron.
La puerta del Primer Castillo, se abrió, al fondo se veía a Karl sentado en el trono junto al payaso sonriente.—¡Hijos míos! Vinieron, pasen, pasen, tenemos mucho que acordar. Pero antes les presento a... —el payaso interrumpió.
—Yo lo puedo hacer, soy Pennywise o mejor conocido por la mocosa de Demon como Cosa; Pennywise las familias Sakamaki, Mukami, Christian y Merry —avanzó peligrosamente—. ¿Quieren un globo? —extendió el objeto a los niños.
Confundidos, pasaron al comedor. El ambiente se mantenía intranquilo, desesperaron y explotó el tema.
—Mucha atención, ve al grano con esto —mirándolo a los ojos, su hijo mayor, encara.
—Shuu, al fin dejas de ser un bello durmiente, pero, está bien, seré breve: romperán el sello para que Black y los mandamientos continúen mi conquista de ambos mundos, también volveré a ser rey.
—El CPB ya lo hizo, es tuyo. Has lo que quieras.
—Mi pequeño, él —señaló a Subaru—, tiene que conceder el poder.
—Tsk, ¡primero nos dirás dónde se encuentra Fátima! Sino, no habrá nada.
El albino ya se había frustrado, iba a decir otra cosa, pero el payaso no lo dejó.
—Yo, sé dónde está, es feliz. Olvídense, no insistan más —burla—. Ahí ya tenemos un nuevo juguete para... divertirnos allá abajo —el payaso pronuncia cada palabra con suavidad y con toques siniestros.
—Deja de parlotear, Cosa —Chris se enfada.
—Oh, pero sí es quien no le creyó a su mejor amiga. Atente a las consecuencias de tus actos, muchacho, soy muy real.
—Desconozco dónde podría estar, porque la tiré —Karl habló con calma—. Si quieren seguir buscando será una perdida de tiempo; ya que no solo es el lugar —hizo un ademán con las manos—. Tampoco se preocupen tanto, se encuentra con mejores personas.
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Break The Limit: Pesadilla Final En Edición
RandomConectando... Un sueño más... «Si vuelvo, pediré que recuperemos esos momentos en los que no estabas aquí.» Karl Sakamaki planea llevar a Fátima a otro mundo, en un movimiento desesperado, para reiniciarle la memoria. Al darse cuanta, Christian...