Mis Víctimas #2

Extra: Un Castigo

Tiempo Conflictivo: 5 minutos.

Seth.

Quienes no estuvieron en el bosque presenciando nuestra reconciliación, ven con ojos preocupados nuestro regreso. No es una escena de todos los días, no de los perfectos hijos del líder.

La realidad de nuestra familia los golpea al vernos de cerca. Nada les oculta los ojos hinchados con un camino seco en nuestras mejillas como prueba de nuestras lágrimas, las narices rosadas en necesidad de un pañuelo. Inspeccionan nuestra ropa sucia y desarregladas apariencias con un disgusto difícil de ocultar. Mi forma de caminar tampoco pasa desapercibida, el frío me cala demasiado para fingir estar bien, no queda fuerza en mi.

Nos observan en silencio mientras sus ojos gritan cientos de preguntas a las que jamás les llegará una repuesta, tendrán que recurrir a la imaginación. No me gustan sus miradas, ellos creen saber lo que ocurre, es tan fácil asumir.

¿Qué hicieron la hija y el hijo del líder para terminar así?

No tienen ni la menor idea, lo que siento no tiene forma de describirse, aún no existen las palabras para hacerlo.

Las expresiones cambian conforme me acerco, ellos saben que alguno pagará por el descuido. Si no es papá, será alguno de los King quien lo decida.

Será una dura lección.

Aún sin un espejo, apostaría que parezco alguien salvado de su segundo intento de suicidio. En el mejor de los casos como un hombre a quien le dieron una revolcada en la nieve. De ambos, soy el peor. Mi hermana luce preciosa llorando, te hacer querer consentirla, de no ser por su esposo o nuestro padre, estos hombres estarían haciendo lo que sea por contentarla.

Evito los ojos de papá. No quiero saber si está herido, ni si le causa gracia, tampoco si desea estrangularme hasta hacerme un poco más normal, más aceptable. Tal vez quiera matarme hasta ser el triste recuerdo de un hijo que tuvo en algún momento de su gran vida. Veo la nieve, es menos fría que papá.

Sé que me ama, pero su amor llega a sentirse como un castigo.

Mentiría si digo que no me he preguntado si Skyler siente mi amor de esa forma. Es deprimente el amor entre nosotros.

Hay dos sillas a cada lado de papá, en ellas están sentados los King, mi hermana no mintió. Parecen rehenes por su manos sujetas, unas que mi hermana trata de liberar con la navaja.

Nadie le ofrece ayuda, no seré el primero que lo haga.

Hay un arma en la mano de papá, le sostiene con descuido haciéndola ver como un juguete. Los hombres alrededor también llevan armas, ninguna apunta a nadie. Son profesionales, no matan a papá solo porque Axel no da la orden, siguen su jueguito para evitar una escena.

—Vuelves a hacer llorar a Skyler y la próxima vez que entres en ese bosque, me encargaré de que nunca salgas, Blanchard —me amenaza Elian mientras lucha con el amarre —. Ha derramado suficientes lágrimas por tu culpa.

—Calla, Elian.

Mantengo mi mirada en la nieve esperando que se quiten de la entrada para llegar a la puerta. No estoy de humor para escuchar lo que tenga que decir.

—¿Alguien más tiene alguna puta queja? —pregunta papá —. ¡Vamos! Hablen ahora que estamos todos aquí, no desperdiciemos este agradable público.

No oculta su molestia, su tono me pone nervioso, no soportaré otro encierro.

Axel levanta la mano una vez liberada.