Ahorita no, joven » Omegaverse YM.

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Park Soomin observó con curiosidad a la mujer que se encontraba sentada frente a ella. Era una omega por su inconfundible olor a especias, pero tenía una increíble presencia. Sora por su parte, observaba el lugar sin gracia hasta que su mirada cayó en la omega frente a ella. Aquellos rasgos eran tan similares a los de Jimin.

— ¿Hola? — Saludó con duda la castaña. Sora siguió en silencio antes de acomodarse mejor en su asiento.

— Esto no es una visita para estar con cordialidades, más bien estoy segura que no quedaremos en buenos términos cuando termine de decir lo que tengo en mente. — La omega se encogió de hombros mientras veía hacia el frente. — Estoy pasando lista sobre los problemas que tienen mis cachorros con personas no gratas. — Susurró lo último viendo fijamente a la mujer. — Entonces comencemos a lo que vine.

— No entiendo. — Susurró confundida la omega. Sora rió.

— Soy la madre de YoonGi, Min YoonGi. — La omega frente a ella parpadeó confundida y aquello pareció simplemente enfadar a Sora. — La pareja de la bolita de arroz que se robó a mi hijo. — SooMin entendió aquello con rapidez mientras se acomodaba en su asiento. — Jimin-ah no es mi hijo.

— Eso es obvio. — Respondió SooMin.

— Pero es como si lo fuera, es mi cachorro ahora. — Mencionó seria. — Me he dado cuenta que usted no tiene relación alguna con él.

— Eso a usted no tiene que importarle, es algo entre madre e hijo. — Soomin respondió con molestia. Sora negó mientras rodaba los ojos.

— Te equivocas, te estoy diciendo que Jimin-ah es parte de mi familia ahora, ¿eres sorda acaso? — Cuestionó. — Los problemas de mis hijos, son mis problemas.

— Aun así, no entiendo para que viene a decirme esto.

— Jimin-ah está embarazado. — Soomin asintió para que prosiguiera. — Lo más importante para los omegas gestantes es tener el apoyo de personas que lo guíen en este importante proceso.

— ¿Entonces? — Inquirió la castaña. Sora resopló frustrada mientras sentía la rabia de su lobo omega surgir en su interior.

— Intente hacer esto de buena forma, fingiendo una amabilidad que poco me caracteriza porque soy una persona agresiva, mucho más cuando se meten con mi familia. — Recalcó lo último. — Pero usted no me dejó opción alguna, por favor analícese y véase en un espejo. ¿Qué es lo que verá? — Cuestionó. — Si, quizás verá a una omega bonita porque eso nadie se lo quita, pero en realidad usted es una persona mala, su hijo vive hablando maravillas de su padre alfa y su hermano alfa, dos hombres que hicieron lo que pudieron para enseñar a un omega porque su madre prefirió ir por su propia felicidad. — Soomin intentó hablar pero Sora se lo negó. — No sea estúpida, señora. No venga con lo que todo el mundo predica de que no se puede escapar del destino, yo lo hice. — Susurró divertida. — Porque preferí a mis hijos, aquellos quienes me enseñaron lo que es el amor verdadero, no al que el destino me quería imponer.