Extra: La Llamada

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Tiempo Encerrado: 350 días.

Seth.

No me gustan las visitas, tampoco soy fanático de las videollamadas, ni de las personas en general pero mi familia no acostumbra a hacerme caso cuando pido que me dejen solo, por eso me visitan cada que tienen la oportunidad.

Como hoy.

Salgo de la habitación con una sudadera negra, unos pantalones del mismo color, si pudiera estaría descalzo pero no confío en la gente que limpia este lugar, por esa razón llevo sandalias.

No me dejan usar zapatos, creen que me colgaré con las cintas.

Jamás me sentí tan avergonzado de mi forma de vestir como en este punto de mi vida, si creen que encerrarme es un castigo, no se compara a que me quiten mi estilo.

Busco a mis visitas en cuanto me llevan a la sala de espera.

Al primero que veo es a mi padre usando un traje negro sin corbata, el cual me causa celos. A unos metros está César haciendo una llamada, usando una colorida camisa de botones azul y jeans.

—Pensé que saldrías del país.

—Cambié la fecha.

Me acerco para darle un beso en su mejilla, mi padre me envuelve en un fuerte abrazo y espero que su aroma se quede impregnado en mi ropa. Desde que permito su toque, se ha dado la libertad de abrazarme en cada oportunidad.

Ahora entiendo a Skyler que puede vivir en sus brazos, no hay mejor lugar que ellos.

Deja un beso en mi frente antes de soltarme.

—No los esperaba hoy.

—Que tierno, nos esperas —se burla —. No sabía que te agradaba nuestra presencia con lo mucho que insistes en hacer videollamadas.

—Les hago un favor, no es un lugar agradable para estar. Y si pudiera tampoco les haría videollamadas.

Nos sentamos en sillones distintos mientras los empleados se pasean por la sala dándonos poca privacidad, la mayoría de ellos esperando que pierda el control. Decido no darles mi atención, no pienso portarme mal, no cuando estoy tan cerca de salir.

Mi atención está en alguien más importante.

Mi mirada no abandona a César, ni cuando tomo asiento en el sillón más largo. Siente mi mirada y nuestro ojos se encuentran, me sonríe desde su lugar sin molestarse en colgar esa llamada.

No le regreso la sonrisa, ni lo dejo de ver, el aparta su mirada y continúa hablando.

—Los demás querían venir pero...

Se queda callado y espero que continué pero no lo hace. He notado durante las visitas que nunca vienen todos. Los gemelos no pisan este lugar, no conozco en persona a mi nuevo sobrino. Me he perdido de mucho estos meses, a pesar de no estar enterado de nada, noto esos detalles.

Como la ausencia de Skyler, no ha venido a verme.

—¿Pero? —insisto.

—Quise venir solo. —Suena como una verdad a medias —. El único problema es ese chicle.

Apunta con su dedo a César quien no nota que mi padre habla de él.

—Es tu culpa, desde el inicio debiste prohibirle la entrada.

—Aunque le prohíba la entrada encontrara una forma de acceder a ti.

No puedo argumentar contra eso, de una forma u otra terminaría aquí, lo quiera o no.

Mis Víctimas #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora