Teacher or apprentice? (Jackson Wang)

•7•

¿Qué te sucede?

Narra Tara

¿La jornada de hoy? Mis alumnos no son santos, un par de ellos llegaron a las manos, tuve que llamar a otros directivos, por suerte fueron los de primaria, en la tarde, en mis horas extras a nivel secundario, una de las alumnas tuvo un desmayo, así que también, directivos, padres, llamadas y corridas. 

Tara- Necesito descansar.- Dije saliendo de la escuela al fin, ya eran las seis de la tarde, esperaba el bus.

Hace un par de días Jackson dejó de molestarme, lo que me perturbaba, era el hecho de que venía por su hija como si nada, sonreía, preguntaba cosas por Karin, y se iba, sentía alivio y extrañeza, ¿Por qué ahora me molesta que no siga detrás mío?

Porque hace años no tienes a nadie detrás, ni siquiera adelante.

Negué y miré por la ventanilla del transporte, mis planes para esta noche, eran corregir trabajos pendientes de mis alumnos, preparar las consignas de un futuro examen, y así es mi vida, aburrida.

Tara- ¿Quién será?- Oí mi teléfono sonar desde mi cartera, lo atendí sin problemas- Hola...- Sentí un baldazo de agua fría- Está bien, cálmate, ¿Están ellos contigo?- Seguía hablando- No te preocupes, voy para allá, serénate te lo pido.- Colgué, bajé en cualquier parada y con el GPS busqué otra línea de transporte que me llevara a otro destino.

De por sí, iba temblando, quería llegar y que fuese mentira, no iba a llorar ahora, ella me necesita. Al tocar el suelo de la parada, lo único que hice fue correr sin parar.

Tara- ¡Mamá!- Entré y la abracé- ¿Qué pasó?

Sra Beckett- Íbamos a dormir una siesta con tu padre y se descompuso, un vecino nos trajo en su auto, atiné a avisarte a ti primero porque acabo de conectarme a una red de Wi-Fi.

Tara- ¿Qué te dijeron?

Sra Beckett- Que fue un principio de Acv, gracias al cielo no resultó fatal.

Tara- Tranquila mamá, no te preocupes, él es fuerte, ya lo ves.- Por eso mi padre venía tratándose. 

Sra Beckett- Su doctora dijo que si no se cuidaba esto pasaría, me siento tan culpable.- Sollozó.

Tara- Lo cuidas a ese hombre como a la luz de tus ojos, ¿Te parece poco? No seas tonta, mujer.

Cuidé de mi madre hasta que nos permitieron pasar a verlo, de a uno por su estado, nadie se podía quedar a cuidarlo, solo enfermeras.

Tocó mi turno, mis hermanos venían en camino. Me adentré al cuarto, y allí dormía, con intravenosa, me dio tanta tristeza que por más que intenté con todas mis fuerzas evitarlo, lloré, en silencio, acaricié su rostro, su mano. Papá fue toda la vida un hombre de trabajo, hoy es una persona mayor que merece descanso, ya hizo demasiado.

Tara- Viejo loco, ¿Cuándo te quedarás quieto? De seguro antes de la siesta estuviste haciendo algo, si no te conociera desconocería eso.- Susurré- Te amo tanto, ya no nos des más sustos, ¿Sí?- Besé de nuevo el dorso- Por lo menos en un futuro, dame la felicidad de conocer a tus nietos, los míos serán más lindos que los de mis hermanos.- Reí llorando- Si es que tengo uno.- Bromeé.