Creí que me iba a volver loca, por solo verlo, ahí, de la mano de ella. Sarah parecía ser su mujer ideal, y ese solo pensamiento me produjo náuseas.
¿Qué tan hipócrita podía llegar a ser?
-¡Corte!
El director, Henry, gritó sacándome de mis pensamientos y obligando a todos a volver a la realidad. Me acerqué con disimulo a la pareja, corrigendo algunos problemas para hacer perfecta la escena.
Timothée tomó ligeramente mi hombro y preguntó si podíamos hablar. Asentí y comenzamos a caminar, alejándonos del resto, quiénes ni se inmutaron, pues era bastante normal que los actores quisieran hablar con la guionista. Sin embargo, habían intenciones ocultas tras esta charla.
-¿Qué ocurre? - pregunté cruzándome de hombros. Sabía que no podía resistirme a sus encantos y aun así lo intentaba tomando la mayor distancia posible.
-¿Estamos bien? - preguntó. Observó a su alrededor para ver si alguien nos estaba mirando, y cuando no hubo duda que nadie lo hacía, acarició mi mejilla.
-Si, lo estamos - sonreí, intentando alejarme de su toque. Si seguía así, no respondería.
-¿Nos vemos en la tarde? - se acercó, de manera muy peligrosa, casi rozando nuestros labios. Estaba más que nerviosa.
-Claro - asentí, respirando con tranquilidad, o al menos eso pretendía.
Timothée dirigió su mirada a nuestro entorno para luego sonreír y besar cortamente mis labios, dejándome sin palabras. Respiré repetidas veces intentando calmar mi ser que estaba hecho un manojo de nervios. Nadie podía verme de aquella manera, tan rota, tan sumisa frente a sus encantos. Una parte de mi sentía vergüenza por la facilidad con la que caía rendida a sus pies. Lo había conocido mucho antes de comenzar a grabar la película, pero no fue hasta una fiesta de bienvenida que todo ocurrió. Al principio, no ponía atención a mis crecientes sentimientos y deseos, para mí no era más que un niño inmaduro que hacía muy bien su trabajo, y justamente, fue eso lo que me atrapó.
Una vez me encontraba más tranquila, caminé por el set de grabación, procurando parecer normal. Llegué a donde Henry y el equipo estaba y nos dispusimos a seguir con la escena. Intentaba dejar mis sentimientos de lado, pero me era casi imposible. Cada vez que Sarah y Timothée se acercaban para darse un beso, tal cual el guión decía, mis manos sudaban y mi respiración se agitaba. Collins se paró a mi lado en el momento preciso, sentía mis piernas flaquear cuando sus labios tocaron y se fundieron en un beso. Miré a mi compañero que estaba apoyado en mi hombro, mientras sostenía en un otra mano una taza de café.
-Parece que hay mucha química entre ellos - comentó sin dejar el apasionante beso.
-Así parece - comenté de vuelta, sin muchos ánimos.
-¿Crees que están saliendo? - llevó la taza a su boca y luego me miró, moviendo sus cejas.
-No lo sé - dije sin importancia. Esta conversación me estaba incomodando.
-Hay muchos rumores - se encogió de hombros, volviendo la vista a la pareja.
Dejé salir un suspiro y cerré los ojos. Los segundos pasaban eternos y más cuando no escuchaba a Henry gritar corte. Era su palabra favorita y cuando más necesitaba escucharla, se quedaba callado.
Después de un largo y agotador día de trabajo, me encontraba ordenando algunos papeles que tenía revueltos en la mochila. Collins estaba a mi lado hablando sin parar, sobre algo que no lograba entender; y probablemente tampoco me interesaba. Era un ser bastante extrovertido, que ama tanto hablar que a penas podías seguirle el hilo de una conversación. Sin embargo, en estos dos meses trabajando junto a él, entendí que solo debía sentir con mi cabeza y decirle que sí cada cierto tiempo.
-¿Qué harás en la noche? - preguntó dejando su solitaria conversación.
-Nada - mentí rápidamente.
-¿En serio? - se acercó a la silla donde estaba sentada - Una mujer tan preciosa como tú no puede no hacer nada un viernes en la noche.
-Deja el coqueteo para otra - lo miré con la ceja alzada - Estoy cansadísima.
-¿Y tu amiga? La de cabello rizado, con el lunar a lo Marilyn Monroe - preguntó. Era un descarado, pero aun así me agradaba.
-¿Qué pasó con Sharon? - inquirí cerrando mi mochila. Ya tenía todo listo.
-¿Está libre esta noche? - reí.
-Ni aunque fueras el último hombre en la tierra, permitiría que salieran.
-Ya verás como caerá rendida a mis pies.
Puse la mochila sobre mis hombros y le di un cálido abrazo a mi amigo. No era la primera vez que teníamos ese tipo de conversación, así que decidí no darle más vueltas. Tenía un hambre que me estaba matando, por lo que solo quería llegar luego a la casa.
Salí del estudio, caminando con parsimonia al tiempo en que la música se reproducía a través de mis audífonos. Mi cuerpo se relajaba a medida que mis pies aceleraban su paso, faltaba cada vez menos para llegar a mi dulce morada. Decidí disfrutar del camino y el paisaje que se retrataba justo frente a mis ojos. Me encantaba todo lo que la cálida ciudad de Los Ángeles podía ofrecerme en este tiempo de rodaje, tan diferente a mi natal Texas.
Todo el alboroto de la ciudad, se vio opacado a penas entré al edificio en donde vivía. Subí las escaleras hasta el tercer piso mientras buscaba las llaves dentro de mi mochila.
-Hola - alguien habló justo frente a mí.
Me detuve por unos segundos y alcé mi mirada. Timothée se encontraba sonriendo con unas bolsas de supermercado en cada mano. Me alegré al verlo, no les mentiré.
-Que rápido llegaste - reí - ¿Tienes hambre? - dije mirando las bolsas que cargaba.
-Un poco - entrecerró los ojos.
Abrí la puerta a penas encontré las llaves. Lo dejé entrar y en seguida se encaminó hacia la cocina, en donde puso las bolsas sobre uno de los mesones. Por mi parte, dejé la mochila en el suelo y me tiré sobre el sofá.
Realmente había sido un largo día.
De verdad espero que les haya gustado el primer capítulo! Dejen sus votos y comentarios❤️
Muchas gracias😊
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Detrás de escena // t.c✔️
RomanceEn la abrazante ciudad de Los Ángeles, Timothée y Lilo se ven envueltos en un candente romance durante la grabación de una nueva película. Sin embargo, todo se torna difícil cuando los sentimientos comienzan a florecer. ¿Podrá Lilo aceptar el crecie...