Capítulo XLV

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Con la tripulación del Venganza de la Reina Anna
Los piratas, en la noche, llegaron a unos manantiales donde habían cuerpos muertos de sirenas. En ese lugar harían lo posible por conseguir la lágrima de la sirena.

Barbanegra: Sirenas. Cuidado! Son manantiales profundos! Si huye, todo estará perdido! Contramaestre!
Quartermaster: (Le saca el saco que cubría los ojos a la sirena)
Barbanegra: (A la Sirena) Mira! Mira! Atadas y abandonadas para morir en el sol. Solo la mitad en el agua. No sobrevivirán. Pero en este estado se prolonga su agonía. Piénsalo. Para robar sus lágrimas tú pueblo es asesinado. Syrena, no quieres llorar?
Syrena: Todos tienen un fin. Hasta tú. Y el tuyo se acerca.
Barbanegra: Escucha. (Se acerca a la sirena para amenazarla) Escucha! No oyes el grito de tus hermanas? No las escuchas? Una lágrima es lo que pido.
Syrena: (Se aguanta para no llorar)
Barbanegra: (Le da un golpe a la sirena) Criatura vil!
Ezekiel: Arránquenle los dedos uno por uno!
Garheng: No! Ahógenla! Expriman sus ojos para sacar sus lágrimas!
Philip: (A Angélica) Y tú opinión de esto?
Angélica: Tal vez cambie de idea mañana con el sol.
Barbanegra: Arderá. Sería lo mejor. Pero ya no tengo tiempo, hija. Podemos hacer nuestro propio fuego.
Philip: No!
Barbanegra: Clérigo! Ya no protestes!
Philip: No van a torturarla!
Angélica: Solo quiero una lágrima!
Barbanegra: Le arrancaré las escamas del cuerpo una por una si es necesario. Si te repugna eso, reza por allá.
Philip: Me equivoqué. No toda alma se puede salvar. La tuya no lo hará.
Barbanegra: Vean caballeros! A un hombre que perdió la fe.
Philip: Esa vil criatura como le dices, vale por cien como tú!
Barbanegra: Le tienes afecto. También te gusta. Y no niegues lo que está claramente ante mis ojos. La duda es: (Se acerca a la sirena) A ella también le gustas?
Syrena: (Se aguanta para no llorar)
Barbanegra: Vaya! Parece que sí. Que suerte! No creen?! (A la sirena) Empieza a llorar.
Quartermaster: (Le pone un cuchillo en el cuello a Philip)
Barbanegra: (A Syrena) O presenciarás la muerte de esta pobre alma!
Philip: Syrena! Si les puedes dar una... hazlo por favor!
Barbanegra: Tristeza sí. Pero dolor no. Aún!
Angélica: Tu espada no, padre!
Barbanegra: Tiempo y marea no esperan! (•••) Contramaestre!
Quartermaster: (Le hace un corte a Philip)
Syrena: (Aún con dolor, trata de no llorar)
Barbanegra: Oh, sí. Son muy fuertes las sirenas. Todas ellas. (•••) Átenla como a las otras! (Hablando del cuerpo de Philip) Y desháganse de esto! (Se acerca a su hija) Estás convencida?
Angélica: Sí. Soy una mujer! Igual que ella.

(•••)

Con Jack Sparrow
Gibbs: Cuál es tu plan, Jack? Aliándote con Barbossa?
Jack: Hay una chica. Una mujer. Del sexo opuesto.
Gibbs: Y cuando no?
Johari: (Se acerca a Jack y a Gibbs) Esa chica es tu querida Ruby, no es así?
Jack: Más bien es una damisela.
Gibbs: Rescatas a una damisela? Vaya. Eso es nuevo.
Jack: Sí. Pero resulta que tal vez le causé a esa damisela un poco de daño muchas lunas atrás.
Gibbs: Confiesa, Jack.
Jack: Gibbs, ella es la mujer de Sevilla.
Gibbs: Ah sí? Fingiste amarla, te fuiste y le rompiste el corazón.
Jack: Peor. Tal vez sentí por ella, muy brevemente, alteraciones.
Gibbs: Alteraciones?
Jack: Alteraciones.
Johari: Hablas de sentimientos.
Jack: No, no, no. No al grado de sentimientos. Fue un... Sí, sentimientos, Johari.
Gibbs: Y la abandonaste. Oh, qué cruel.
Jack: Gracias.

Ruby caminaba al lado de Barbossa fingiendo que no escuchaba la conversación entre Jack, Gibbs y Johari. Pero la forma en la que Jack decía que de verdad en algún momento estuvo enamorado de Angélica, hizo entender a Ruby que aún Jack sentía cosas por Angélica. Esto le causó bastante dolor a Ruby pero hizo lo posible por ocultarlo.

Piratas Del Caribe /// Las Llaves Del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora