Capítulo 4

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—¿Dónde me voy a quedar? —cuestiona rascándose la nuca.

—Yo —Elizabeth decía entrando— vivo en un castillo lleno de habitaciones y hay bastante espacio, tienes las puertas abiertas por parte de nuestro reino —agarrando sus mano y dándole un abrazo.

—No, está bien —Faty se separó del abrazo—. Estaré con ellos por si tenemos algunas complicaciones, y no estar de aquí allá, y de allá para acá. Nos vemos en dos días si es que van a la boda.

—Bueno.

Subaru le ofreció una habitación por el momento, le había comentado que tenían una reunión con la familia. Faty, al no tener ropa, dijo que esa vez no iba a ir a lo que el mayor se negó llevándola a un centro comercial para vestir la adecuadamente a la ocasión.

Dando las once de la noche, partieron. Los recibieron primero los sirvientes que todavía habitaban en esa mansión vacía, caminaron más allá abriendo las puertas. La mayoría de la familia estaba ahí solo faltaban los Mukami. Los captaron enseguida.

—Eso fue divertido —mira a su alrededor—. Tío Subaru —fueron a abrazarlo al unísono—. Buenas noches, señorita —hicieron reverencia.

—¿Niños? —murmuró Faty—. B-buenas noches.

—Soy Yui, cuñada del rey —se presentó.

—Ya sé quién eres —alzando la mirada.

—¡Faty! —sorprendida—. No te reconocí, discúlpame.

Acabando de cenar, todos fueron a la sala y siguieron igual hasta que sonó la puerta anunciado la llegada de más personas.

—Fátima —susurró Ruki, quedando atónito al contemplarla.

Kou saltó sobre ella consiguiendo que se caigan juntos.

—No te vuelvas a ir —lagrimeando, la sostuvo—. Te extrañamos en casa.

—¿Ella es mi tía Fátima? —hablo Micaela, hija de Yui con Yuma.

—Sí, cariño —Yui cargó a la niña.

—Pero ustedes me contaron que ya no iba a volver —alegó la niña.

—Las cosas están en constante desorden, corazón, debe ser importante si ella vino aquí —Faty asiente—. Por cierto, ¿dónde te estás quedando? Dime que te quedarás acá o volverás a la casa con Ruki-san.

—Preferiblemente.

—Claro que... Demon... volverá a la casa... ¿verdad, Ruki? —Azuza exigió.

—Lo hará —Ruki afirmó.

—Me devolverán mis poderes —dijo en forma exigente.

—¿Por qué lo haríamos? —Yuma interfirió.

—Gente está en peligro y no voy a dejarlos en manos de una psicópata, tampoco voy a permitir que piensen en que me estoy casando —explicó.

—Black volvió y se esta casando —más no podría resumir la situación el actual rey.

—Simón —mencionó como afirmación.

—Todos tenemos parte de ellos, jamás los hemos usado ya que nos controlarían. Más que a ti.

Formaron un circulo, al poco rato, Faty ya comenzaba a sentirse nuevamente un poco pesada. Terminando la transferencia, ella se desmayó del impacto que tuvo por su cuerpo humano y sin experiencia; la llevaron a una habitación para que reposara. De pronto su cuerpo empezó a marcar el signo del lobo, cambió su ropa también a la casual que solía utilizar. The Little Demon estaba regresando.

Ya empezaba a amanecer. Los niños estaban de curiosos y fueron a ver a su tía; un cambio extremo llevaba encima, se asombraron; ella ya estaba de pie mirando la ventana sonriendo.
Bajó con los niños y, al verla, los demás, quedaron apreciando.

—¡Genial! Vas a ir a la boda de tu peor enemiga. Yo quiero saber qué vas a hacer, si interrumpir la ceremonia, me infiltro y saco a las personas del peligro —dijo Ayato haciendo pose de héroe—. Yo la salvo damisela —extendió su mano a Yui—. Ore-sama está aquí para protegerla.

—Te recuerdo que también es mi esposa, ¡idiota! —Yuma gruñó—. Tsk —la toma como costal de papas—. Bye, te cuidas, hermanita —entra a una habitación.

Tuvieron unos momentos de risas, hasta que recordó a Christian y Tom. Tenía que irse. Entró al bosque e hizo un portal para llegar ya que estaban en otro de mundos en BYL; iba a arrancar a correr cuando algo la sostuvo, vio que era una mano. Chris. Lo abrazó a lo que sorprendió le mucho, pero le correspondió.

—Los buscamos por todas apartes —se separó la muchacha.

—Tom tuvo que volver a trabajar.

—Ya sabía que ustedes eran algo, pero a eso no he venido —alguien estaba aproximándose.

Giraron para ver la persona y era Black junto a Derieri, parte de los Diez Mandamientos.

—He venido para invitarte a mi boda —siguió hablando Black—. Es pasado mañana y quiero paz. Jordán me aceptó —entrega un papel grueso.

—A engaños —agregó Faty.

—Y eso qué —molesta—, es mío. Si no quieres que te mate ahora mismo, relájate y disfruta. Y tú—señala a Christian—, ni se te ocurra meterte en esto, porque ella se encargara de ti —señala a Derieri.

Black agarra a Faty de su playera.

—No bastó el tiempo para cambiar de gustos —recorre con la vista su atuendo, luego, la avienta al suelo—. Te ves inútil sin tu fuerza, lástima, ahora yo sólo puedo protegerles.

—Como siempre confiándote de todo lo que ves —sacudiéndose le reprocha—; tampoco te bastó para dejarme afuera de tus fechorías—se levantó activando su marca demoníaca.

Sintió una descarga por todo su cuerpo, tenía que aguantar para que no la consumiera y termine por devastar el campo.

—Eres un fracaso —Faty se lanza contra ella.

Black no se quedó atrás, también activo su habilidad y la siguió, antes de que pudieran darse un golpe, una onda hace que salgan disparadas.

—No gastes energías en esto; ya te lo he dicho, tienes que arreglarte y prepararte para mañana —Karl se sacude las manos.

—Cállate —gruñe, Black.

Karl mira a Faty.

—Señorita Demon, gusto en tenerla con nosotros otra vez.

Break The Limit: Pesadilla Final  En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora