Ruby Evans, es una chica que puede crear fuego con su propio cuerpo, sin embargo, oculta su poder hasta de la persona en quien más confía, por el miedo a que la apuñalen con una navaja de plata creyendo que ella es Flama, la diosa del fuego y del in...
《Con la tripulación del HMS Providence》 Barbossa: Un mapa sería muy útil en momentos así. Gibbs: O una nave. Barbossa: Gibbs, quédate muy quieto. (Mientras se pone un guante) No hay que dejar que te toque siquiera.
Groves le pasó una pinza a Barbossa y él, con la pinza, agarró un pequeño sapo que se encontraba en el hombro de Gibbs para después guardarlo en un frasco de vidrio junto con otros.
Barbossa: Qué? No puedo cultivar un pasatiempo? Ruby: Algún día voy a cocinar esas ranas tuyas, Héctor. Barbossa: Créeme que no te conviene. Johari: Por qué no? Acaso son venenosas? Barbossa: (Ignorando a Johari) Por qué estamos parados aquí?! Caminen! Groves: Caminen! Barbossa: Ya dormirán cuando mueran! Caminen! (Mirando su colección de sapos) La fortuna aún continúa favoreciéndonos.
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《Con Jack Sparrow》 Jack corría por la isla en busca del Santiago, la nave que alguna vez fue de Ponce de León. Hasta llegar a una zona tipo caverna en la que se encontraba un barco incrustado en la pared de roca.
Jack: Sí. El Santiago. El famoso navío de Ponce de León. (Al ver detrás suyo) Oh! No hay nadie aquí. Iré solo.
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《Con la tripulación del Venganza de la Reina Anna》 Los piratas estaban caminando con la caja de vidrio en la que llevaban a la sirena hasta que uno de ellos se tropezó haciendo que la caja cayera y se rompiera dejando a la sirena con frío y sin agua, y su cola cambiara a ser piernas de una simple humana.
Todos los piratas se quedaron unos segundos viendo a la sirena hasta que uno de los zombies propuso dejar a la sirena y seguir el camino. Philip, en cambio, quiso ayudar a la sirena abrigándola con su camisa.
Quartermaster: Tenemos que seguir avanzando. Philip: (Abriga a la sirena con su camisa) Tranquila. Barbanegra: (A la sirena) Vas a caminar.
Philip ayudó a la sirena a pararse pero ella, al no estar acostumbrada a usar sus piernas, se cayó.
Syrena: No sé hacerlo. Barbanegra: Muere entonces. Quartermaster: (Apunta a la sirena con una espada) Philip: (Ayudando a la sirena) Pon tus brazos en mi cuello.
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Syrena: No deseo que me ayudes.
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