39. Secretos

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Italia.

La mansión de los Michelson estaba más sola que nada, casi todos se encontraban visitando a Gian, menos Gregorio y Cesar quienes estaban en el jardín.

— No tienes porqué gastar tu dinero en Gian— le dijo Gregorio a Cesar— no lo vale.

— Ambos sabemos que no están condiciones para gastar en algo privado para Gian y son muy orgullosos como para pedirles a los Blanchard para los gastos— jugó con el vaso de cristal en su mano— no dudó que ya hayan querido ofrecer algo para compensar lo ocurrido.

— Sus abuelos, quisieron llevarlo a otro país para que siguiera sus tratamientos pero Isabella se negó a que siquiera entraran a verlo.

— Esa mujer tiene algo muy malo, no me cae para nada bien, en las condiciones que está no debería negarse a nada de la ayuda.

— Ella si es orgullosa, quiere a los Blanchard lo más lejos posible de Gian, con lo que no tengo ningún problema, sabes que de todas formas no podemos vernos sin discutir.

— Aunque lo aleje no podrá cambiar lo que Gian es y lo que siempre será, ni podrá evitar que su bebé pase por lo mismo.

— Yo casi lograba mantener a Gian alejado de esa familia, pero su estúpida madre tuvo que arruinar todo.

— He hablado con Mónica, estaba desesperada, no comprendía a su hijo, no podía ayudarlo, te ahorro bastante con dejárselo a los Blanchard.

— Puede que nadie más que los Blanchard sepan mantenerlos controlados o al menso enseñarles lo que se hace para controlarse. Algo que se, es que si esos niños crecen bajo el miedo jamás descubrirán su potencial, son débiles sin un guía, sienten que no pertenecen en ningún lado, lo que los hace tratar de adaptarse a lo diferente o simplemente desparecer. Ve a esos Aller, se criaron fuera de la familia y saben que pueden adaptarse.

— Joshua Blanchard Aller quiere cambiar la forma en que la familia se muestra, quiere igualdad para todos y no más peleas.

— Llegó a un gran puesto, si tan solo Sedrick no estuviera tan alto estoy seguro que podrían haber cambiado las cosas de inmediato.

— Nadie puede sacar a Sedrick de su puesto.

— Si muere si se puede— si eso pasaba cesar sabía que Seth lo tomaría— y si ese bastardo se muere sin dejar a cargo a alguien, puede que un Aller tome en puesto y llegue la paz.

— Son muchos Blanchard contra tres personas que apenas son conocidas como de la familia. No tienen ni una oportunidad de cambiar lo que siempre ha sido ese apellido.

— ¿No crees que el mundo estaría mejor sin ellos?

— Lo dudo bastante, sin tanto poder muchos lucharían por lo que ellos dejaron, nunca sabes a qué manos caería tanto poder y es bien sabido que los Blanchard tienen muchas reglas que evita que sean inhumanos.

— Esas personas ya son inhumanas, no los has visto de cerca como yo, no tienes idea de lo que son capaces de hacer.

— Imagino que son capaces de hacer lo que sea por mantenerse vivos, como tú y yo, no somos nada diferentes, si te sientes inferior entonces ese es tu problema, no de ellos.

— Dices eso porque para ti esa familia no es competencia, tú te especializas en otra cosa que a ellos no les interesa— en eso tenía razón— mientras no se metan en tu campo de trabajo, no sabrás el peligro que representan.

— Tienes mucho miedo en ti— notó Cesar— como si solo esperaras a que te destruyan.

— Señor, lo buscan— llegó un hombre para avisarle a Gregorio— lo esperan en la sala.

Mis Víctimas #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora