—¿Bolsas?. Ya. ¿Dinero? —revisa los bolsillos del pantalón—. También listo —toma unas llaves.
—Tan temprano, te levantas —cruza los brazos.
—Buenos días —dice con sarcasmo—. Voy al pueblo a comprar unas cosas que necesito hoy.
—¿Te puedo acompañar?.
—Si quieres.Fueron por el pasillo de entrada y arbustos. Salieron por las rejas y caminaron a la plaza.
—Parece un mercado común.
—No es tenebroso. Vamos por unas veladoras, fruta e ingredientes para un pastel.
—¿Tienes una cita?.
—Hoy es el aniversario de mis padres adoptivos y les prepararé su comida preferida.
—Ya vi la fruta.
—Andando.Durante el tiempo en la plaza, J y Faty iban platicando sobre lo que les sucedió después de ir a Derry. Entre puras risas, salió el tema de los sentimientos.
—¿Fuiste su novia?.
Fátima frunció el ceño.
—¿De quién?.
—Felicia.
—Eramos "hermanas". Tu esposa y su mamá la catalogan como mi amante, y sí; era homosexual. No sabían nada.
—Entonces no has tenido pareja.
—No, si la tuviera ya hubiera sido reina y estuviera sin despertar, supongo.
—Osea que si tenias pareja debías ser reina a fuerza —la castaña asiente—. Eso es absurdo.
—Karl ponía las reglas.Pasaron por los puestos de fruta, los mangos son los favoritos de Faty y Rubén.
—No pueden faltar —pide un kilo de la fruta amarilla. Paga.
—Gracias —J se gira y ve a su acompañante con unos señores mayores ayudando les a comprar.
—Te lo agradezco The Little Demon.
—Por nada.
—Permiso. Permiso. Vamos —la jalan.
—Adiós.
—¿Eres famosa?.
—Sólo ayudaba.
—Las fresas que pediste —da la bolsa.
—Ok. Las veladoras y regresamos a la mansión de mis "hermanos".El local está retirado del primer pueblo. Volaron hasta allí.
—Existen las velas para todo momento.
—¿Y eso?.
—Hechicería.Silencio. Imaginaron varios tipos de situaciones.
—Por fortuna son normales.
—¿Estas? —pregunta enseñando una con vaso trasparente.
—Ajá —la toma.Pagan. Se retiran de la tienda, dando las diez de la mañana.
—Gracias por acompañarme. Me voy a bañar. Permiso
—De na-. Propio.Se escuchan pisadas subiendo.
—¡Carajo! —azota sus puños en la mesa.
—¿Qué te pasa? —Alex se sienta a la par.
—No pude dormir —excusó.
—Prepararé el desayuno —va a la cocina.Quince minutos después, Faty se hace notar vestida casual y elegante.
—Semejante vestimenta —Alex le da una vuelta.
—Para la casa de mis padres adoptivos —completa la oración. Coge las bolsas del mandado.
—No quise.
—Ya está —toma las llaves y va a la puerta—. Hasta luego.
—Tan rápido se recuperó.
—Es una demonio —Christian dice obvio. Agarra una manzana.
—Sus poderes la abandonan, y ella como si nada.
—Quieres que se deprima.
—Por supuesto que no.
—Avísenme cuando sean las doce y media.
—¿Para? —interrogó tomando el pan tostado.
—Haremos limpieza en la casa de los señores.
—Ya no la va a ocupar.
—Demos le el gusto. Tal vez la regale.
—¿A quienes?.
—Nos sorprenderá.Le siguieron Leslie y Raúl para acompañar. Merry continuaba con un sueño pesado.
Vikki pensaba en ir. Encontró a la menor en el balcón en vista del huerto.
—No parece vieja. Las llaves están en el tapete, se conservan.
—Le puse un hechizo anti-vejes —ríe.
—Está polvorosa.
—Sirven la estufa, el refrigerador, el horno —prende la estufa. Una flama, alumbra—. Lo comprobé.
—¿Y las velas?.
—Ofrenda.
—¿Qué vas a hacer?.
—El pastel de piñón de Misaki y las tostadas de frutas de Rubén.
—¿En que te apoyo?.
—Haremos el bizcocho.Contaban anécdotas de ellos felices. A las doce y media, Christian llega con las escobas, cubetas, franelas, y limpiadores de piso.
—Una manita de gato.
Entre los tres, limpiaron los rincones del hogar.
—Por qué decidiste limpiarlo, si ni vives aquí.
—Vikki y yo pensamos que ustedes podrían vivir aquí —Doña Vikki asiente.
—Estamos una mansión.
—Cuando los haces enfadar, ni en pintura te quieren ver. Y para que tengan más intimidad —Faty mira picara a su amigo.A Christian se le sube el calor a las mejillas.
—Tampoco tanta —Vikki calma—. Estaré pendiente de que todo esté en su respectivo lugar.
—¿Y si usted no se encuentra? —a Chris le intriga.
—Tú. Te la regalo —Faty le guiña el ojo, recargándose el el sillón.Al chico moreno le aparece un brillo.
Los cuadros de ella junto a la pareja mayor, cuelgan en decoración y capturas de aquellos pasatiempos que realizaban.
—Los cuadros los puedes gu-.
—Se quedarán en donde están.Vikki y Faty se miran.
—Es hora de comer el rico pastel —Vikki lo saca del refrigerador.
—Luce espectacular —Chris va por platos y cucharas.Degustaron el postre. Lavaron los utensilios.
Cuando ya se iban a ir de la cabaña, Faty se detiene de repente.—Yo voy al bosque, al rato los veo —despide.
—En la cena.
—Creo que sí llego. En caso de que no, me apartan mi porción —va en dirección contraría.Faty va la banca donde tuvo su encuentro con la pelirroja.
Encendió una vela, se sienta y recuerda cosas que ya no había contemplado. Finalmente se dirige a cenar a la mansión.Eunice la vigilaba desde que se fue con J al mercado, pero al ver que sólo fueron por ingredientes, se marchó.
—¿Qué prepararon? —cuestiona la azabache con hambre.
—Agua de Melón —habla Raúl.
—Spaguetti a la boloñesa —contesta la peli-rosa.
—Ya vino por quien lloraban —dramatiza la castaña, cerrando la puerta.Se le quedaron mirando.
—Christian me exigió que llegara para la cena.
—Mentirosa. No te lo pedí así —cruza los brazos.
—Voy a servir, ya siéntense —Alex trae una bandeja.
—Por cierto, Subaru y toda la familia se fueron a una junta con el Comité —informa un chico con lentes.
—Oh, sí —dice con el bocado en la boca—. Tienes buen sazón —elogia a Alex.
—Mis maneras de disculparme por lo de tu novia y J.
—Ella no- —J iba a aclarar, pero Faty se lo impide.
—Te perdono porque cocinaste bien.
—Me lleve el pastel de la casa —Chris va a la cocina.
—Hay pastel de piñón —hace entender—. Nos quedó buenísimo.Cenaron. Con una que otra pelea de Leslie y Merry por la moda.
Se sentía normal.—¿Tienes la dirección correcta? —en sus manos hay un papel y un bolígrafo—. Perfecto, Tom —anota lo que le dicen—. Voy a planear cómo irme... Yo te aviso cuando sea el día... —cuelga.
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Break The Limit: Pesadilla Final En Edición
LosoweConectando... Un sueño más... «Si vuelvo, pediré que recuperemos esos momentos en los que no estabas aquí.» Karl Sakamaki planea llevar a Fátima a otro mundo, en un movimiento desesperado, para reiniciarle la memoria. Al darse cuanta, Christian...