Capítulo 9

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Los guardias que me han visto salir hace apenas unos quince minutos me miran como si hubiese perdido el juicio cuando vuelvo con un barreño con agua y una bolsa grande de piel que contiene algunas pociones hechas con plantas que he cogido del boticario de nuestro curandero particular, cinco trozos de pan y un ungüento en color verde que amortiguará un poco el dolor de las heridas. De hecho, todos los sirvientes que me han visto me han mirado extrañados antes de arrodillarse. Sin lugar a dudas, tengo que ser la princesa de la que más hablan las malas lenguas.

Si estos cinco hombres han querido atacar el castillo, voy a demostrarles que mi familia no está hecha de la misma pasta que ellos. Además, creo firmemente que todos los hombres tienen un poco de bondad en su interior, y si de verdad querían atacarnos espero que esto les haga al menos plantearse otras alternativas. Soy una mujer de paz, aunque a veces pierda los estribos y acabe pegando puñetazos totalmente justificados. La violencia tan sólo genera más violencia, y más enemigos o personas dispuestas a revelarse en tu contra en cuanto que alguien les enseñe a dejar de tenerte miedo.

—Mi señora...—comienza un guardia.

—Ni una palabra. —respondo cortante.

Aún llevo las llaves en el bolsillo del vestido y las escucho sonar mientras avanzo de nuevo dentro de la mazmorra. El olor a humedad y moho no tarda de llenarme las fosas nasales de la misma forma en la que mis pisadas llenan el pasillo retumbando en su silencio.

Cuando llego de nuevo a la puerta dejo el barreño con agua en el suelo y compruebo como los cinco hombres, que ahora me miran sorprendidos sin entender qué diablos vuelvo a hacer aquí, siguen encadenados y que no hay peligro de que me hagan daño. Con algo de miedo, introduzco la llave en la cerradura y entro dentro, volviendo a coger el barreño y depositándolo cerca del hombre que creo que está más malherido.

Me he asegurado de que el barreño sea lo suficientemente grande como para que no me falte el agua antes de hacer todo lo que quiero hacer, pero al no haberle podido pedir a ningún criado que lo trajese para no involucrar a nadie más en esta desfachatez, tan sólo he podido traer un barreño y a duras penas. Maldigo mentalmente al darme cuenta de que he olvidado traer un vaso.

Los cinco hombres me observan como si estuviesen viendo un fantasma, pero yo los ignoro y dejo el barreño cerca del hombre doblemente flagelado. Es el que debe de estar peor. Me extraña incluso que no se esté retorciendo de dolor.

Uniendo mis dos manos, las lleno de agua y se las acerco a su boca con la intención de que beba el líquido de ellas. El hombre me mira con aturdimiento, pero no tarda en acercarse y beber. Repito el gesto dos veces y luego me acerco al segundo hombre, de ojos ypelo oscuros y que sigue mirándome con desconfianza y se niega a beber. Insistoun poco más y al final cede después de escuchar un gruñido de Kievan, pero tansolo da un pequeño sorbo.

El tercero, el de los rizos rubios, se estremece bajo mi tacto y contiene el aliento durante unos segundos, pero luego parece recuperarse y volver a relajarse. El de piel negra me dirige una media sonrisa que no puedo evitar devolver con algo de timidez. Uno a uno, hago lo mismo con todos los hombres hasta que llego a Kievan sin mirarlo. Me gustaría gritarle que tengo ganas de dejarlo sin beber nada, y que sé que nadie en el castillo les traerá absolutamente nada de comida ni bebida porque son prisioneros que han querido atacarnos. De hecho, normalmente los prisioneros no vienen a estas mazmorras, sino a la del centro de la ciudad. Tan solo unos cuantos pobres elegidos por el sádico coronel Hanger pisan este lugar, y no suelen durar mucho debido a las torturas que les propina. 

Dirijo una mirada rápida al hombre más alejado, el doblemente flagelado. Aunque en mi cabeza no paro de llamarme estúpida por estar haciendo esto, en cierto modo, si han azotado a ese pobre hombre porque no tenía nada de comida que darle a su familia, puedo incluso entender que haya querido atacar el castillo.

HENNA©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora