Piratas Del Caribe /// Las Llaves Del Infierno

Capítulo LXXIII

Al salir de la choza, Johari, Jack y Gibbs fueron a buscar más barriles de ron para su viaje, y luego volvieron al Perla Negra a esperar la llegada de los demás piratas.

Cuando llegaron los piratas, Jack, mientras tenía al mono en su hombro, pudo por fin dar las órdenes para zarpar y partir su viaje a Port Royal.

Jack: Maestre Gibbs! Al timón mientras yo doy las órdenes!
Gibbs: Sí capitán! (Va al lado del timón)
Jack: Marty, las cuerdas! Bollard y Cremble, cañones y bodega! Pike y Scrum, icen las velas!
Scrum: Sí mi capitán! (Va a su puesto asignado, junto con los demás piratas)
Jack: (Al mono) Jack, anda a ayudar a Marty con las cuerdas. (•••) Johari! Al nido de cuervo! (Le lanza un catalejo a la africana)
Mono Jack: (Emite un típico sonido de mono y va al lado de Marty)
Johari: (Al atrapar el telescopio) Yo, al nido de cuervo?
Jack: Sí, tú.
Johari: Pero yo nunca subo.
Jack: Hoy día decidí darte el cargo de vigía.
Johari: Estás seguro, Jack?
Jack: Más seguro que nunca.
Johari: (Mira detalladamente el telescopio que le lanzó Jack)
Jack: Johari, si vas a estar en mi Perla Negra bajo mi mandato, vas a tener que hacer todo lo que yo te diga. Savvy?
Johari: Está bien... Tienes razón... Capitán.

Johari, aunque sin muchas ganas, no lo pensó dos veces para transformarse en búho, con el poder del Búho de Ónix, y subir al nido de cuervo a hacer de vigía como Jack le había ordenado.

Después de llegar volando al nido de cuervo, Johari volvió a su forma humana y comenzó a ver por el telescopio. Ella, aunque intentara ver hacia donde se dirigía la nave, camino a Port Royal, no podía evitar de vez en cuando darse la vuelta al lado completamente contrario y ver hacia mar adentro.

Mientras Johari hacía de vigía, y de vez en cuando se giraba a mirar mar adentro tratando de que ningún pirata en cubierta la notara, tuvo un recuerdo de una fecha que ella sabía que jamás se le olvidaría.

Johari quiso descansar su vista, por lo que guardó el catalejo en su bolso de cuero, mientras tomaba un sorbo del agua de su cantimplora. Luego, mientras miraba al lado contrario al que se dirigían, giró el collar que llevaba siempre puesto, y se agarró un colgante de madera que llevaba siempre escondido bajo su cabello. Esto le hizo recordar qué era lo que ella más anhelaba y le volvió un gran sentimiento de nostalgia.

Al recordar el colgante familiar, entendió la razón por la cuál, involuntariamente, se giraba a ver al lado contrario de América. Lo qué más quería la descendiente africana, era volver a ver a sus familiares, que no había visto desde el día anterior de haber sido llevada a las plantaciones de azúcar, junto con su primo Gombo Jocard, y otros de sus familiares africanos.

Ese recuerdo, poco a poco le iba aumentando la tristeza y nostalgia. El recuerdo le dieron ganas de ocultarse; de desaparecer; de volver el tiempo atrás, a los años que disfrutaba de los abrazos de sus padres cuando era apenas una niña. O por lo menos, a momentos que en la Isla Pantano, recibía el consuelo de su amiga Tía Dalma.

Sus ganas de estar sola, lejos de los piratas, aumentaron. Tenía ganas de sentarse y ponerse a llorar ocultando su cara entre sus rodillas, pero al ser el nido de cuervo un espacio tan reducido, no se le ocurrió mejor idea que transformarse en búho, para así tener un tamaño más pequeño, y ocultarse entre los delgados muros de la plataforma.