Teacher or apprentice? (Jackson Wang)

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Me ganaré el infierno con esto

Narra Tara

Estamos a viernes y me dio la sensación que la semana se me pasó volando, con el trabajo, las venidas de Jackson a casa, durmiendo siestas, noches, nos quedaban dos días más para disfrutar y adiós pareja feliz.

Vengo preparando todo para el acto que tenemos en tres semanas, Wang fue una gran ayuda porque ir a buscarlos sola me iba a romper la espalda, en su camioneta entró perfecto los disfraces para los niños.

Lo que me tiene intranquila, es mi padre, anda de nuevo con sus malestares, tengo que ir a verlo, llevarle dinero aunque no necesite y ver qué hacer dentro de lo que pueda, mamá sonó preocupada al otro lado de la línea, y ella no se preocupa por cualquier tontería.

Jackson- Compraré pizza esta noche, tú haz jugo de naranja.

Tara- Anciano, tengo cerveza en la nevera, no tomaré jugo con pizza.

Jackson- Bueno maestra, lo siento.- Rió- Pensé que no querrías.

Tara- Es viernes, mañana no trabajo.

Jackson- Pero yo sí. 

Tara- Te jodes.- Bufó- No vengas por mí a las cinco.

Jackson- ¿Por qué? Hoy es mi franco rotativo, estoy aburrido en mi casa mirando partidos de fútbol viejos. 

Tara- Pedí que me dieran espacio en el teatro de la escuela, quiero analizar el escenario, y planear la obra, luego te contaré mejor.

Jackson- ¿A qué hora sales?

Tara- Miré el reloj de la sala de descanso- A las seis de la tarde. 

Jackson- Suspiró- Estaré allí, te salvas que tengo el día libre.

Tara- Calla bobo, nos vemos.

Jackson- Nos vemos, linda.- Colgué.

Al final, de profesora suplente, me dejaron como titular en secundaria, así que en la tarde tengo que seguir trabajando como burra, ahora estoy en el horario de primaria a la mañana. 

Tara- Inspira hondo querida, en la tarde lo verás y el cansancio se esfumará.

Renegar con niños de primaria es todo un tema, tienen sus momentos de paz, y otros en los que se ponen de acuerdo para volverme loca, cosa que logran y termino pegando un grito en el cielo. Ya So-Min está cansada de oír mis quejas, sobre por qué la vida es injusta conmigo, e hizo que me encariñara de un hombre casado; ella simplemente roda los ojos en respuesta, la entiendo. Yo también pienso que soy una imbécil sin remedio.

...

Y mi jornada de trabajo llegaba a su fin, si no fuera porque quedé sola en el teatro planeando el acto, debería estar en casa bebiendo té o algo para pasar la tarde.

Parada en el escenario, apenas diviso por los pasillos de los asientos, unos solitarios pero animados aplausos, aclaré la vista siendo que los reflectores me daban en la cara.

Jackson- Qué actriz tan bonita me encontré.

Tara- ¿Jackson?

Jackson- No, Santa Claus.

Tara- Lo payaso lo distingo a miles de millas.

Jackson- ¿Así tratas a tu espectador?- Chasqueó la lengua- Incorrecto.