Recién había llegado a mi mansión, Stanley me había traído un auto y ropa así que pude venir a mi hogar. Sabía que la policía estuvo aquí revisando mis pertenencias y lo que encontraron debió ser perturbador para ellos pero no era nada que les sirviera. Tampoco nada que pudieran usar en mi contra.
— ¿Llegaron los de limpieza?— le pregunté a Stanley.
— Si, los chicos están en la sala esperando— me respondió— llegaron puntuales.
— Perfecto— caminé a la sala con las manos tras mi espalda, los chicos se pusieron de pie al verme entrar.
— Buenas tardes, señor— miré a los dos jóvenes frente a mi, uno era castaño y el otro rubio. Por su falta de información asumía que no conocían mi nombre al igual que yo no sabía los nombres de ellos.
— Díganme sus nombres y sus edades— les pedí mientras me ponía frente a ellos— solo sus nombres.
— Soy Carl, yo tengo veinte años— dijo el castaño.
— Yo soy James y tengo veintiún años— ahora dijo el rubio.
— Bien, lo que harán es complicado, no les mentiré la mayor de cosas que les pediré que hagan serán extrañas además de que sera mucho trabajo. Todo debe de estar siempre impecable, piso, techo, ventiladores, barras, muebles, paredes, al igual que el patio aunque de eso no se encargarán.
— ¿Cada cuanto debe ser la limpieza?— preguntó James.
— Todos los días, durante la noche preferiblemente, deberán limpiar siempre al final del día, estarán trabajando con muchas sustancias, además de que hay salas bastante grandes y muy extrañas. Todo tiene su lugar, no debe de haber ni un ligero cambio porque eso podría acabar con mi control así que sean obedientes. ¿Saben cocinar?
— No muy bien, ¿quiere que le preparemos la comida?
— No, yo ya tengo a quien cocine para mi, el también ayuda con la cocina así que no deberán preocuparse mucho por ese asunto— les di un recorrido mientras les explicaba todo con detenimiento, luego los lleve a mi habitación especial— esto es algo confidencial y podrían pasarles cosas malas si llegan a contarlo, es totalmente legal no se preocupen por eso, solo que no es bien visto.
— No diremos nada— me aseguró Carl, entonces les abrí la puerta y los deje pasar— ¿Es para tomar una ducha?
— Algo similar.
La habitación era completamente blanca casi todo era de loseta, por eso pensaban que era una ducha, además de que por arriba salía agua. Fui a una de las puertas que también tenía un espejo, la abrí y por ahí saque las cosas para que la habitación fue diseñada. Acomode los instrumentos en un lugar y algunos de los muebles, luego saque mis juguetes y los puse de demostración.
— ¿Que es esto?— preguntó James, ahora ambos estaban asustados.
— Mi habitación de control de ira.
— ¿Control de ira?— preguntó— esto es de tortura.
— También pero lo que daño son estas especies de maniquíes— tomé uno y lo colgué de un gancho, eran tan reales que si parecían personas, su piel era también como la de una persona, era básicamente una aunque sin un corazón bueno si tiene pero no uno real. Tomé una navaja y la lancé dándole en la garganta y está empezó a sangrar— están diseñados para esto, son creados solamente para mi, me llegan cien cada mes, los demás son guardados en el sótano.
—¿Está seguro que no son personas reales?
— No lo creo— me acerqué al maniquí, tomé la navaja de su cuello y le abrí el estomago por donde salió más sangre y sus intestinos que yo estoy seguro que son completamente falsos por las texturas y colores brillantes— esto es aprobado por profesionales en mi caso, un enfermo mental pero es normal, algo de familia, aseguran que no dañaría a nadie.
ESTÁS LEYENDO
Mis Víctimas #2
RandomCuando pierdes a alguien es difícil ver todo de la misma manera que antes lo hacías, sientes que algo te falta, tienes ese hueco en el corazón que por más que intentes no puedes llenar. - Una sombra, solo eso soy en este mundo, es muy difícil segui...