Mis Víctimas #2

Extra: Tío Seth

Tiempo Liberado: 3 horas.

Seth.

Es una mansión en el centro de kilómetros de terreno boscoso, parece la perfecta escena de una película de terror. Los únicos vecinos son otras mansiones igual de aterradoras rodeando al bosque, todas bajo el mismo dueño.

Recuerdo alguna cabaña en un punto medio de la mansión al muro que cierra el terreno. También torres de vigilancia pero no estoy seguro de sus localizaciones, está muy oscuro.

¿Qué demonios hacemos aquí?

—¿Tanto te avergüenzo que piensas dejarme con Derek Blanchard? —le pregunto a mi padre al bajar de la camioneta —. Cometí un error y no volverá a suceder.

Mi padre no me responde, ni siquiera voltea a verme, desde mi salida está muy callado, un comportamiento extraño, viniendo de él.

Siento una horrible sensación desde que cruzamos el muro, con el tripe de seguridad a comparación de visitas anteriores.

La sensación empeora por la familiaridad con la que César se comunica con la seguridad y se mueve por esta oculta propiedad.

—Entremos, debes estar exhausto —sugiere César al abrir la puerta de la mansión —. Se hizo más tarde de lo que planeamos.

Hay luces encendidas y ruido, en específico el llanto de un bebé, siento como si mi corazón se detuviera para permitir que el sonido de sus llantos se intensifique.

Me olvido de todos y busco el camino que me lleve al sonido. No me toma nada dar con el responsable del llanto ahora más calmado.

De todas las persona con las que espero encontrarme, me sorprende ver primero a Axel. Mi último recuerdo suyo, es de su cuerpo tirado en el suelo sobre un charco de sangre.

—Por semanas creí que estabas muerto.

Él se ríe.

—Cada que salgo con ustedes recibo una bala, primero Skyler y ahora tú —dice sin dejar de mecer al bebé —. Los Blanchard parecen ser la ruina de los King, ¿no lo crees, Alexey?

Es el único en la sala, pero escucho más voces y tengo una idea de quiénes son. Unas pisadas de mi lado contrario anuncian la llegada de Elian, no se detiene hasta estar a mi lado y pone su mano en mi hombro para darme un amistoso apretón.

Gracias a Dios no me abrazó.

—Bienvenido, Seth.

Se le ve el cabello más largo desde la última vez que nos vimos, su barba igual. Está desarreglado y su rostro cansado lo hace ver más viejo. Es apenas cinco años mayor que yo y podría aparentar la edad de mi padre con esa cara.

La paternidad lo está golpeando duro.

En unos tres años más empezará a llenársele el cabello de canas si no encuentra un balance en su vida.

Ese debe ser el objetivo de Skyler, que el cabello de su esposo se empiece a llenar de canas, ella ama la vejez en los hombres.

—Te ves horrible —se me escapan las palabras.

—Tu igual, ¿cuánto peso ganaste?