Teacher or apprentice? (Jackson Wang)

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Lejos de ella

Narra Tara

Me di cuenta que había tomado la mejor decisión al no bajar los brazos y desistir con el tema de ser madre, porque aunque su enfermedad ya venga desde el mes uno, iba a amarlo no importa lo que pasase.

Esto no era un juego, hay demasiadas posibilidades de que todo salga mal, pero deberíamos ser inteligentes y recordar esta frase, "La esperanza es lo último que se pierde", mis ánimos cada día eran un sube y baja, podría estar riendo con mi familia como encerrada en el baño o mi cuarto llorando por el mismo miedo.

Me siento bendecida por la familia que tengo, mis dos hermanos mayores dijeron que aportarían dinero para la cirugía, Celine me está dando una mano con las cosas que vendo en la feria, hago comida casera o compro objetos por mayor para vender, todo el dinero era bienvenido para ese día que se avecinaba lentamente, me daba miedo recordar que contaba con dos meses. Pues estoy de cuatro, sigo con cuidados, voy al médico para estar atenta a su enfermedad.

Sufro horrores en asimilar la realidad, mi barriga va creciendo, ese pequeñito o pequeñita se movía, a veces me lo imaginaba desperezándose dentro de mí, como un tierno osito.

Y no tenía dinero, no quería romantizar el traer un bebé al mundo cuando su madre no tiene ni dos monedas, y con la salud poco viable, pero era mi riesgo, los externos podríamos matarse, que poco me importaría.

Sra Beckett- Arriba, ya está el desayuno.

Tara- Okay.- Me senté.

Sra Beckett- ¿Irás a la feria? Tu hermana llamó, dijo que estaba libre para acompañarte.

Tara- Déjala, dile que por hoy no, se merece un descanso, además no me siento bien.

Sra Beckett- Te hice desayuno con vitaminas, mi nieto tiene que ser fuerte.

Tara- Con todo lo que me das lo será.- Reí.

Me levanté para ir al baño, lavarme el rostro, dientes, peinarme, acariciar mi barriga como acostumbro cada mañana, aprovecho esto porque pronto nadie sabe lo que pueda pasar.

Una de las sabias decisiones que escogí, fue cerrar mis redes, todas, aún me seguían diciendo cosas horribles, zorra y lo habitual por perfiles anónimos como acostumbran las malas lenguas, algunos de ellos no tenían tapujo de mostrar quiénes eran, con que sus maldiciones llegaran a mi vista, ellos eran felices; por eso al cerrar mis perfiles, no me mortificaría, y nadie sabría de mi embarazo, en dónde estoy o si sigo respirando.

Ya ves que nada es fácil, querida Tara.

Rebecca- ¡Tía!- Justo salía del baño.

Tara- Muñeca, ¿Qué haces aquí?

Rebecca- Vine con mamá.

Celine- ¿No vamos a la feria? Mi ex esposo me prestó la camioneta.

Tara- No estoy de buenas.

Celine- No te dejaré que entres en depresión, te quiero desayunada y lista para irnos en cuarenta minutos, y estoy siento piadosa.

Tara- Menos mal.

Celine- Andando, nunca me despierto temprano por nadie.

Desayuné, tomé las vitaminas y cargamos las cosas en la camioneta, Rebecca se quedó con mamá haciéndole compañía, la volverá loca, lo sé, esa niña no sabe cuándo parar de hablar, amo a mi lora.