HENNA©

Capítulo 38/NARRA K <3

NARRA KIEVAN

¡MALDITA PRINCESA HUMANA! ¡Deja que la bese y luego se separa como si yo hubiese hecho algo malo! ¡¡¡Podría haber elegido besar a cualquier doncella y he tenido que besarla a ella!!! ¡¿Por qué diablos cada vez complico más las cosas?!

Por la Diosa Luna, juro que traté de alejarme de ella. Pero... ella es mi Kinar, y si los lobos no podemos luchar contra el vínculo que nos une a nuestras compañeras, cuando se aparece una Kinar... muchísimo menos. Los lobos podemos elegir estar o no con nuestros mates una vez aparecen. Con el Kinar no hay opción, pero... ¡es una humana cabezota que algo me dice no va a querer transformarse en loba! Y si no lo hace por decisión propia, todo esto se reducirá a algo imposible. Nosotros. Imposible. Ella y yo. Imposible. No deseo pensarlo. Aprieto los puños y doy un puñetazo a la pared, que se aboya justo en la zona en la que impacta mi puño. Estas casas son como papel para nosotros. Y es por eso, porque no quiero seguir pegándole puñetazos a nada más, que me transformo en lobo y corro hacia el bosque.

Mis patas se mueven veloces y los lobos medianos hacen reverencias a mi paso. Yo los ignoro pensando que no puedo volver a repetir lo mismo dos veces. No sobreviviría. No si Henna decide no convertirse en loba. Y es por eso que tengo que alejarme. No puedo volver a ser tan débil. Antes era un príncipe, podía permitirme estar mal. Ahora no. Ahora soy un rey. Los reyes debemos de estar siempre bien para nuestro reino. Y Henna, si realmente es quien creo que es... si es lo que creo que es... esa misma conclusión a la que Ethan y los demás han llegado... Quizá sea una locura. Quizá Henna tan sólo sea Henna, una humana joven, pero, ¿cómo si no podría explicarse que también es una vidente? Tal y como ella lo fue.

No me da tiempo a seguir pensando antes de escuchar la voz del concilio en mi cabeza.

La prisión ha sido atacada. La voz de todos los miembros del consejo se une en una sola como cada vez que dan una noticia a su reino. La información me sobrecoge y una parte de mi se pone a la defensiva y alerta. ¿Cómo han podido los Eredeths atacar uno de los lugares más protegidos de nuestro reino? ¿Cómo cuando tras el ataque de hace unos meses reforzamos toda la protección del lugar? No me da tiempo de reaccionar antes de que un lobo, Marunt, se me eche encima seguido de otros nueve rebeldes.

Si no hubiésemos estado protegiendo a tu humana...

Me están atacando, quizá incluso aprovechando que me han pillado desprevenido por la impactante noticia. Aúllo y siento como el reino lobo se sobrecoge. Soy un alfa. Y como tal me voy a hacer respetar. Marunt ha llegado en el momento exacto para poder calmar mi enfado con él. Si quiere ser un rebelde, le voy a enseñar las consecuencias de una vez.

No puedes ser más puntual, Marunt.

Me abalanzo hacia él proyectando el peso de todo mi cuerpo animal e impacto contra él a una velocidad abismal incluso para los nuestros. Siento como dos de mis atacantes tiemblan internamente ante mis fauces rodeando el cuello de Marunt, que se remueve tratando de zafarse y casi me secciona una pata. Lo suelto para proteger mi cuerpo de él mientras otro lobo se me echa encima. Me lo quito sin más problemas y lo dejo inconsciente de un solo golpe. Gruño, sintiendo como el bosque se estremece ante mi, y vuelvo a esquivar a Marunt que se acerca veloz en mi dirección.

¿Eso es todo lo que sabes hacer?

Lo busco tratando de hacerle perder la paciencia. Marunt es uno de los otros dos alfas de la manada aparte de mí.

Vas a pagar por tu desobediencia. Sus palabras provocan que ría mientras ataco a otros dos lobos y él se levanta del suelo. Uno de ellos siente horror cuando muerdo una de sus patas y casi se la arranco. La piedad por conocerlo desde hace tanto y por sentir sus emociones en Dyriat hace que desista de arrancársela, y soy consciente por cómo sus ojos caen en mi antes de desmayarse que él también se ha dado cuenta.