40. Las Mafías

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La tensión del momento estaba haciendo peor las cosas, ambos seguían inmóviles, sin saber que hacer para controlar esa situación. Había acabado de una manera que jamás hubieran esperado, temiendo por su vida más que en otra ocasión.

— ¿Qué es esta mierda?— la arrebató el arma de la mano para arrojarla del suelo— ¿Qué es todo esto?

— Puedo explicártelo.

— Claro que me lo vas a explicar— lo tomó por el cabello sin importarle lo mucho que eso le dolía a Seth, quería respuestas y se las sacaría de mala manera porque la paciencia con él la había perdido, lo jalo hasta una habitación y prácticamente lo aventó casi haciéndolo caer para cerrar la puerta— en este jodido instante me dirás que mierda hacías.

— Veras, mi dolor me llevo a hacer cosas que se que no debía hacer pero debía desquitarme con algo, creí que sería buena idea venir con Shantal para distraernos un poco.

— No me vengas con esas mentiras— lo tomó por su camisa y comenzó a quitarle el chaleco antibalas, al igual que las demás armas que llevaba consigo, celular, todo— te ves muy preparado para solo distraerte.

— Solo es protección, nada más.

— Mi hijo me estaba apuntado con una arma, en un lugar que yo creí que no conocía, pero a pesar de todo pareces ser un experto en estar entre estos pasillos y puertas.

— No tiene nada de malo que yo lo conozca, recuerda que Sasha me contaba todo, no soy un tonto que no conoce los secretos de la familia, era bastante obvio con Gregori y Derek.

— Me importa una mierda lo que te haya dicho mi abuelo, no debes estar aquí, no tienes nada que hacer en este lugar, pero te ves muy feliz corriendo por estos pasillos como si fuera tu hogar.

— Felicidad es lo menos que siento en este momento, si corría por los pasillos era por miedo.

— ¿Por qué correrías por miedo?— le preguntó— ¿Por mi? ¿Sabías que estaba aquí?

— Yo no tenía idea de que estuvieras aquí, solo me avisaron que saliera de la instalación, creí que algo malo había pasado, corría por mi vida.

— Te avisaron, muy bien... dudo que haya sido Stanley o Rodrick porque les quite sus celulares para evitar que hicieran cualquier cambio en este lugar.

— ¿Me estabas siguiendo?

— Estaba cuidándote de que cometieras una locura, mi sorpresa fue grande al verte llegar a este lugar, a pesar de que muchas cosas pasaron por mi cabeza, tratando de justificar tu preferencia por venir aquí, no encontré nada que diera una idea, solo cosas malas llegaron a mi mente.

— Tengo tanta ira como tú, este lugar es perfecto para liberarla.

— Para eso está tu habitación de la ira, no esté jodido lugar donde torturan y matan personas— eso pareció traerle una idea a la mente de Sedrick, se apresuró a ir al pasillo jalando a Rodrick dentro y ordenándole a Stanley que se llevará a Shantal a la mansión— en este momento me dirás que hace mi hijo aquí.

— Creo que es muy obvia la respuesta, estaba practicando su tiro— recibió un golpe en el rostro por parte de Sedrick, dandole a entender que no le creía a pesar de que era verdad— ¿Qué quieres que te diga?

— ¿Qué mierda hace mi niño en este horrible lugar?— estaba tan acabado como Seth, la ira de Sedrick sería descargada con ellos— más te vale que seas sincero que puedo torturarte como la gente que termina aquí.

— Lo que pueda llegar a decirte no te gustará para nada, así que apreciaría que tú ira no la descargaras en mi, ya que no planee nada de esto, solo seguía órdenes.

Mis Víctimas #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora